El Desarrollo De La Ciencia

QUIMICA APLICADA

El desarrollo de la ciencia

Nombres de los elementos

Si usted fuera el descubridor de un nuevo elemento, ¿cómo lo nombraría? A través de la historia los científicos han respondido a esta cuestión de diferentes maneras. La mayoría ha elegido honrar a una persona o un lugar o describir la nueva sustancia.

Hasta la Edad Media sólo eran conocidos nueve elementos: oro, plata, estaño, mercurio, cobre, plomo, hierro, azufre y carbono. Los símbolos químicos de los metales fueron tomados de los nombrs descriptivos latinos: aurum (“amarillo”), argentum (“brillante”), stannum (”goteo”), o “fácilmente fundido”, hydrargyrum (“agua plateada”), cuprum (Chipre, donde estaban localizadas muchas minas de cobre), plumbum (significado exacto de desconocido). El mercurio se nombró según el planeta, como un recordatorio de que los antiguos asociaban los metales con dioses y cuerpos celestes. Al mismo tiempo, tanto el planeta, que se mueve rápidamente a través del firmamenteo, y el elemento, que es el único metal líquido a temperatura ordinaria y así fluye rápidamente, se nombraron como el veloz dios de los mensajeros en la mitología romanal. En inglés el mercurio se apodó “quick silver” (planeta viva).

Antes de las reformas de Antoine Lavoisier, la química era una ciencia no sistemática y en gran medida no cuantitativa, en la que los experimentadores tenían poco contacto unos con otros. En 1787 Lavoisier publicó su Methode de Nomenclature Chimique, que proponía, entre otros cambios, que todoso los nuevos elementos fueran nombrados descriptivamente. Durante los 125 años siguientes, a la mayoría de los elementos se les dieron nombres que correspondían a sus propiedades. Una fuente popular eran las raíces griegas, como evidenciaban hidrógeno (hydros-gen, “productor de agua”), oxígeno (okysgen, “productor de ácido”), nitrógeno (nitron-gen, “productor de sosa”), bromo (bromos, “hedor”) y argón (a-er-gon, “no reactivo”). Los descubridores del argón, Ramsay y Rayleigh, originalmente propusieron el nombre aeron (de aer o aire) pero los críticos pensaron que era demsaido próximo al nombre bíblico Aaron. También fueron usadas raíces latinas tales como radius (“rayo”) (radio y radón son, los dosl, elementos radiactivos naturales que emiten “rayos”). El color fue a menudo la propiedad determinante, especialmente después de la invención del espectroscopio en 1859, puesto que los diferentes elementos (o la luz que emiten) tienen prominentes colores característicos. Cesio, indio, yodo, rubidio y talio se nombraron de esta manera. Sus respectivas raíces griegas y latinas denotan azul-gris, índigo, violeta, rojo y verde (thallus significa “retoño de árbol”). A causa de la gran variedad de colores de sus compuestos, el iridio toma su nombre de latín iris, que significa arco iris. Alternativamente un nombre de elemento podía sugerir un mineral o la mena que lo contenía. Un ejemplo es wolframio (W), que fue aislado de la wolframita. Otros dos símbolow elementales “inconsistentes”, K y Na, surgen también de dónde aparecen Kalium fue primero obtenido de la planta de la sal, Salsola kali, y natrium del mitro. Sus nombres potasio y sodio se derivan de las menas potasa y sosa.

Otros elementos, en contra de la sugerencia de Lavoisier fueron nombrados según planetas, figuras mitológicas, lugares o supersticiones. Los “elementos celestiales” incluyen helio (Sol), teluro (Tierra), Selenio (Luna, el elemento fue descubierto en gran proximidad al teluro), cerio (por el asteroide Ceres, fue descubierto sólo dos años antes que el elemento) y uranio (por el planeta Urano, descubierto unos pocos años antes). Los dos primeros elementos transuránidos (los que están después del uranio) en ser producidos fueron nombrados neptunio y plutonio, como los dos siguientes plantes, Neptuno y Plutón. Los nombres promecio (Vanadis, diosa escandinava), titanio (Titanes, los primeros hijos de la Tierra), tantalio (Tántalo, padre de Niobe) y torio (Thor, dios escandinavo de la guerra) surgen todos de la mitología griega o escandinava.

Los elementos geográficos“, mostrados en el mapa, a veces honraban al país nativo del descubridor o su lugar de trabajo. Los nombres latinos de Rusia (rutenio), Francia (galio), París (lutecio) y Alemania (germanio) están entre éstos. María Sklodowska Curie nombró polonio a uno de los elementos que descubrió, según su nativa Polonia. A menudo la localidad del descubrimiento presta su nombre al elemento, el récord lo tiene el pueblo sueco de Ytterby, el lugar de las menas de las que fueron aislados los cuatro elementos terbio, erbio, iterbio e itrio. Los elementos que honran a importantes científicos incluyen curio, einstenio, nobelio, fermio y lawrencio.

La mayoría de los elementos ahora conocidos se nombraron tranquilamente, pero unos pocos no. El niobio, aislado en 1803 por Ekeberg de una mena que también contenía tantalio, y nombrado según la diosa griega Niobe (hija de Tántalo), se encontró más tarde que era idéntico a un descubrimiento de 1802 de Hatchett, el columbio. (Es interesante que Hatchett encontró el elemento en una muestra de mena que había sido enviada a Inglaterra más de un siglo antes por John Winthrop, primer gobernador de Connecticut.) Mientras “niobio” se convirtió en la designación aceptada en Europa, no es sorprendente que los americanos eligieran “columbio”. No fue hasta 1949 – cuando la Unión Internacional de Química Pura y Aplicada (IUPAC) terminó con más de un siglo de controversia regulando a favor de la mitología – que el elemento número 41 recibió un

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