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Dragon Ballz


Enviado por   •  6 de Junio de 2013  •  698 Palabras (3 Páginas)  •  256 Visitas

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La Edad Media es la época del esplendor de la vida monástica en Occidente, debida a la expansión de los monjes benedictinos. El fundador de la Orden benedictina fue San Benito de Nursia (480-547). Con 49 años fundó el célebre monasterio de Montecassino, donde moriría a los 67 años de edad. Benito (en latín, Benedictus) escribió la Regla Benedictina, cuya difusión por toda Europa, le valió el título de padre del monaquismo occidental. Durante los tiempos agitados de la Edad Media los monjes benedictinos contribuyeron a fomentar la cultura del pueblo: roturar terrenos, perfeccionar sistemas agrícolas, enseñar oficios, cultivar las bellas artes, transmitir los escritos clásicos de la antigüedad, copiando manuscritos en el scriptorium de sus conventos, enseñando la música y el canto en la “schola” y transmitiendo la sabiduría a los estudiantes. Ellos mantuvieron vivo el ideal de persona cultivada en medio de una sociedad violenta e inculta. Considerado como figura cumbre por esta cooperación en la civilización europea, la Iglesia nombró a San Benito Patrono de Europa. Su fiesta se celebra el 11 de julio.

La Regla benedictina fue redactada en latín popular por San Benito; es muy breve, pero más completa y flexible que las reglas anteriores. Es una obra maestra de discreción y de equilibrio, que creó una escuela de formación humana y religiosa de la que han salido centenares de miles de monjes, 23 papas y 5.000 obispos. El monasterio, separado del mundo por la clausura, forma una familia de la que el abad es padre y donde todo es común. La regla obliga también a la lectura y al trabajo manual: “oro et labora ”: reza y trabaja.

Los monasterios benedictinos debían ser autónomos frente a sus necesidades, produciendo los artículos que consumían mediante la agricultura, ganadería y viticultura. Construidos en el campo, los monasterios se convirtieron en centros de evangelización, granjas altamente productivas y únicos centros culturales de la época. Cuando llegaron los tiempos de crisis, durante el siglo X, los monasterios fueron el refugio de salvación de la vida feudal. La enseñanza fue una de las tareas más importantes desempeñada por los monjes benedictinos: en los monasterios se estudiaba y conservaba la historia y la literatura antiguas, se redactaban crónicas y se copiaban textos. Las bibliotecas de los monasterios recogieron los pocos manuscritos que quedaban de la cultura griega y romana, los cuales fueron copia dos detallada y minuciosamente por los monjes en los scriptoria (plural de scriptorium).

Sin embargo, la vida monacal conoció sus crisis y sus períodos de decadencia: la riqueza de los monasterios y su dependencia de la nobleza provocaron un deseo de renovación en los monjes más sensibles.

Durante los siglos X y XI se produjo un impulso reformista de la vida monacal ante la permanente presión de los señores feudales

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