Estructura de la memoria
carfusMonografía8 de Junio de 2013
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DOCUMENTO 09. Memoria
En una primera aproximación, la memoria pone de manifiesto un dato empírico: el transcurso de un cierto tiempo entre el momento en que algo ocurrió y fue percibido y el momento posterior en el que actualizamos dicho suceso o información de ese suceso.
En general se piensa que cuanto mayor es la distancia temporal, mejor es la memoria de aquel que es capaz de actualizar, recordar dicha experiencia.
Entre el momento en que ocurre el suceso y es percibido [fase de adquisición] y el momento de la activación [fase de recuerdo] se encuentra entonces, un espacio temporal intermedio, de mayor o menor duración [fase de latencia, retención o conservación]
Las funciones representativas, son funciones que se sustentan en la memoria. La memoria está indisolublemente unida a todos los procesos mentales. Cualquier tarea que se presente a un sujeto supone siempre, en cierto grado, la solución de un problema y para poder solucionarlo es necesaria la intervención de la memoria, ya sea para utilizar experiencias previas, como asimismo para poder analizar los diferentes aspectos de la situación.
Sin la memoria, no serían posibles el pensamiento, ni el lenguaje; no podríamos adquirir conocimientos, tampoco nuevas habilidades del tipo que fueran, ni podríamos favorecernos con las experiencias anteriores. Cada instante sería empezar de nuevo.
Estructura de la memoria
Los resultados de la observación empírica y de los estudios experimentales nos dicen que la información que proporcionan los estímulos se va transformando de modo progresivo, adquiriendo distintas características y se conservan en distintos tipos de memoria. La información pasa sucesivamente por la memoria sensorial, MS, la memoria de corto plazo MCP, y la memoria de largo plazo MLP.
Estas tres memorias se diferencian por el modo de procesar la información, la capacidad de almacenamiento y la duración de lo almacenado.
Memoria Sensorial. Registro sensorial. Almacén de información sensorial. (AIS)
La memoria sensorial es la capacidad de retener impresiones de información sensorial después de que el estímulo original haya cesado. Es la persistencia en el tiempo de un estímulo, más allá de su presencia física, o sea la duración del efecto del estímulo, aunque éste haya desaparecido.
Hace referencia a objetos recibidos por los receptores sensoriales, los que son retenidos temporalmente en los registros sensoriales que poseen una gran capacidad de almacenamiento de información, pero que sólo son capaces de mantener imágenes precisas de información sensorial por un período muy limitado de tiempo.
Toda la información sin procesar que fluye de los sentidos se retiene en la memoria sensorial o registros sensoriales. La memoria sensorial es como una sala de espera. La información entra, permanece un breve lapso y luego se procesa.
La función de la MS es dar tiempo al sujeto, para el procesamiento de las señales que llegan desde los órganos sensoriales, esto permitirá, en un análisis posterior, extraer los rasgos significativos.
La capacidad de la MS es amplia, puede registrar y retener prácticamente toda la información de la sensopercepción.
Las distintas investigaciones establecen para la memoria sensorial una duración que oscila desde medio segundo a dos segundos [500 mls a 2 segundos]
Si bien existen registros para cada uno de los sentidos, las dos clases de memoria sensorial más estudiadas son la icónica y la ecoica.
La memoria icónica registra los estímulos visuales y sus propiedades espaciales. El desarrollo de las primeras investigaciones pertenece a George SPERLING [1960]. Duración: 250 a 300 msg.
La memoria ecoica procesa estímulos auditivos, las propiedades temporales, secuencias y flujo de sonidos. De la misma forma que el ojo tiene un sistema de prolongación en el tiempo los estímulos visuales para procesar a la información sensorial, también lo hace el oído, que conserva el patrón exacto de sonido por uno o dos segundos. La denominación ecoica pertenece Ulric NEISSER 1967. La duración de la memoria ecoica es mayor que la de la memoria icónica entre 130 msg. a 2 seg.
Sistema atencional. Procesamiento inicial de la información.
Si la información desaparece de los registros sensoriales con tanta rapidez ¿cómo es posible que recordemos las cosas por más de uno o dos segundos? La respuesta es que seleccionamos parte de la información de entrada v la retenemos para procesamiento ulterior y tal vez para recordarla en forma permanente.
El sistema informativo es receptor activo que tiene una disposición exploratoria del medio y que selecciona los aspectos que le son significativos para satisfacer las necesidades para su subsistencia y desarrollo.
En forma permanente seleccionamos que llega a la memoria sensorial, esa es la función del sistema atencional. Atender es oír, oler, gustar las cosas y sentir en forma selectiva. En este proceso, además le damos significación a los datos que nos llegan en función de nuestras necesidades
El sistema atencional de un sujeto que es el receptor activo que dispone al organismo para procesar la información, es un mecanismo endógeno de alerta que orienta al organismo hacia los estímulos y es un mecanismo de selección o filtro de esos estímulos-
La actividad atencional se manifiesta con muchas señales de conducta y fisiológicas. Aumenta en la capacidad perceptiva del sujeto, produce la detención de las acciones irrelevantes, dilatación de la pupila, un aumento del tono muscular que se puede medir a través de la actividad eléctrica en los músculos. También se observa un aumento en la actividad de la corteza visible en ondas del EEG más rápidas y de mayor amplitud, reacciones galvánicas de la piel y contracción de los vasos sanguíneos que riegan los músculos y dilatación de los que van al cerebro.
La atención como un mecanismo endógeno de alerta es una disposición general del organismo para procesar información. Para comprender la importancia del estado de alerta en el procesamiento de los estímulos basta comparar las diferencias en la capacidad de procesamiento que existen entre un sujeto semidormido con bajo nivel de alerta y un sujeto despierto.
El sujeto en estado de vigilia es capaz de responder a gran variedad de mensajes y ejecutar multitud de tareas que requieren habilidades, mientras que un sujeto con un nivel bajo de alerta semidormido, presenta una conducta desorganizada y poco eficaz; o bien, no responde en absoluto.
Los estados de alerta se caracterizan por fluctuar considerablemente, presentando oscilaciones rápidas (alerta fásica) o lentas (alerta tónica).
La alerta fásica es un estado transitorio de preparación para procesar un estimulo en una situación específica. En los estudios de TR (tempo de reacción) existe una señal de aviso antes de presentar un estímulo, ej. La expresión “preparados” y poco después, generalmente ½ segundo, se presenta el estímulo ante el que los sujetos deben generar una respuesta. El intervalo entre la señal y el estimulo, genera un estado de alerta fásica. Las oscilaciones del alerta fásica tiene correlatos fisiológicos con trazados del EEG.
La alerta tónica supone cambios mucho más lentos en la disponibilidad del organismo para procesar estímulos. Una manifestación típica de ésta son los ritmos diurnos. A lo largo del día se da un incremento del rendimiento, al menos en tareas de TR, de modo que es inferior en las primeras horas de la mañana y se incrementa de modo constante hasta últimas horas de la tarde. Quizá la alerta tónica sufre cambios también a lo largo de la vida del individuo, y de ahí la lenta y continua caída del rendimiento en tareas de TR en los individuos adultos a medida que pasan los años.
Las variaciones de alerta tónica de mayor interés, tienen lugar cuando los sujetos realizan tareas de vigilancia en las que se presenta algún estímulo de modo repetitivo y a gran velocidad. Una situación experimental típica de vigilancia consiste en la detección de una determinada letra (ej. Una T) en medio de matrices de letras (por ej. : Rs y Bs). Los resultados habituales indican una caída del rendimiento a medida que transcurre el experimento, lo cual implica una disminución progresiva de la alerta tónica.
En un ejemplo familiar, el fenómeno subjetivo del aburrimiento puede tener relación con una caída de la alerta tónica como consecuencia de una tarea monótona y repetitiva. Para un rendimiento óptimo del procesador se requiere una cierta variabilidad o novedad en la estimulación ambiental que mantenga relativamente estable el estado de alerta del sujeto.
Una situación extrema que parece poner al límite las posibilidades de mantener un estado de alerta prolongado lo constituye el trabajo de los operadores de radar, que deben mantener su vigilancia para detectar ciertas variaciones o señales sobre un fondo de ruidos. En estos casos, además de intensa fatiga psíquica, se produce una brusca caída del rendimiento al cabo tan sólo 15 minutos.
La capacidad del sistema atencional es limitada y a ejecución de más de una tarea simultáneamente exige distribuir los recursos disponibles.
Ejemplos cotidianos comprueban esta afirmación, conducir un coche en zonas de tránsito complejo requiere todos los recursos de atención… incluso se interrumpe la conversación con el acompañante. Cuanto más compleja la tarea,
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