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Endotelio Y Sepsis V. TOMICIC FLORESa Y J. GUERRERO PERALTAa,b AUnidad De Cuidados Intensivos. Clínica Alemana De Santiago. Santiago De Chile. Chile. BUnidad De Cuidados Intensivos. Hospital Clínico Universidad De Chile. Santiago De Chile. Chile.


Enviado por   •  8 de Mayo de 2014  •  4.402 Palabras (18 Páginas)  •  496 Visitas

Página 1 de 18

El concepto actual de la función endotelial en

condiciones normales y de inflamación ha cambiado

radicalmente desde los tiempos en que era

considerado como una mera barrera entre el espacio

intra y extravascular. En condiciones normales,

el endotelio tiene un importante papel anticoagulante,

antiadhesivo para los leucocitos y

de regulación del tono vascular. En condiciones

de inflamación, el fenotipo endotelial cambia a

uno procoagulante, proadhesivo, y proinflamatorio.

El endotelio vascular es un tipo celular central

en la orquestación de la respuesta inflamatoria.

PALABRAS CLAVE: sepsis, disfunción endotelial, respuesta

inflamatoria, óxido nítrico.

ENDOTHELIUM AND SEPSIS

The current concept of the endothelial function

in normal condition and in inflammatory states

has changed radically since the time in which

it was regarded as a simple barrier between intravascular

and extravascular compartments.

Under normal conditions, the endothelium plays

an important role as anticoagulant, as antiadhesive

for leukocytes, and as a modulator of the

vascular tone. In conditions of inflammation, the

endothelial phenotype changes to a pro-coagulant,

pro-adhesive, and pro-inflammatory one.

Vascular endothelium is a key cellular type in assembling

the inflammatory response.

KEY WORDS: sepsis, endothelial dysfunction, inflammatory

response, nitric oxide.

INTRODUCCIÓN

Durante muchos años el endotelio fue considerado

una barrera inerte que separaba el torrente circulatorio

de los tejidos subyacentes. Los avances en la comprensión

de los procesos involucrados en la respuesta del

huésped a la lesión han permitido reconocer a esta población

celular como un órgano verdadero que ocupa

un lugar fundamental en el montaje de dicha respuesta.

Ampliamente distribuidas en el cuerpo humano,

las células endoteliales tapizan el compartimiento

vascular que alcanza una superficie de 4.000 a 7.000

m2 y cumplen múltiples funciones donde destacan:

regulación del tono vasomotor, balance local de mediadores

pro y antiinflamatorios, regulación del desplazamiento

de células y nutrientes, mantenimiento

de la fluidez sanguínea y generación de neovasos1.

En la sepsis se produce una activación endotelial

masiva, exagerada y sostenida que se caracteriza por

desequilibrio entre mediadores pro y antiinflamatorios

y pérdida del tono vasomotor. En este caso la

respuesta es "desadaptada" (disfunción endotelial) y

puede acabar con la vida del individuo afectado. El

término disfunción endotelial se relaciona con ambos

tipos de respuesta (local o sistémica) y se refiere

principalmente a aquellos casos en que la respuesta

endotelial implica, de una u otra manera, un coste

para el huésped2.

En este capítulo nos referiremos a 4 aspectos de la

activación endotelial: a) activación de la célula endotelial

como respuesta adaptativa normal; b) disfunción

endotelial en la sepsis; c) daño endotelial e insulto hipóxico/

isquémico, y d) endotelio y regulación del

tono vasomotor (unidad reguladora mioendotelial).

ACTIVACIÓN DE LA CÉLULA

ENDOTELIAL COMO RESPUESTA

ADAPTATIVA NORMAL

En condiciones normales las células endoteliales

se encuentran continuamente reconociendo y res-

Endotelio y sepsis

V. TOMICIC FLORESa Y J. GUERRERO PERALTAa,b

aUnidad de Cuidados Intensivos. Clínica Alemana de Santiago. Santiago de Chile. Chile.

bUnidad de Cuidados Intensivos. Hospital Clínico Universidad de Chile. Santiago de Chile. Chile.

Correspondencia: Dr. V. Tomicic.

Unidad de Cuidados Intensivos.

Clínica Alemana de Santiago.

Avda. Vitacura 5961. Vitacura. Santiago de Chile.

Correo electrónico: vinkotomicic@hotmail.com

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pondiendo en forma activa frente a los cambios que

ocurren en el ambiente extracelular local, como sucede

en presencia de bacteremia, trauma, isquemiareperfusión,

etc. En otras palabras, la activación de

la célula endotelial se produce como respuesta adaptativa

normal y la forma de presentación y duración

de ésta dependerá del tipo de estímulo, sitio donde

se desarrolla y momento en que ocurre su activación

dentro del sistema circulatorio. Este concepto temporoespacial

de la activación endotelial se ha denominado

"heterogenicidad endotelial" o "diversidad

vascular". Cabe destacar además que la respuesta endotelial

no es un fenómeno del "todo o nada" (onoff),

sino que representa un espectro amplio que depende

del estado de salud o enfermedad del huésped1.

Así, cuando la respuesta endotelial beneficia al

organismo en cuestión, ésta puede ser considerada

adaptativa y fisiológica, como ocurre en la invasión

local por un patógeno. En este caso, la liberación de

mediadores inflamatorios, marginación de leucocitos

y activación de la coagulación cumplen la función

de rodear la infección e impedir que ésta se distribuya

ampliamente en el resto del organismo.

Transducción de la señal inducida

por lipopolisacáridos

El lipopolisacárido (LPS) es el responsable de la

iniciación de la cascada inflamatoria en las infecciones

producidas por bacterias gramnegativas. Su actividad

biológica es mediada por una glucoproteína

de fase aguda de síntesis hepática que posee alta afinidad

para LPS, denominada proteína de enlace de

LPS (LBP). La importancia de esta última en la activación

de la sepsis ha quedado demostrada por la

menor sensibilidad a LPS observada en ratas carentes

del gen de LBP.

La LBP forma un complejo con LPS (LPS-LBP)

y funciona como una proteína de transferencia que

acarrea LPS hacia receptores ubicados en la superficie

celular. El complejo LPS-LBP ejerce su actividad

al entregar LPS a un receptor de membrana específico

denominado mCD14 que se encuentra en la

superficie de macrófagos, monocitos y neutrófilos.

Existen resultados contradictorios con respecto a

la expresión de este receptor en la superficie de las

células endoteliales; sin embargo, algunos autores

han logrado estimular células endoteliales mCD14

negativas. En ausencia de mCD14, LPS puede actuar

sobre las células endoteliales por medio de la

forma soluble de este receptor (sCD14). Este último

es liberado a la circulación desde los monocitos activados

y es capaz de actuar como mediador de la actividad

de LPS en una forma LBP-dependiente similar

a mCD143.

Ambas formas de CD14 se comportan como moléculas

de reconocimiento que interactúan no sólo

con LPS, sino también con otros componentes microbianos

como peptidoglicano soluble y ácido lipoteicoico.

El mCD14, al carecer de dominio intracelular, es

incapaz de iniciar por sí mismo una respuesta celular,

razón por la cual debe acompañarse de proteínas

transmembrana. Entre éstas destacan los receptores

toll-like (TLR) identificados como indispensables

para inducir la activación de mediadores intracelulares

tales como proteínas quinasas y factor nuclear

kappa-B (NF-κB).

La célula endotelial expresa predominantemente

dos tipos de TLR, TLR-4 y TLR-2. Ambos son regulados

por factores relacionados con la inflamación,

entre ellos LPS, factor de necrosis tumoral-α

(TNF-α) e interferón-γ (IFNγ).

En los mamíferos, el TLR-4 es probablemente la

proteína transmembrana más importante involucrada

en la transmisión de la señal inducida por LPS; no

obstante, es necesario mencionar que se han identificado

otros tipos de proteínas como el fMLP, que se

comportan de manera similar.

Recientemente en una variedad de ratas resistentes

a LPS (C3H/HeJ y C57BL/10ScCr) se demostró

que la mutación del gen para TLR-4 les confería resistencia

a los efectos de la endotoxina bacteriana.

Sorprendentemente, esta anomalía no pudo ser corregida

por transfección de sus líneas celulares con

receptores TLR-4 lo que hizo plantear la existencia

de moléculas adicionales.

TLR-4 para ejercer su acción requiere la presencia

de una glucoproteína accesoria denominada MD-2,

ésta se une al dominio extracelular de TLR-4 otorgándole

mayor capacidad de respuesta frente a LPS.

Probablemente cada miembro de la familia de TLR

necesita una proteína accesoria específica para reconocer

los diferentes componentes bacterianos3.

Factor de transcripción NF-κB

Los efectos proinflamatorios del LPS se cree que

están mediados por activación del NF-κB que se encuentra

presente tanto en células mieloides (monocito-

macrófago, polimorfonucleares [PMN]) como en

células endoteliales. Este factor desempeña un papel

central en la regulación de la transcripción de citocinas,

moléculas de adhesión y otros mediadores que

dependerán del tipo de célula estimulada.

El NF-κB forma parte de una familia de proteínas

estructuralmente relacionadas que contienen una región

aminoterminal denominada dominio homólogo

Rel (RDH), donde se encuentra el dominio de dimerización

y la señal de localización nuclear (NLS).

Cuando la célula se encuentra en estado quiescente,

en el citoplasma celular NF-κB, heterodímero

constituido por las subunidades p50 (NF-κB1) y p65

(RelA), se encuentra unido a una proteína inhibidora

conocida como IκB que enmascara la NLS4.

Mediadores intracelulares y activación

del NF-κB

Como se mencionó, el NF-κB unido al IκB permanece

en el citoplasma como un factor de transcripción

latente. La liberación del NF-κB se consigue

a través de la fosforilación y degradación proteolíti-

ca del IκB en el citoplasma, proceso que puede ocurrir

en respuesta a una amplia gama de estímulos tales

como TNF-α, interleucina 1B (IL-1ß), LPS,

ARN doble hebra, especies reactivas de oxígeno

(ERO), radiación gamma, etc.

El IκB está constituido por dos subunidades inhibidoras

(IκBα e IκBß). Ambas son susceptibles de

ser fosforiladas y esto ocurre a nivel de residuos de

serina específicos ubicados en su extremo aminoterminal

(Ser32, Ser36). Este proceso se inicia con la

activación de dos quinasas de IκB (IKKα e IKKß),

también conocidas como IKK-1 e IKK-2, en respuesta

a los estímulos antes citados.

Luego, las quinasas de IκB forman homo y heterodímeros

que se unen a una tercera proteína conocida

como modulador esencial de NF-κB (NEMO).

Este complejo formado por IKK-1, IKK-2 y NEMO

pasa a formar parte, junto a otras proteínas, de una

estructura de alto peso molecular denominada IKK

signalosoma, capaz de acoplarse a otras quinasas

activadoras corriente arriba, entre ellas, proteínas

quinasa-quinasa-quinasa activadas por mitógenos

(MAP3K), quinasa inductora de NF-κB (NIK) y

quinasa quinasa-1 reguladora de la señal extracelular

(MEKK-1).

A su vez, para que estas quinasas corriente arriba

continúen con el proceso de fosforilación de IκB,

requieren interactuar directamente con diferentes

factores que se encuentran asociados a los receptores

de TNF-α e IL-1. Estos factores forman parte de

complejos de señal citoplasmática receptor-específicos,

entre los que destacan TRAF1, TRAF2, receptor

de TNF 1-asociado al dominio proteico de muerte

(TRADD) y TRAF6 donde TRADD se encuentra

asociado con receptores de TNF-α y TRAF6 con los

de IL-15.

Un ejemplo de ello, es la capacidad que tiene

NIK para unirse directamente con TRAF2 e iniciar

la activación del NF-κB. Aunque no existe consenso,

parece que la sobreexpresión de NIK y MEKK-1

conducen a la fosforilación de IKK-1 e IKK-2, donde

NIK expresa preferencia por IKK-1 y MEKK-1

por IKK-24.

Una vez concluida la fosforilación de IκB, éste es

ubiquitinado por la ubiquitina ligasa E3, miembro

terminal de una cascada de enzimas conjugantes de

ubiquitina, para luego ser degradado por el proteasoma

26S. En ese momento el heterodímero p50-p65

libre es translocado al núcleo, donde se une a secuencias

κB en regiones promotoras de genes específicos

que codifican mediadores activados transcripcionalmente

por este factor. En el caso de las

células endoteliales los principales mediadores serán

moléculas de adhesión, tales como E-selectina, moléculas

de adhesión intracelular (ICAM-1) y molécula

de adhesión intercelular (VCAM-1)4 (fig. 1).

DISFUNCIÓN ENDOTELIAL EN LA SEPSIS

El compromiso de la función endotelial forma

parte de la respuesta multicelular integrada que el

huésped es capaz de montar frente a un patógeno

agresor. Esta disfunción puede culminar en una alteración

grave de la homeostasis vascular que se caracteriza

por oclusión microvascular de magnitud

variable que puede llevar a un desequilibrio entre la

oferta y demanda de oxígeno a nivel tisular6.

En la sepsis, la célula endotelial cambia desde un

fenotipo quiescente (anticoagulante, antiadhesivo,

vasodilatador) a uno activado (procoagulante, proadhesivo,

vasoconstrictor) donde ocurren cambios

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Figura 1. Mediadores intracelulares y activación del factor nuclear kappa-B (NF-κB). TNF: factor de necrosis tumoral;

TRADD: receptor de TNF1 asociado al dominio proteico de muerte.

estructurales y funcionales que la caracterizan (tabla

1). Tanto las células endoteliales como los monocitos

participan en la activación paralela de las

cascadas de inflamación y coagulación que tendrán

como fin eliminar el agente patógeno. Sin embargo,

simultáneamente esta respuesta puede generar daño

colateral en tejidos normales que puede contribuir

al desarrollo de disfunciones de órganos cuya consecuencia

será un aumento de la morbimortalidad

en este tipo de pacientes7.

En condiciones normales, la actividad biológica

de los mediadores involucrados en la respuesta inflamatoria

está sometida a un estricto control por

parte de inhibidores específicos. En el paciente séptico,

en cambio, este balance se encuentra deteriorado

y se manifiesta a través de cambios considerables

en las tasas de producción de los distintos mediadores

con el desarrollo de un estado de desequilibrio

entre pro y antiinflamación8 (fig. 2).

A continuación haremos una breve descripción de

las características más importantes que adquiere la

célula endotelial en su estado activado: a) propiedades

procoagulantes; b) propiedades proadhesivas; c)

pérdida de la función de barrera, y d) apoptosis de la

célula endotelial

Propiedades procoagulantes

Los mediadores inflamatorios liberados durante

la respuesta inflamatoria pueden interactuar con las

células endoteliales e inducir en ellas un fenotipo

procoagulante. Estudios in vitro han demostrado que

estas células disminuyen la síntesis de trombomodulina,

activador del plasminógeno tisular y heparán

sulfato. Al mismo tiempo ocurre un aumento de la

expresión del factor tisular, del inhibidor del activador

del plasminógeno 1 (PAI-1) e incremento en la

generación de micropartículas fosfolipídicas procoagulantes

que contribuyen al daño celular.

El aumento en la expresión del factor tisular en la

superficie de monocitos circulantes y macrófagos tisulares

lleva a la activación de la vía extrínseca de la

cascada de coagulación, generación de trombina,

formación de fibrina y su posterior amplificación

por la vía intrínseca de la coagulación. La activación

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Estructurales Funcionales

Vacuolización del núcleo Cambio balance hemostático

Edema del citoplasma ↑ adhesión celular y tráfico

leucocitos

Fragmentación del citoplasma Alteración tono vasomotor

Denudación Pérdida función barrera

Despegamiento Muerte celular programada

TABLA 1. Características del fenotipo activado

de las células endoteliales

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Figura 2. Respuesta endotelial a la

agresión. Modificada de Ten V, Pinsky

D13. AMPc: 3’, 5’-adenosin monofosfato

cíclico; PAI-1: inhibidor del activador

del plasminógeno 1; ICAM: moléculas

de adhesión intracelular; VCAM:

moléculas de adhesión intercelular;

ERO: especies reactivas de oxígeno.

de esta última incrementa la producción de citocinas

y quimioquinas por parte de las células endoteliales y

aumenta la expresión de moléculas de adhesión. Se

ha propuesto además que la fibrina, al inmovilizar

los patógenos en la superficie de los leucocitos, facilitaría

su fagocitosis.

Factores hemodinámicos, tales como la reducción

del gasto cardíaco y la vasoconstricción asociados a

lesiones vasculares oclusivas, pueden favorecer la

formación local de coágulos debido a una reducción

en la remoción de serinas proteasas activadas. En

estas circunstancias la respuesta inflamatoria se amplifica,

ya que estas enzimas son responsables de activar

sustratos corriente abajo en la cascada de la

coagulación e interactuar con receptores de membrana

de monocitos y células endoteliales.

Se ha demostrado que junto con la activación de

la vía extrínseca de la coagulación ocurre una marcada

disminución de la actividad anticoagulante natural

(proteína C, antitrombina III y trombomodulina) favoreciendo

el perfil procoagulante del estado séptico.

Estudios clínicos han puesto en evidencia que la activación

de la coagulación, el depósito difuso de fibrina

intravascular y la inhibición de la fibrinólisis estarían

relacionados también con el desarrollo de

disfunción de órganos y con aumento de la mortalidad.

Además, hay datos consistentes para afirmar

que las propiedades procoagulantes descritas durante

la sepsis no son homogéneas en los distintos órganos

y tejidos analizados, planteando así que la respuesta

del endotelio en los diferentes lechos vasculares está

sometida a un tipo especial de regulación9,10.

Propiedades proadhesivas

Frente a los mediadores inflamatorios el endotelio

responde expresando en su superficie moléculas de

adhesión tales como P-selectina (CD62P), E-selectina

(CD62E), ICAM-1 (CD54), VCAM-1 (CD106),

PECAM-1 y CD99. Todas ellas en conjunto favorecerán

el tráfico de leucocitos desde el torrente circulatorio

al tejido subyacente, principalmente en el territorio

precapilar y en los capilares de órganos

nobles como corazón y pulmón. Además, el endotelio

aumenta el reclutamiento de plaquetas en la pared

de los vasos a través de un mecanismo dependiente

de GPIIb/IIIa. Cabe destacar que ninguna de estas

observaciones ocurre de manera generalizada, sino

más bien como eventos localizados en ciertos órganos

y/o segmentos vasculares3 (fig. 3).

Pérdida de la función de barrera

En la sepsis la redistribución de fluidos al espacio

extravascular se ve favorecida por el incremento de

la permeabilidad endotelial o pérdida de la función

de barrera. Datos experimentales sugieren que este

aumento de la permeabilidad es mediado por LPS y

se relaciona con la escisión enzimática de proteínas

que forman parte de las uniones intercelulares, dando

como resultado daño estructural de la célula endotelial.

Estudios in vivo e in vitro han demostrado

que el TNF-α es uno de los responsables de este

trastorno y que esta actividad podría verse potenciada

por trombina3.

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Figura 3. Sepsis y tráfico de leucocitos. Modificada de Peters K, et al3. LPS: lipopolisacárido; LBP: proteína de enlace de

LPS; TLR: receptores toll-like; NF-κB: factor kappa B; IL-1B: interleucina 1B; TNF-α: factor de necrosis tumoral alfa;

ICAM-1: moléculas de adhesión intracelular; VCAM-1: moléculas de adhesión intercelular.

Apoptosis de las células endoteliales

En condiciones normales un porcentaje muy bajo

de las células endoteliales (< 0,1%) experimenta

muerte celular programada (apoptosis) sugiriendo

que éste es un proceso con alto grado de regulación.

En forma experimental se ha demostrado que tanto

agentes patógenos, endotoxina, citocinas proinflamatorias,

ERO y condiciones de isquemia/reperfusión

son capaces de inducir apoptosis a través de upregulation

de proteínas claves en dicho proceso

tales como el homólogo de Bcl-2, A1, A20 y proteínas

con dedos de zinc.

Las células endoteliales en apoptosis aumentan la

respuesta inflamatoria al favorecer la acción paracrina

de citocinas proinflamatorias sobre la inducción

de ICAM-1, VCAM-1, ERO, actividad procoagulante

y activación del complemento.

La importancia de la muerte celular por apoptosis,

que sufren tanto células endoteliales como linfocitos

y células epiteliales del tubo digestivo, ocupa

un lugar central en la patogenia de la sepsis severa/

shock séptico y ha sido demostrada en necropsias de

pacientes fallecidos por disfunción multiorgánica11.

DAÑO ENDOTELIAL E INSULTO

HIPÓXICO/ISQUÉMICO

La presencia de oxígeno es obligatoria para la supervivencia

de la célula eucariota, ya que la respiración

mitocondrial es más eficiente que la glucólisis

anaeróbica en la generación de energía a partir de

glucosa. Las células endoteliales, comparadas con

otros tipos celulares como miocardiocitos, neuronas

y células del túbulo renal, son más resistentes a la

disminución del contenido de oxígeno en el medio,

tolerancia que posiblemente proviene de la exposición

frecuente de éstas a niveles reducidos de oxígeno

como sucede en la arteria pulmonar y tejidos en

cicatrización. Al parecer, esta resistencia a la hipoxia

tiene relación además con la activación de proteínas

antiapoptóticas que van en paralelo con la magnitud

del insulto más que con la naturaleza de éste.

La respuesta de la célula endotelial a la hipoxia

involucra mecanismos dirigidos a conservar la

energía como down-regulation de las funciones que

poseen altos requerimientos energéticos (transporte

de iones) e implementación de vías alternativas

para la síntesis de adenosina trifosfato (ATP) a través

de la inducción de enzimas glucolíticas que optimizan

la utilización de sustratos. Gran parte de

este proceso adaptativo es regulado a nivel de la

transcripción de genes que se encuentran involucrados

en la respuesta a la privación de oxígeno.

Durante la organización de la respuesta celular a

la hipoxia son activados factores transcripcionales

tales como el complejo activador de proteína-1 (AP-1),

factor de crecimiento de respuesta temprana -1 (Egr-1),

NF-κB y factores inducidos por hipoxia (HIF). Todos

ellos participan en la activación de genes que

mantienen la homeostasis vascular12.

El factor de transcripción más estudiado es el

HIF-1, heterodímero formado por las subunidades

HIF-1α y HIF-1ß, cuya actividad biológica está determinada

por la expresión de la primera. Bajo condiciones

de normoxia, HIF-1 es hidroxilado por la

enzima prolil-hidroxilasa que promueve su unión al

complejo Von Hippel-Lindau ubiquitina ligasa

(VHL) permitiendo su ubiquitinación y posterior degradación

por el proteasoma.

Estudios in vitro muestran que en condiciones de

hipoxia, HIF-1 aumenta su estabilidad proteica y potencia

transcripcional ya que las enzimas responsables

de su metabolización, prolil-hidroxilasa y asparaginil-

hidroxilasa, se encuentran inactivas. Algunos

autores proponen a estas enzimas como los sensores

celulares de la hipoxia13 (fig. 4)

En estas circunstancias HIF-1 se acumula en el

núcleo y es responsable de la activación de los genes

de eritropoyetina, factor de crecimiento del endotelio

vascular (VEGF) y de enzimas glucolíticas y

transportadores de glucosa que controlan el ajuste

metabólico durante la generación de energía en el

ambiente hipóxico. Esta adaptación metabólica involucra

una mayor captación de glucosa a través del

incremento en la expresión de un transportador de

glucosa independiente de insulina (GLUT-1) y la inducción

de varias enzimas glucolíticas que mejoran

la utilización de sustratos12.

Alteraciones del endotelio ocasionadas

por el insulto hipóxico/isquémico

Función de barrera

Muchas de las funciones homeostáticas del endotelio

quiescente son mantenidas por señales intracelulares

mediadas por nucleótidos cíclicos. Uno de

ellos, 3', 5'-adenosin monofosfato cíclico (AMPc)

generado por activación de la enzima adenilato ci-

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Sensor O2

¿Enzimático?

Segundo mensajero

¿Proteínas cinasas?

Factor de transcripción

activación

Activación de genes

Proteínas efectoras

Citoplasma

Núcleo

Figura 4. Activación de la transcripción por estímulo hipóxico.

clasa secundario a la estimulación de receptores de

membrana acoplados a proteína G heterotrimérica,

participa en el mantenimiento de la arquitectura normal

del citoesqueleto de actina permitiendo al endotelio

mantener su característica de barrera permeable

selectiva (difusión restringida). En condiciones de

hipoxia la disminución del contenido intracelular de

AMPc ha sido implicada como mecanismo responsable

de cambios estructurales que llevan a la retracción

de la célula endotelial y aparición de pequeños

espacios intercelulares (1-3 μm). Esto conduce a un

fallo en la difusión restringida con la consiguiente

fuga paracelular de solutos, proteínas y leucocitos.

En el desarrollo de este síndrome de fuga capilar

también ha sido involucrado el VEGF que además

de promover la angiogénesis aumenta la permeabilidad

vascular12.

Fluidez circulatoria

La superficie endotelial es fenotípicamente no

trombogénica, situación que facilita el flujo sanguíneo.

La hipoxia/isquemia al igual que otros agentes

proinflamatorios puede desajustar el delicado balance

existente entre los mecanismos pro y anticoagulantes.

Estos cambios en las propiedades de la coagulación

durante la hipoxia surgen a través de

diversos mecanismos: a) exposición directa de colágeno

o factor tisular desde la membrana subendotelial

que activan la vía extrínseca de la cascada de la

coagulación; b) supresión de la expresión de trombomodulina,

proteína transmembrana restringida al

endotelio que acelera la acción de trombina en la activación

de la proteína C anticoagulante; c) exocitosis

de los cuerpos de Weibel-Palade, organelos cuyas

membranas están tapizadas con P-selectina en

cuyo interior poseen factor de von Willebrand, el

cual promueve la adhesión de plaquetas al endotelio;

d) caída brusca de los niveles de óxido nítrico

(NO) que contribuye a la acumulación de plaquetas

y trombosis; e) inducción de factor tisular por reclutamiento

de monocitos en la pared de los vasos; f)

supresión del eje fibrinolítico por monocitos, y g)

aumento de la expresión del PAI-112.

Regulación del crecimiento celular

La hipoxia/isquemia modula el potencial mitogénico

del endotelio al controlar la expresión de factores

que participan en la angiogénesis. HIF activados

inducen la expresión de VEGF, óxido nítrico

sintetasa endotelial (eNOS), factor de crecimiento

derivado de plaquetas (PDGF-B) y otros. No está

claro aún cuándo la neoangiogénesis comandada

por el endotelio activado en respuesta al insulto hipóxico/

isquémico tendrá un significado adaptativo

o maladaptativo13.

Modulación del tono vascular

El endotelio privado de oxígeno al inicio genera

una respuesta vasoconstrictora transitoria seguida de

vasorrelajación; sin embargo, si el estado de hipoxia

se prolonga, la respuesta vasoconstrictora se perpetúa.

La desendotelización experimental de los vasos

sanguíneos anula la vasoconstricción inducida por

hipoxia, motivo por el cual se cree que esta vasorreactividad

está mediada por factores derivados del

propio endotelio tales como anión superóxido, endoperóxido,

tromboxano A2 y endotelinas. Estas últimas

son expresadas en respuesta a la activación

transcripcional mediada por HIF-1 y AP-1.

La privación de oxígeno es capaz de activar la célula

endotelial en dos etapas, una inicial rápida independiente

de activación génica y síntesis de proteínas

que incluye retracción endotelial, liberación de

factor procoagulante de von Willebrand y expresión

de P-selectina y otra lenta que involucra la transcripción

de genes y síntesis proteica de moléculas de adhesión

y liberación de IL-1 e IL-8.

Por otro lado, el insulto hipóxico crónico estimula

la generación de factores mitogénicos con la consecuente

proliferación de células musculares lisas

vasculares y remodelamiento de la pared del vaso.

Si bien la respuesta vasoconstrictora podría considerarse

como disfuncional, también es cierto que ésta

resulta fisiológica al inicio de la reparación tisular13.

ENDOTELIO Y REGULACIÓN DEL TONO

VASOMOTOR

El endotelio se encuentra por una parte en contacto

directo con el torrente circulatorio y acoplado estructuralmente

con la célula muscular lisa de arterias

y arteriolas. Esta característica le permite controlar el

tono vasomotor por sí mismo (mecanismos endotelio

dependientes) y a través de la interacción que posee

con la célula muscular lisa vascular. Por otra parte,

existe evidencia de que las células de los propios parénquimas

son capaces, en condiciones de hipoxia,

de liberar adenosina, lactato, iones hidrógeno, iones

potasio y otras sustancias que pueden inducir vasodilatación

al activar canales de potasio ATP-dependientes

(KATP) que bloquean la entrada de calcio desde

el espacio extracelular vía canales dependientes

de voltaje (mecanismos endotelio independientes)6,11.

En primer lugar describiremos brevemente los

mecanismos que controlan la contracción de la célula

muscular lisa vascular para luego comentar cómo

participa el endotelio en la regulación del tono vasomotor

y su acoplamiento funcional en la unidad reguladora

mioendotelial.

Célula muscular lisa vascular

Las células musculares lisas vasculares mantienen

el tono del vaso sanguíneo de manera dependiente de

la concentración de calcio citosólico, calcio que proviene

tanto de los depósitos intracelulares, como de

aquel que ingresa a la célula a través de los canales

de membrana activados por voltaje. El calcio intracelular

disponible forma complejos con calmodulina y

activa una enzima quinasa que fosforila la cadena li-

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viana de miosina. Ésta, una vez fosforilada, adquiere

actividad ATPasa lo que permite el desplazamiento

de las cadenas de miosina sobre actina, evento medular

en la contracción de la fibra muscular lisa.

La célula muscular lisa vascular también posee

receptores de vasopresina cuyo bloqueo en modelos

animales con shock endotóxico reduce la presión arterial

y la tolerancia a la hipotensión. Si bien en condiciones

normales vasopresina posee un papel menor

en el control de la presión arterial, en los estados

de shock su concentración plasmática aumenta considerablemente

y contribuye a su regulación. Si la

hipotensión se mantiene por períodos más prolongados

(una hora) los niveles de vasopresina disminuyen

producto de una reducción de sus reservas en la

neurohipófisis mediada por estimulación barorrefleja

intensa y sostenida14.

Endotelio

Los mecanismos de regulación del tono vasomotor

dependientes del endotelio son complejos y dependen

del balance existente entre la síntesis de moléculas

vasoconstrictoras y vasodilatadoras. Entre

las moléculas vasoconstrictoras podemos mencionar

endotelinas, tromboxano A2 (TxA2) y factor activador

derivado de las plaquetas (PAF).

El vasoconstrictor más potente liberado por la célula

endotelial en los estados de hipoxia es la endotelina-

1 (ET-1). Una vez liberada se une a receptores

ubicados sobre las células del músculo liso vascular

donde incrementa el influjo de calcio, activa la proteína

quinasa C (PKC) y fosforila la miosina, secuencia

de eventos que conducen a vasoconstricción12.

Otras sustancias vasoconstrictoras inducidas por

hipoxia son PDGF-B y VEGF vinculadas también,

como se mencionó en párrafos anteriores, al proceso

de angiogénesis. Estas sustancias son expresadas

por la célula endotelial sólo en condiciones de hipoxia

y principalmente cuando ésta es de carácter prolongado

(más de 24 horas).

Las sustancias vasodilatadoras más importantes

liberadas por el endotelio incluyen: factor de relajación

derivado del endotelio o NO, prostaciclina

(PGI2) y factor de hiperpolarización dependiente del

endotelio (EDHF)6,12.

El óxido nítrico es una molécula inestable (vida

media inferior a 10 segundos) sintetizada por una familia

de óxido nítrico sintetasas a partir de L-arginina.

En la sepsis la producción de éste se encuentra

aumentada en relación con la mayor expresión de la

enzima óxido nítrico sintetasa inducible (i-NOS o

NOS II) mediada por citocinas inflamatorias. El NO

difunde desde el endotelio a las células musculares

lisas adyacentes y estimula directamente la enzima

guanilatociclasa soluble e induce vasodilatación al

reducir el contenido de guanosín monofosfato

(GMP) cíclico intracelular. Este último ejerce su

efecto vasodilatador al activar una enzima fosfatasa

de la cadena liviana de miosina15.

Por otra parte, el NO puede inducir vasodilatación

a través de la activación de canales de potasio

KATP y dependientes de calcio (KCa) presentes en la

membrana plasmática de células musculares lisas.

En ambas circunstancias, la movilización de potasio

al espacio extracelular implica hiperpolarización de

la membrana plasmática y la consiguiente vasodilatación.

La vasodilatación mediada por los canales KCa es

de vital interés ya que una de sus funciones es reducir

el efecto de los fármacos vasoconstrictores, situación

característica en todos los tipos de shock. El

NO puede activar estos canales por medio de nitrosilación

directa y por activación de la proteinaquinasa

dependiente de GMPc14.

La PGI2 ejerce su efecto vasodilatador al incrementar

el contenido de AMPc intracelular por activación

de la enzima adenilatociclasa a través de un

mecanismo dependiente de receptor que conduce a

una modificación de la arquitectura del citoesqueleto

de actina.

El EDHF ejercería su efecto por un mecanismo

independiente de segundos mensajeros al inducir hiperpolarización

de la membrana por apertura de canales

KATP con inhibición secundaria de la corriente

de calcio vía canales dependientes de voltaje. Se

sabe además que PGI2 y NO también modifican el

potencial de membrana celular con efecto similar al

EDHF (activación de canales KATP)6. Por otro lado,

estos canales KATP pueden ser activados también por

disminución de la concentración intracelular de

ATP, aumento de la concentración intracelular de

lactato e iones hidrógeno, sustancias neurohumorales

como péptido natriurético atrial, péptido relacionado

al gen de calcitonina y adenosina14.

Cabe destacar que los canales KATP se encuentran

presentes no sólo en las células musculares lisas

vasculares sino también en las células endoteliales

sugiriendo que éstas participan en la regulación del

tono vascular activadas por moléculas como PGI2 y

NO, que ejercen su efecto por medio de segundos

mensajeros intracelulares y también por acoplamiento

eléctrico de ambas membranas celulares6.

Unidad reguladora mioendotelial

Endotelio y músculo liso vascular se encuentran

estructuralmente relacionados por medio de uniones

amplias (gap junctions). Es posible entonces que

ambos tipos celulares se encuentren además funcionalmente

acoplados formando una especie de unidad

reguladora mioendotelial. Así, estas uniones

amplias permitirían el acoplamiento eléctrico de

ambas células, de modo tal que aquellos eventos

que modifican el potencial de membrana de la célula

endotelial serían captados por las células musculares

lisas que responderían modificando también el

suyo (hiperpolarización → vasodilatación). Como

estas gap junctions son más numerosas en arteriolas

de distribución, es posible que este acoplamiento

endotelio-músculo liso vascular adquiera mayor importancia

en lechos vasculares distales responsables

de la distribución del flujo sanguíneo a los distintos

parénquimas6.

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