Dragones

QUÉ ES UN DRAGÓN?

El vocablo dragón viene del latín draco, y éste del griego drakon, que significa «víbora», «serpiente» o, más específicamente, «serpiente de gran tamaño».

Como animal mitológico, la representación más familiar del dragón es la que se popularizó en Europa durante la Edad Media: un gran reptil con alas, cuyo hocico exhala fuego. El origen de esta tradición popular estaría en la mitología de Grecia, Escandinavia y Oriente Próximo. Pero probablemente no hay cultura que no haya tenido en algún momento de su historia, entre sus bestias fantásticas, un dragón o algo que se le parezca.

EN MEDIO ORIENTE

En la Puerta de Ishtar, una de las ocho puertas monumentales de la muralla interior de Babilonia, construida en el año 575 a. C. por Nabucodonosor II, hay figuras del fantástico sirrush o mushusu, la serpiente-dragón propia de la mitología mesopotámica.

Entre los persas destacaba el malvado dragón Azi Dahaka. En África, los egipcios escribieron del dragón Apofis, enemigo del dios del sol, Ra.

EN EUROPA

En la mitología griega había una gran colección de dragones; entre ellos: Dracon, serpiente gigante de múltiples cabezas, cuyos dientes tenían un veneno mortal; Dracon Colchiano, que nunca dormía, encargado de cuidar un paño gigante de oro en la arboleda sagrada de Ares en Colchis; Cychereides, que aterrorizaba la isla de Salamis; los dos dragones de Deméter, entregados por la diosa del mismo nombre al héroe Triptolemos para que lo transportaran a través del mundo; Dracon Hesperiano, un dragón de cien cabezas que custodiaba las manzanas de oro de Hespérides; los Dracones Rodianos, que devastaban la isla de Rodas; etc.

Entre los escandinavos destacaba Lindworm (Lindwurm entre los germanos), una gran serpiente alada y pestilente a la que se le acusaba de robar y alimentarse del ganado; su nombre significa «la serpiente que entrampa». Se parece mucho a los wyvern, legendarios reptiles con alas, piel escamada y respiración ardiente.

En la vieja literatura germánica se exalta a Beowulf, un hombre que luchó contra un dragón, muriendo ambos en la pelea. En el Cantar de los Nibelungos, poema épico medieval anónimo, Sig-frido mata al dragón Fafnir, y, al ungirse con su sangre, se hace inmune a todo mal.

En la mitología eslava el dragón era una de las formas que adoptaba el dios Veles, señor del mundo subterráneo.

Entre los celtas el dragón era una divinidad de los bosques, cuya fuerza podía ser controlada y utilizada por los magos.

En Rumanía se hablaba de un dragón con cabeza de lobo

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