DESASTRE NATURAL

Desastre natural

Situación: Tras varios días de lluvias ininterrumpidos, el agua a deslizarse por la ladera de la montaña llevándose todo a su paso y dejando el pueblo estancado con una altura máxima de 2.5 m de agua. El balance es de 12 muertos, muchas casas destruidas y arrastradas por el agua y aquellas que siguen en pie han quedado anegadas y destrozadas por dentro.

1. Fase previa de diseño de la intervención:

1. Identificar la población diana afectada por la situación descrita: Se presentan niños, adolescentes, adultos y adultos mayores habitantes de una región de ladera.
2. Detectar los distintos grados de afectación: Se ha presentado la muerte de 12 personas a causa del deslizamiento y la inundación, casas destruidas y pérdida total o parcial de sus pertenencias.
3. Reconocer las necesidades de los afectados: Principalmente se llamará a servicios de emergencia y se facilitará su acceso al lugar del desastre, seguido a esto, es importante proteger a las víctimas de los medios de comunicación por lo que se deben llevar a un lugar apartado, donde tengan acceso a comodidad, privacidad y un especialmente que sea un lugar seco; esto se puede hacer con ayuda de entidades como la policía, medicina legal, médicos, etc. Los servicios de emergencia también brindarán la ayuda a las víctimas que necesiten atención médica especial (personas discapacitadas o enfermedades mentales).

Seguido a esto, es importante entender que hay una serie de síntomas (de los que se hablarán más adelante) que se pueden presentar y que son totalmente normales de acuerdo a la edad en la que se encuentra la persona. Es posible que muchos de estos síntomas no desaparezcan repentinamente, por lo que es importante hacer un seguimiento constante de los mismos; en caso de que se agudicen es necesario proseguir con la intervención de un especialista y de esta manera evitar uno o varios casos de trastorno por estrés postraumático (TEPT).

Por último, es importante trabajar en equipo ya que el número de personas afectadas en el incidente es demasiado para una sola persona, esto, facilitará la asistencia a todas las personas y brindará apoyo con opiniones, recomendaciones y distribución del trabajo.

1. Prever la posible evolución: Se dispone a la posibilidad de presentarse Trastorno por estrés Agudo (TEA) en las personas afectadas directamente implicadas en el desastre natural, así como la posibilidad de presentar Trastorno por estrés postraumático (TEPT) debido a las pérdidas que se presentan y a los daños causados por la emergencia. Asimismo, es posible que los intervinientes presenten síndrome de desgaste por empatía.

2. Establecer los objetivos generales y específicos:

Objetivo general: Promover la seguridad física y emocional de la población afectada, así como la calma y la tranquilidad mediante pautas de afrontamiento y pautas de autocuidado.

Objetivos específicos: Informar de las reacciones físicas y psicológicas que se pueden presentar son esperables debido a la vivencia de un evento de tal magnitud.

Dar pautas de comunicación, de higiene y del sueño así como normalizar la sintomatología propia de estrés agudo ante la vivencia de este evento, así como pautas de autocuidado enfocadas en la resiliencia.

1. Fase de elaboración y entrega de las pautas psicoeducativas que ayuden y orienten a la población afectada y que recojan:

1. ¿Qué les puede ocurrir? (posible sintomatología):

Los niños de 0 a 3 años pueden presentar síntomas como problemas para dormir, alejarse de los adultos, involución en ciertos procesos, mostrar frases que verbalizan el dolor, etc. Los niños de 3 a 6 años pueden presentar miedo a estar solos, a dormir, a un animal o a una situación en específico, perder autonomía, regresiones en su comportamiento, hablar más de lo normal o no querer hablar, etc. Los niños de 6 a 9 años se pueden presentar síntomas como preocupación, cambios conductuales y en los patrones de comunicación, miedo generalizado a ciertos lugares o situaciones,

pensamientos reiterados sobre lo ocurrido, alteración en el sueño, etc. Los niños de 9 a 12 años pueden presentar cambios conductuales, mayor autonomía, irritabilidad, falta de comunicación, estrés, impulsividad, cambios de alimentación, de sueño, etc.

En cuanto a los adolescentes, adultos y adultos mayores pueden presentar náuseas o molestias estomacales, cambios en el apetito, dolor de cabeza o dolores musculares, dificultad para concentrarse, fatiga, pensamientos o imágenes repetidas del evento, pensamientos que provocan miedo, dificultad para concentrarse, sueños perturbadores, desorientación o mareos, ansiedad, miedo y preocupación, tristeza, aislamiento, dolor, sentirse imposibilitado, enojo, irritabilidad e insensibilidad, también se puede incrementar el riesgo de que en un futuro fumen, beban alcohol y usen sustancias psicoactivas, además de sufrir de obesidad, depresión, enfermedades cardiacas, cáncer, etc.

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