Existencia

Ante el tema de la planificación familiar, la Iglesia católica sabe perfectamente que se encuentra en una aplastante minoría respecto a las creencias de la mayoría de la población. Aquellos que siguen sus consejos –evitar por completo cualquier método de planificación familiar.

Está bien que la Iglesia trate de defender lo indefendible como mejor pueda. Lo que es inaceptable, sin embargo, es que pretenda manipular y mienta deliberadamente para evitar que la ley de planificación familiar se apruebe. La Iglesia sabe perfectamente que ésta no es una ley pro-aborto, pero como ese es un tema que sí gana muchos adherentes, trata de hacer creer que es una ley “abortiva”, y por si eso no fuera suficiente ahora critica a las farmacéuticas, para ver si así gana adherentes entre aquellos que tienden a oponerse a las empresas transnacionales y al capitalismo.

De la Iglesia católica no se puede esperar nada que vaya con la vanguardia de la humanidad. Eso sólo se dio con Jesucristo hace dos mil años, pero de ahí no ha vuelto a suceder. La Iglesia católica siempre ha llegado tarde a todos los procesos de evolución mundial. Se opuso a Galileo y a los avances en astronomía. Trató de darle una legitimidad religiosa a la conquista española que no era otra cosa sino un saqueo del continente en busca de oro. Promovió la Inquisición con su aberrante cacería de brujos y de brujas. Se opuso a Darwin y a los avances en las ciencias naturales. Y por si eso no fuera suficiente se empecina en promover una política de población que si se hubiera aplicado en el mundo ya nos habría llevado al colapso completo del planeta.

El apocalipsis Malthusiano hace mucho que se hubiera cumplido de no haber sido porque las familias han recurrido a la utilización de métodos anticonceptivos.

Ojalá que nuestro blandengue presidente –como apropiadamente lo calificó Arzú–, no se doblegue ante la perorata demagógica de la Iglesia. Ésta no es una ley pro-aborto: al contrario, de aprobarse dará lugar a que puedan reducirse de manera apreciable los abortos en el país, ya que a mayor protección previa, menor necesidad de embarazos no-deseados, y menor probabilidad de aborto. La discusión sobre el aborto, de llegarse a dar, tendría que ser motivo de un referéndum, y no me cabe ninguna duda, conociendo la idiosincrasia chapina, que ahora o incluso dentro de diez años la población la rechazaría mayoritariamente.

Tampoco es una ley para beneficiar a las compañías farmacéuticas. La planificación familiar es un tema transversal que atraviesa las barreras ideológicas y por el que se han inclinado desde la extrema derecha hasta extrema izquierda a nivel mundial, pues su fin último es procurar un crecimiento poblacional que vaya de la mano con las posibilidades reales del crecimiento económico.

Lo que se busca con una ley así es que haya educación en temas

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