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El papel de la inducción

Victoria12345671Apuntes19 de Junio de 2016

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4. El papel de la inducción:

Todos estos pensadores adoptaron una posición empirista de acuerdo con la cual el conocimiento solo es legítimo cuando se apoya en la experiencia perceptiva, es decir, en lo dado inmediatamente a los sentidos. Los datos observacionales eran considerados como la base para confirmar inductivamente las hipótesis generales. Esta fue la estrategia propuesta por el inductivismo crítico de Hempel y de Carnap. Hempel y Carnap consideraron, sin embargo, que aunque las hipótesis empíricas  no puedan ser probadas concluyentemente, sí es posible confirmarlas; es decir, es posible asignarles un grado de probabilidad o apoyo inductivo a partir de cada uno de los casos favorables hallados en sucesivas contrastaciones. = inductivismo crítico

se reconoce que la inducción desempeña un papel crucial en la justificación de las teorías, pero se admite que los argumentos inductivos no permiten arribar con certeza a las conclusiones que ofrecen.

Pese a reconocer el papel de la inducción en la justificación de las hipótesis, los inductivistas críticos –también llamados confirmacionistas se pronunciaron en contra de una creencia muy extendida: la que sostenía que los argumentos inductivos también se empleaban en la generación de hipótesis, es decir, en la instancia en que se busca producir una respuesta para el problema científico que se investiga (instancia que se conoce como contexto de descubrimiento).

la investigación comienza con la observación de casos particulares que se registran en enunciados singulares observacionales; luego, a partir de ellos y mediante la generalización inductiva, se infiere la hipótesis.de acuerdo con el inductivismo crítico, esta versión acerca de la investigación científica que propone que se parta de la observación y la generalización inductiva para generar hipótesis, no es sostenible por dos razones:

  • hacer observaciones es necesario contar con un criterio que nos determine qué es lo que será relevante observar; de otro modo, deberíamos registrar infinitos hechos, la mayoría de los cuales serían inútiles para la investigación: las hipótesis no se derivan de las observaciones, sino que estas dependen de aquellas.
  • si las hipótesis se derivaran inductivamente a partir de enunciados observacionales que dan cuenta de casos particulares constatados, no existirían hipótesis con términos teóricos. Pero la ciencia contiene muchísimas teorías cuyas hipótesis refieren a entidades inobservables.

En lo relativo al contexto de descubrimiento, las hipótesis se inventan para dar cuenta de los hechos, sin ninguna intervención de la lógica inductiva ni de la deductiva.
 En efecto, que las hipótesis sean confirmadas no significa que sean verdaderas (razón por la cual el enunciado a es falso ), ni que sean falsas (haciendo también falso el enunciado b); que una hipótesis resulte confirmada solo la vuelve probable y nos garantiza que es científica (de modo que es verdadero). La confirmación se apoya sobre un tipo de razonamiento inductivo (no deductivo, como afirmaba falsamente e) y depende de la cantidad de casos favorables que resulten de la contrastación (tal como sugiere d), así, a mayor cantidad de casos, mayor será la evidencia disponible a favor de la hipótesis y mayor su probabilidad.


5. El Progreso de la ciencia:

Una vez contrastadas, las hipótesis altamente confirmadas podían ser empleadas como leyes para explicar y predecir fenómenos, dado su alto grado de confiabilidad en virtud del apoyo inductivo proveniente de las sucesivas confirmaciones. El concepto de confirmación inductiva desempeñaba una función clave en la concepción del positivismo lógico acerca del progreso científico. En efecto, el desarrollo científico era considerado como un proceso acumulativo donde las teorías más firmes eran reemplazadas por otras que las corregían, enriquecían o ampliaban, pero siempre conservando el contenido presuntamente verdadero de las anteriores, las que seguían teniendo aplicación dentro de un rango más restringido.
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6. El criterio de demarcación: rasgos preponderantes del positivismo lógico fue su posición de rechazo con respecto a los contenidos de la metafísica, considerados centrales para la filosofía tradicional. Los positivistas lógicos tenían la convicción de que los problemas metafísicos no eran más que pseudoproblemas originados en usos inadecuados del lenguaje. El análisis lógico permitía determinar con precisión si un enunciado pertenecía a la ciencia formal o si pertenecía a la ciencia fáctica (en cuyo caso debía poseer contenido descriptivo acerca del mundo)La filosofía debía dedicarse, de acuerdo con esta perspectiva, al análisis lógico del lenguaje científico para dictaminar si las afirmaciones que se formulaban con pretensión cognoscitiva pertenecían al primero o al segundo tipo de ciencia, y a descartar como metafísica a cualquier otra expresión que se propusiera. Consideraron que las afirmaciones metafísicas –que refieren a entidades ubicadas más allá de la experiencia posible y que no pueden conectarse con ella a través de deducciones– debían ser eliminadas del ámbito de la ciencia puesto que ellas no expresaban auténticas proposiciones


Documento colectivo fundacional denominado La concepción científica del mundo: el Círculo de Viena, en el que enunciaron los principios fundamentales que animaban el positivismo lógico.

El criterio de demarcación del positivismo lógico cumplía una doble función: servía para determinar si una afirmación pertenecía a la ciencia o no, pero a la vez se aplicaba para indicar si dicha afirmación tenía sentido o carecía de él

En consecuencia, para que un enunciado tuviera significado traducible al lenguaje observacional. Todos los enunciados de las teorías empíricas debían ser susceptibles de reducción a proposiciones denominadas protocolares, que son enunciados empíricos básicos constituidos exclusivamente con términos lógicos y observacionales.

Para los positivistas lógicos, incluso las proposiciones teóricas puras debían poder ser traducidas –en conjunción con enunciados teóricos mixtos, a través de cadenas de sucesivas definiciones– a afirmaciones empíricas que expresaran las propiedades y relaciones observables entre los objetos materiales.
 Si una proposición contenía un término referido a alguna entidad inobservable, ese término debía ser definido empleando solo términos observacionales. En el caso de que se tratase de términos teóricos –por ejemplo, positrón–, esta tarea podría realizarse especificando en la definición qué fenómenos observables se consideran señales de su presencia (como por ejemplo, la estela de la partícula visible en la nube de vapor de la cámara de niebla). Esto no sería factible en el caso de términos metafísicos, como Diosel Serla esencia, etcétera. De este modo, el criterio permitiría expurgar el conocimiento de cualquier contenido metafísico. Todo enunciado que pretendiera ser empírico debía ser expresable en términos de afirmaciones empíricas. Entonces era posible formular enunciados empíricos básicos que serían empleados para la puesta a prueba de las hipótesis, garantizando así la contrastabilidad de los enunciados científicos y, con ello, su conexión con la experiencia.

 la contrastación requería que se dedujeran a partir de las hipótesis enunciados empíricos básicos denominados consecuencias observacionales. Estos eran verificados o refutados a partir de las observaciones y funcionaban así como el tribunal que decidía si la hipótesis iba a transformarse en conocimiento científico o no. Si las consecuencias observacionales se verificaban, la hipótesis de la que se deducían resultaba confirmada, pero si las consecuencias observacionales resultaban falsas, la hipótesis debía rechazarse, pues había sido refutada.
 Por esa razón, al conjunto de afirmaciones empíricas básicas se lo denominó base empírica de las teorías.
 ¡Muy bien! Efectivamente, de acuerdo con el positivismo lógico, las afirmaciones metafísicas eran sinsentidos, como tales, no expresaban proposición alguna y, por lo tanto, no eran posible predicar de ellas verdad o falsedad.

¡Excelente! Tu respuesta es correcta. Tal como vimos, de acuerdo con esta corriente, las hipótesis empíricas no pueden verificarse, pero esto no es razón para rechazarlas. El problema con las afirmaciones metafísicas no es que no se pueda probar concluyentemente su verdad sino que no pueden ser sometidas a prueba.
 ¡Excelente! Tu respuesta es correcta. De acuerdo con esta corriente, el análisis lógico permite distinguir entre los términos teóricos y los metafísicos. Sabemos que para que un enunciado tuviera significado (o lo que es lo mismo: tuviera contenido empírico), no se exigía que estuviera formulado en lenguaje observacional, sino que pudiera ser traducido al lenguaje observacional. 
Lo que diferenciaba a los enunciados teóricos de los metafísicos era que, mientras los enunciados teóricos (aun los puros) podían (y debían) ser traducibles a afirmaciones empíricas básicas que expresaran las propiedades y relaciones observables entre los objetos materiales; las afirmaciones metafísicas no podían serlo (pues contenían términos metafísicos como "Ser", "esencia", etc.) y debían ser excluidas del ámbito del conocimiento.

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