El niño y la naturaleza (ensayo)
Asael.Ventura07Ensayo22 de Enero de 2021
4.159 Palabras (17 Páginas)396 Visitas
Ensayo
El niño y la naturaleza
Objetivo
Que las recomendaciones y actividades implementadas sirvan para llevar a cada niño y niña a una relación mejorada con la naturaleza con el fin de aprender mejor y tener mejor conocimiento.
3.1 Es un hecho que el contacto de los niños con la naturaleza está disminuyendo. Los juegos son hoy en su mayoría electrónicos y el acceso a lugares naturales o naturalizados donde al niño le resulte agradable el juego es cada vez más difícil.
Esta situación está relacionada con lo que se ha dado en llamar Trastorno por déficit de naturaleza (Louv, 2008). Ese mismo autor acuñó el término vitamina N, (de Naturaleza), para referirse al beneficio que supone pasar tiempo en ambientes naturales. El referido trastorno se ha relacionado con casos de estrés infantil y TADH. Se hace necesario y urgente pasar del análisis teórico al ensayo y divulgación de medidas prácticas eficaces que logren atajar un problema de salud aún poco estudiado y que va en aumento.
En la naturaleza los niños tienen la riqueza y sutileza de estímulos que necesitan para el desarrollo de sus sentidos. La luz natural y la belleza de los seres y procesos naturales influyen muy positivamente en su ánimo, hacen ejercicio en lugares de calidad ambiental alta, evolucionan de modo espontáneo, se prueban a sí mismos y desarrollan habilidades sociales con sus compañeros de juegos. Hemos de procurar que los niños completen sus procesos exploratorios y de juego sin interrupciones, sin demasiadas pautas, observándoles y aprendiendo de ellos, pues siempre nos enseñan y nos recuerdan cosas, cosas sencillas e importantes que nosotros habíamos olvidado.
En algunos casos, el acceso a entornos naturales o naturalizados saludables en las ciudades no es fácil, bien debido a una excesiva distancia, a la contaminación urbana o al diseño inadecuado de zonas verdes.
3.2 el contacto regular con la naturaleza, con su fauna y con su flora, no solo beneficia la salud infantil, sino también la afectividad, la creatividad y el bienestar de niños y niñas. Relacionarse con la naturaleza es un fuerte estimulo cognitivo y psicomotriz del desarrollo infantil y la mejor oportunidad para jugar, explorar los límites del mundo y de uno mismo y reforzar el sentimiento de pertenencia positiva al mundo que le rodea.
La naturaleza es un entorno que refuerza los vínculos afectivos, donde nada está estructurado bajo patrones sexistas o clasistas. Jugar al aire libre en un ambiente natural enseña a compartir y a poner en perspectiva a niños y niñas respecto de su lugar en el mundo y de las ventajas que el mundo natural ofrece al mundo humano.
Experimentar los ciclos y cambios de la naturaleza, de la luz, del aire, del agua y del cielo no solo es divertido y enriquecedor, también favorece las habilidades cognitivas y tiene un efecto positivo sobre el bienestar emocional y físico, promueve la actividad física, mejora la respiración, previene el sobre peso, y estimula la psicomotricidad de niños y niñas.
En nuestra sociedad actual y cada vez con más frecuencia, la experiencia de la infancia ocurre en el entorno urbano. Sin duda, vivir en la ciudad permite a los niños disfrutar de ventajas como la educación, los servicios médicos o las instalaciones recreativas. Pero el hecho de que los niños vivan actualmente en entornos cerrados, llevando una vida sedentaria, conectados a la tecnología y separados del mundo natural, sin prácticamente disfrutar de momentos de juego al aire libre, conlleva grandes desventajas. Lejos de la naturaleza, los niños se están perdiendo estímulos como el contacto con espacios abiertos, la sensación de libertad y de poder moverse libremente, de observar cómo funciona la naturaleza, como crece una planta, como nace otro mamífero, como se desencadena una tormenta, es decir, se están perdiendo experiencias vitales que son fundamentales para su aprendizaje.
Los niños necesitan estar en contacto con el mundo que les rodea para desarrollarse de forma integral. Ocurre que los niños de hoy reciben mucha información sobre medio ambiente y ecología, pero este conocimiento proviene de libros u ordenadores, y no de acercarse a su entorno y descubrir por si mismos lo que es la naturaleza.
Pero nada puede sustituir lo que un niño aprende en la naturaleza. Estar en contacto con del medio natural va a fomentar un buen desarrollo físico, intelectual, emocional y relacional, les va a hacer más fuertes, estar menos estresados y les ayuda a entender lo que es y significa el medioambiente. Por eso es esencial ayudar a nuestros hijos a recuperar el contacto con la naturaleza.
La vida cotidiana actual nos aleja de los espacios naturales. De hecho, los expertos han puesto nombre a este creciente aislamiento del mundo natural que viven los niños: trastorno de déficit de naturaleza. Y tiene que ver también con nuevos hábitos infantiles, al incrementarse el consumo de nuevas tecnologías que suplantan la experiencia directa con la naturaleza. Una de las consecuencias de estar completamente desconectados de la naturaleza es la aparición de trastornos físicos y psíquicos como obesidad, estrés, problemas de concentración, trastornos de aprendizaje, hiperactividad, fatiga crónica e incremento de asmas o alergias.
Y es que son muchos los niños que salen de casa por la mañana para ir al colegio, en coche o autobús, regresan por la tarde por el mismo medio y, a la hora de jugar, lo hacen en casa, muchas veces con la consola, la tele, o el ordenador. Y si, realizan muchas actividades, todas ellas programadas, en ambientes protegidos, siempre pensados para su seguridad, que no se mojen, no se ensucien, no les piquen bichos. Pero privados de experiencias espontaneas con la naturaleza, como jugar libremente en el parque o en el campo, trepar árboles, tirar piedras a los charcos, cazar lagartijas o insectos, tan importantes para desarrollar su capacidad de exploración, de creatividad, de desarrollo cognitivo y emocional.
Los niños se sienten espontáneamente atraídos por la naturaleza. La naturaleza es un espacio ideal para estimular sus sentidos, para que se experimenten, hagan sus propios descubrimientos y aprendan a entender cómo funciona el mundo a partir de sus vivencias personales, en directo. Se despiertan sus ganas de aprender y de explorar, se activa su imaginación mediante la experimentación y el juego, se fomenta además su autonomía, creatividad, empatía y se consiguen habilidades motoras de coordinación, equilibrio y agilidad, ya que practicando juegos al aire libre van a mejorar su forma física.
Conocer la naturaleza a los niños y niñas les va a hacer sentir interés por preservar el medioambiente.
Subir a un árbol, oler las flores, ver cómo nace un ternero, recoger insectos, plantar semillas. Todos estos estímulos provocan en el niño sensaciones que sirven para construir el conocimiento, porque lo que aprendemos vinculado a emociones se graba más fácilmente en nuestra memoria y es más difícil de olvidar. Nada mejor que aprender como es el mundo que descubriéndolo en la propia naturaleza. Para aprender que es una flor, por ejemplo, lo mejor sería observar la flor en el campo, alrededor de otras flores, pudiéndola recoger, tocar, oler. Porque todo el aprendizaje debería poder hacerse desde la realidad, en directo, y no tanto por fotografías, videos o libros. Y porque es de manera natural, con el contacto directo y usando todos los sentidos, como los niños mejor aprenden como es el mundo que les rodea. Además, es la mejor manera de despertar la curiosidad, que es la clave para que el niño ponga atención, y aprenda, porque realmente se aprende cuando existe motivación. La naturaleza ofrece una experiencia sensorial completa: se puede tocar, oler, ver, oír, probar… y siempre será más fácil y más atractivo aprender estando en contacto directo con la naturaleza, que no simplemente sabiendo que es viéndola solo en los libros, en un ordenador o desde un pupitre de la escuela.
3.3 sin duda son de mucha ayuda los padres ya que son los que deben de poner los medios para que los hijos pasen tiempo en entornos naturales. Y si, es difícil sacar el tiempo y hacer que se conviertan en un habito, pero es necesario hacer el esfuerzo. De entrada, se trata de recuperar los espacios naturales públicos. Jugar en jardines, parques, y zonas verdes cercanas es una buena manera de poner a los niños en contacto con la naturaleza. También aprovechar los fines de semana para salir de picnic al campo, visitar granjas, parques naturales, ir a bañarse a un pantano o a un rio, hacer alguna acampada al aire libre. Y por supuesto aprovechar las vacaciones y elegir destinos naturales, como la playa o el campo, enseñarles a pescar, a observar las aves, las hojas o los insectos, recoger conchas o piedras en la playa, construir castillos de arena, o también apuntarles a campamentos en la naturaleza.
Algunas actividades para que los niños conozcan su entorno natural pueden ser jugar en una zona ajardinada con arena o agua, recolectar hojas secas en otoño, ir a buscar moras o setas, hacer un muñeco de nieve en la montaña, ir a ver los almendros en flor, plantar semillas de flores y plantas, mejor si son comestibles o aromáticas, y observar los cambios de estaciones, criar gusanos de seda, hablar con ellos de los árboles, animales e insectos que vemos, explicarles el origen de los alimentos, de donde viene la leche, las frutas o un filete. Y para invitarles
...