El aborto

El aborto es una situación en la que todos nos vemos inmersos, principalmente los adolescentes, ya que, como todos sabemos y no es de callar, empiezan a ejercer una vida sexual activa a muy temprana edad, lo que da como resultados embarazos no deseados y enfermedades de transmisión sexual.

Por esto es que un aborto en la etapa de la adolescencia es algo preocupante…

Las razones que posiblemente empujan a las adolescentes hacia el aborto, podrían ser el miedo al rechazo del novio, de la propia familia, la responsabilidad de un bebé, incluso el abuso de drogas que no está por más decirlo, aumentan la posibilidad de un aborto. También se pueden dan por problemas de salud y hasta en algunas adolescentes por miedo de un embarazo normal o el mismo dolor del parto.

Pero, para poder hablar del aborto primero debemos saber ¿Que es el aborto? entendemos que el aborto es:

La interrupción del desarrollo del feto durante el embarazo, cuando éste, todavía no haya llegado a las veinte semanas de gestación, o, en pocas palabras, interrumpir el embarazo para que no nazca un niño.

Existen dos tipos de aborto, el aborto natural o espontaneo, y, el aborto inducido:

El aborto espontaneo ocurre cuando un feto se pierde por causas naturales.

El aborto inducido por el contrario, es aquel provocado adrede con el objetivo de eliminar el feto, ya sea con asistencia médica o sin ella.

El aborto clandestino puede ser una causa fatal. Por ejemplo, la victima puede llegar a la muerte por causa de una hemorragia o infecciones. Las clínicas clandestinas no tienen protección de higiene ni anestesia para los pacientes, que puede provocar accidentes mortales.

El aborto en los adolescentes…

¿Qué podemos decir del el aborto en los adolescentes? Algunas personas estarán a favor del aborto en la adolescencia, quizá, porque creen que los adolescentes no pueden tener el control absoluto de su cuerpo y por lo tanto, de sus vidas, habrá aquellas personas que no toleran siquiera tocar el tema del aborto y están enfatizados en que el aborto no es más que un acto vil de crueldad.

Remontémonos unos años atrás, a principios de 1980, cuando el aborto era un tabú, un tabú tan profundo y tan oscuro, que el simple hecho de pronunciar la palabra “aborto” daba pautas en contra de tantos estereotipos de “familias perfectas” donde el embarazo era lo mejor del mundo, era tan bueno, que se consideraba prácticamente “un milagro”.

En esa época, el tener un hijo, te hacia una persona realizada, era el tope del crecimiento personal (¡tan solo imaginémoslo!), tener un hijo, para enseñarle lo que has aprendido a lo largo de tu vida, para mostrarle lo mejor de este mundo, para cuidarlo del mal, prepararlo para abrirse camino en este planeta cambiante y para que siguiera con tu legado, con la misma tradición de llegar a “realizarse”, resaltando obviamente que también había una edad adecuada para poder llegar a tener un hijo o incluso poder casarse.

Pero… También está la contraparte de toda esta belleza, el perder un hijo.

El perder un hijo en esa época te marcaba para siempre, y hacia que la gente si bien no te tomaba con desprecio, tampoco lo hacía con franqueza, más bien te veían con cierta lastima, esa lástima que se siente al perder una buena oportunidad, aunque no solo es en esa época, hoy en día se sigue viendo en poblados distantes de la “sociedad” urbana.

¿Y qué ha pasado con toda esa gente, con todas esas personas

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