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ENERGIA HIDRAÚLICA


Enviado por   •  18 de Abril de 2013  •  2.951 Palabras (12 Páginas)  •  752 Visitas

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IMPORTANCIA DE LA ENERGÍA HIDRAÚLICA EN LOS COMPONENTES DE LA TIERRA.

La energía hidráulica es la producida por el agua retenida en embalses o pantanos a gran altura (que posee energía potencial gravitatoria). Si en un momento dado se deja caer hasta un nivel inferior, esta energía se convierte en energía cinética y, posteriormente, en energía eléctrica en la central hidroeléctrica.

Ventajas:

Es una fuente de energía limpia, sin residuos y fácil de almacenar. Además, el agua almacenada en embalses situados en lugares altos permite regular el caudal del río.

Inconvenientes:

La construcción de centrales hidroeléctricas es costosa y se necesitan grandes tendidos eléctricos. Además, los embalses producen pérdidas de suelo productivo y fauna terrestre debido a la inundación del terreno destinado a ellos. También provocan la disminución del caudal de los ríos y arroyos bajo la presa y alteran la calidad de las aguas.

Importancia.

La energía hidráulica se basa en aprovechar la caída del agua desde cierta altura. La energía potencial, durante la caída, se convierte en cinética. El agua pasa por las turbinas a gran velocidad, provocando un movimiento de rotación que finalmente se transforma en energía eléctrica por medio de los generadores.

Es un recurso natural disponible en las zonas que presentan suficiente cantidad de agua y, una vez utilizada, es devuelta río abajo. Es importante debido a que en regiones donde existe una combinación adecuada de lluvias, desniveles geológicos y orografía favorable para la construcción de represas. La energía hidráulica se obtiene a partir de la energía potencial y cinética contenida en las masas de agua que transportan los ríos, provenientes de la lluvia y del deshielo. El agua en su caída entre dos niveles del cauce se hace pasar por una turbina hidráulica la cual trasmite la energía a un alternador el cual la convierte en energía eléctrica.

EXPLIQUE LOS EFECTOS QUE PUEDEN PRODUCIR LA TRANSFORMACIÓN DE ENERGÍA DE LA HIDRÓSFERA Y ATMÓSFERA

La tierra mantiene como planeta un equilibrio térmico, estando compensadas las pérdidas y ganancias de energía a nivel global y durante periodos largos de tiempo. Ahora bien, pese a que la tierra a nivel global se encuentra en equilibrio térmico, es bastante evidente que no lo está a nivel local, dado que no todas las zonas de la tierra reciben igual cantidad de radiación luminosa y no todas presentan las mismas pérdidas. Este hecho origina, lógicamente, la creación de gradientes térmicos entre unas zonas y otras y, consecuentemente, una circulación de las capas fluidas (atmósfera e hidrósfera) para intentar equilibrar estas diferencias.

En una primera aproximación, podemos considerar un gradiente térmico global entre los polos y el ecuador. En el ecuador los rayos solares se reflejan muchísimo menos que en los polos ya que en el ecuador los rayos solares inciden casi perpendiculares a la superficie, mientras que en los polos inciden oblicuamente o incluso tangencialmente, a lo que hay que añadir el alto albedo del hielo.

Puesto que la superficie terrestre se calienta muchísimo más en las zonas ecuatoriales que en las polares y el aire se calienta como consecuencia del calor que emite la Tierra, las masas de aires situados sobre el ecuador se van a calentar mucho más que el aire de las zonas polares.

El aire cálido y poco denso de las zonas ecuatoriales, se aleja de la superficie terrestre hacia zonas más altas, por lo que la presión que ese aire ejerce sobre la superficie es mucho menor que la presión que el aire frío y denso, que baja hacia la superficie, ejerce sobre las zonas polares. Como consecuencia de esto, se genera un cinturón de bajas presiones en el ecuador y un cinturón de altas presiones en los polos.

La aparición de estos cinturones de altas y bajas presiones provocaría la aparición de dos células convectivas, una por cada hemisferio, destinadas a repartir la diferencia de calor entre los polos y el ecuador. Estas células llevarían el aire cálido desde el ecuador a los polos por las capas altas de la tropósfera (justo debajo de la tropopausa), y el aire frío desde los polos hasta el ecuador por las partes bajas de la troposfera.

En las zonas situadas a los 60° de latitud norte y sur confluyen los vientos cálidos de poniente procedentes del cinturón subtropical y los vientos fríos de levante procedentes de los polos. Esto provoca que en estas zonas se origine una gran inestabilidad atmosférica y fuertes perturbaciones conocidas como frente polar. Cuando las masas de aire cálido y poco denso procedente de las zonas subtropicales chocan con los vientos polares, fríos y, por tanto, muy densos, se ven obligados a ascender rápidamente, produciéndose su enfriamiento, la condensación del vapor de agua y originando precipitaciones llamadas frontales en la franja de los 60° de latitud norte y sur.

Por otro lado, el agua de la hidrosfera está sometida a una serie de movimientos y cambios de estado que se conocen con el nombre de ciclo hidrológico o ciclo del agua en la naturaleza. Los océanos son los grandes depósitos de los cuales proviene toda el agua del ciclo y a los cuales retornará cerrando el mismo; en su superficie se produce una continua evaporación, de diversa intensidad según la latitud, mediante la cual se originan grandes masas de vapor de agua que en las capas bajas de la atmósfera forman las nubes. A partir de éstas y por condensación de su vapor de agua se originarán las precipitaciones, en forma de lluvia, nieve y granizo, parte de las cuales caen directamente sobre el mar, otra sobre los continentes, alimentando los ríos y lagos, aunque finalmente vuelve a los océanos, y otra más se infiltrará en el subsuelo generando las aguas subterráneas.

Las especiales características térmicas del agua (alto calor específico, elevado calor de evaporación, etc.) determinan que la hidrosfera sea un gran termostato regulador de la temperatura superficial de la Tierra. En efecto, el agua, por su alto calor específico (calor necesario para elevar en 1 °C la temperatura de 1 g de una sustancia) es poco sensible a las variaciones térmicas, debido a lo cual se caliente y se enfría menos rápidamente que los materiales rocosos de la superficie terrestre de calor específico inferior. Es fácil comprobar que en pleno verano las rocas, los asfaltos de las calles y carreteras, etc., se calientan mucho más rápido que las aguas marinas, las fluviales

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