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Economía General

890922Ensayo27 de Agosto de 2013

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Economía General es una asignatura de formación profesional básica, correspondiente al II ciclo del plan de Estudios de la Carrera Profesional de Turismo, Hotelería y Gastronomía.

La Economía es la base de nuestra sociedad y, como tal, debemos conocerla y aprender de ella para poder entender todo el proceso productivo. Con este curso le ofrecemos algunas nociones básicas para entender por qué es tan importante la economía para nosotros.

La Economía es importante porque forma parte del plan de estudios de casi todas las carreras profesionales en todas las universidades y centros de estudios superiores de nuestro país, y porque no se concibe que un profesional ignore las causas y las consecuencias de los fenómenos económicos que acompañan al ser humano en su diario vivir.

Economía General le conducirá por un interesante y breve recorrido sobre la forma en que el pensamiento económico se ha ido formando, hasta convertirse recién en el siglo XVII en una ciencia social. Le permite conocer también los diferentes sistemas económicos en que las sociedades se han organizado para dar respuesta a sus problemas básicos.

Le será útil porque le capacitara en la forma de utilizar los conceptos básicos de la teoría económica y poder elaborar juicios o criterios sobre la situación del país en que vivimos, tales como la pobreza, el desempleo, la deuda externa, el producto bruto interno, la distribución de la riqueza, etc. También aprenderá a interpretar el mensaje de los indicadores macroeconómicos que mensualmente aparecen en los medios de comunicación.

La siguiente síntesis panorámica de los puntos básicos del curso le dará una clara idea de su contenido:

Economía General se inicia con una breve historia de la evolución del pensamiento económico desde Grecia antigua hasta nuestros...

Importancia de la economía para todos

93 Comentarios Publicado el 27 de Agosto, 2007 enColumnistas, Gabriel Boragina, Opinion

Curio¬sa¬mente, a pesar de que pudiera pare¬cer lo con¬tra¬rio, la eco¬no¬mía tiene con¬si¬de¬ra¬ción muy rela¬tiva en la vida de las per¬so¬nas. Para la mayo¬ría de la gente, la eco¬no¬mía se reduce a muy pocas cues¬tio¬nes, en par¬ti¬cu¬lar a todo lo que se refiere a su tra¬bajo o empleo, a la pro¬pia manu¬ten¬ción y a la de la fami¬lia, a lo que se puede aho¬rrar a tra¬vés del tra¬bajo, y no muchas cosas más.

Este desin¬te¬rés gene¬ra¬li¬zado exis¬tente por cues¬tio¬nes eco¬nó-mi¬cas, pro¬viene de muy diver¬sas fuen¬tes, que de todas ellas la más impor¬tante, a mi jui¬cio, es la debida al pre¬jui¬cio que la mayo¬ría de los indi¬vi¬duos comu¬nes tie¬nen sobre la economía.

Esto creo, obe¬dece a patro¬nes sub¬je¬ti¬vos, ya que desde la escuela pri¬ma¬ria, secun¬da¬ria hasta la Uni¬ver¬si¬dad, por lo gene¬ral, las mate-rias eco¬nó¬mi¬cas tie¬nen por parte de los pro¬fe¬so¬res, un tra¬ta¬miento muy defi¬ciente; ade¬más, la poca gente que estu¬dió eco¬no¬mía, tiene una visión de esta mate¬ria, que se arras¬tra desde la década de los setenta del siglo veinte, con su pro¬funda pro¬fu¬sión de ecua¬cio¬nes dife¬ren¬cia¬les, cálcu¬los, cur¬vas y matri¬ces, que les daría un doble motivo a la mayo¬ría de las per¬so¬nas, para con¬si¬de¬rar a la eco¬no¬mía como una espe¬cie de cien¬cia oculta; indes¬ci¬fra¬ble, o como mucha gente me dice, cre¬yén¬dolo, una cien¬cia ati¬nente úni¬ca¬mente al campo de los con¬ta¬do¬res. Esta fre¬cuente con¬fu¬sión de las per¬so¬nas comu¬nes entre los con¬ta¬do¬res y los eco¬no¬mis¬tas, por lo cual cree que son la misma cosa, hace, a las cla¬ras, a la honda con¬fu¬sión exis¬tente en torno a la eco¬no¬mía, y por lo tanto, al con¬si¬guiente desin¬te¬rés, indi¬fe¬ren¬cia e incluso, hos¬ti¬li¬dad, que la gente común y corriente siente por ella.

Sin embargo, según expli¬ca¬ron los auto¬res de la escuela aus¬triaca eco¬no¬mía, en espe¬cial Lud¬wig von Mises, la eco¬no¬mía no es nin-guna otra cosa, que la cien¬cia de la acción humana. Es tan sim¬ple como decir que eco¬no¬mi¬zar es actuar, ele¬gir, optar, por dife¬ren¬tes cur¬sos de acción. Con éste enfo¬que aus¬triaco de la eco¬no¬mía, la situa¬ción cam¬bia abis¬mal¬mente y se advierte, tanto la impor¬tan¬cia de esta dis¬ci¬plina como que no se trata de nin¬guna otra cosa que del pro¬pio actuar humano.

En este sen¬tido amplio de la cien¬cia eco¬nó¬mica, pode¬mos adver¬tir que esto, no es nada mas que lo que los seres huma¬nos hace¬mos coti¬dia¬na¬mente. Desde los actos más tri¬via¬les y apa¬ren¬te¬mente insig¬ni¬fi¬can¬tes, hasta los más com¬ple¬jos, donde se encuen¬tran invo¬lu¬cra¬das transac¬cio¬nes por sumas side¬ra¬les. Desde com¬prar una golo¬sina en un quiosco; hasta inver¬tir millo¬nes de dóla¬res en la cons¬truc¬ción de una empresa, o una indus¬tria, ya sea side¬rúr¬gica o una planta ató¬mica, todos, abso¬lu¬ta¬mente todos los actos de los seres huma¬nos son actos económicos.

Esto, natu¬ral¬mente; resul¬tará suma¬mente extraño a la mayo¬ría de las per¬so¬nas, las que como, ya hemos expli¬cado ante¬rior¬mente, no están muy fami¬lia¬ri¬za¬das con los con¬cep¬tos bási¬cos de la eco¬no¬mía, ape¬nas tie¬nen algu¬nas ideas erró¬neas, las que lamen¬ta¬ble¬mente fue¬ron incul¬ca¬das en las escue¬las, y que se halla¬ron pro¬fun¬di¬za¬das en el error si es que tales per¬so¬nas tuvie¬ron acceso a la uni¬ver¬si¬dad pública e incluso, a las actua¬les uni¬ver¬si¬da¬des pri¬va¬das, que en su mayo¬ría pro¬pa¬gan los mis¬mos erro¬res eco¬nó¬mi¬cos que solo con¬tri-bu¬yen a con¬fun¬dir a la gente más de lo que ya la gente está confundida.

Pero, aun¬que la mayo¬ría de las per¬so¬nas no tenía idea de ello; y sigue sin tenerla, existe otra eco¬no¬mía; la eco¬no¬mía real, la ver¬da-dera, la de la acción humana, lo que no es por cierto, un des¬cu¬bri-miento nada nuevo, sino que data del año 1871, donde en Viena, Aus¬tria, un grupo de estu¬dio¬sos se lanzó a la inves¬ti¬ga¬ción de lo que más tarde sería deno¬mi¬nada la Escuela Mar¬gi¬na¬lista de la Eco-no¬mía o como tam¬bién se la llama, la Escuela Aus¬triaca de la Economía.

En rigor; debe¬ría¬mos ser más cla¬ros y decir que lo que la gente nor¬mal¬mente conoce como eco¬no¬mía es –en realidad-, una pequeña parte de una cien¬cia mucho más gene¬ral que recibe el nom¬bre de Pra¬xeo¬lo¬gía, a pesar de lo difi¬cul¬toso que pudiera pare-cer el tér¬mino, el mismo no sig¬ni¬fica otra cosa, tra¬du¬cido del griego, que lo que veni¬mos expli¬cando arriba, Pra¬xeo¬lo¬gía es el nom¬bre que Mises le dio a la cien¬cia de la acción humana. A los actos estric¬ta¬mente eco¬nó¬mi¬cos, –los que se tie¬nen por tales en el cono¬ci¬miento vul¬gar– como com¬prar y ven¬der, en reali¬dad, reci¬ben el nom¬bre de actos cata¬lác¬ti¬cos. El resto de los actos, de todos los actos huma¬nos, son Pra¬xeo¬lo¬gía pura, y son estu¬dia¬dos por esta ciencia.

En lo polí¬tico, el acto de votar es un acción de natu¬ra¬leza pra¬xeo¬ló-gica, aun¬que cla¬ra¬mente sea una redun¬dan¬cia for¬mu¬larlo de esta manera, por¬que como bien decía Mises, toda acción, por su pro¬pia natu¬ra¬leza es pra¬xeo¬ló¬gica. Hablar de una acción pra¬xeo¬ló¬gica no es nin¬guna otra cosa que una tautología.

De modo tal, que hay una con¬ti¬nua y per¬ma¬nente inter¬ac¬ción entre las accio¬nes cata¬lác¬ti¬cas y pra¬xeo¬ló¬gi¬cas. Cuando deci¬mos accio¬nes: natu¬ral¬mente, esta¬mos alu¬diendo a deci¬sio¬nes, ya que toda acción, está pre¬ce¬dida de una deci¬sión, y esto lo acla¬ra¬mos por¬que hay “accio¬nes” a las que inco¬rrec¬ta¬mente le damos ese nom¬bre, cuando no son más que reac¬cio¬nes con¬forme explica la Pra¬xeo¬lo¬gía de Mises, la acción siem¬pre es deli¬be¬rada y todo acto que no resulte de una pre¬via deli¬be¬ra¬ción no deberá repu¬tarse acción, sino que será una mera reacción.

Las deci¬sio¬nes que las per¬so¬nas adop¬tan per¬ma¬nen¬te¬mente están todas vin¬cu¬la¬das entre sí, no hay com¬par¬ti¬mien¬tos estan¬cos en el marco de la acción. Por ejem¬plo; habi¬tual¬mente la gente cree que el acto de votar es sola¬mente adop¬tar deci¬sio¬nes en mate¬ria polí-tica, esto es un error por¬que las per¬so¬nas a las que se están votando, en el caso de ser elec¬tas, asu¬mi¬rán car¬gos direc¬ti¬vos y toma¬rán deci¬sio¬nes con res¬pecto a los asun¬tos eco¬nó¬mi¬cos del país, es decir, que afec¬ta¬rán a la gente que con¬forma ese país. Enton¬ces, vemos con cla¬ri¬dad, el error gene¬ra¬li¬zado de creer que al votar, sólo se están adop¬tando deci¬sio¬nes polí¬ti¬cas. Por el con¬tra¬rio, se están tomando deci¬sio¬nes de un doble carác¬ter, es decir, tanto polí¬ti¬cas como económicas.

Desde otro ángulo, cuando rea¬li¬za¬mos transac¬cio¬nes comer¬cia¬les, y en un marco de una eco¬no¬mía con una fuerte inter¬ven¬ción esta¬tal como la gran mayo¬ría de las eco¬no¬mías con¬tem¬po¬rá¬neas, tam¬bién nos encon¬tra¬mos abra¬zando deci¬sio¬nes de tipo polí¬tico, aun¬que crea¬mos que úni¬ca¬mente son de natu¬ra¬leza eco¬nó¬mica. Pon¬ga¬mos un ejem¬plo; sabe¬mos que la mayo¬ría de los artícu¬los que con¬su¬mi-mos están gra¬va¬dos con impues¬tos y, más que la mayo¬ría, podría-mos decir que todos los artícu¬los que com¬pra¬mos

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