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Factores de riesgo asociados entre Chlamydia trachomatis y Virus del Papiloma Humano en el desarrollo de Cáncer Cervicouterino


Enviado por   •  24 de Octubre de 2019  •  Monografías  •  3.469 Palabras (14 Páginas)  •  198 Visitas

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Capítulo V. Factores de riesgo asociados entre Chlamydia trachomatis y Virus del Papiloma Humano en el desarrollo de Cáncer Cervicouterino.

El cáncer cervicouterino (CaCu) es la lesión maligna del aparato genital femenino más frecuente, en la actualidad se estima que existen alrededor de 500,000 nuevos casos y 231,000 muertes al año a nivel mundial por esta enfermedad. Cerca del 80% de los casos nuevos están reportados en países en desarrollo como África, América Latina y Asia; siendo este uno de los problemas de salud pública, ocupando el segundo lugar en mortalidad relacionada con tumores malignos en mujeres de 25 a 64 años de edad según las cifras de la secretaria de salud, en el 2008, la tasa de mortalidad por CaCu entre mujeres de 25 a 64 años fue de 15 por cada 100,000 mujeres; cada año se registran 4 mil muertes, lo que se traduce en 12 fallecimientos cada día. Dentro de la población general tiene como característica fisiopatológica importante un lento pero progresivo desarrollo (Domínguez, et al 2012).

Se ha demostrado que la infección por el Virus del Papiloma Humano (VPH) es una de las causas necesarias, pero no la única o la suficiente para el desarrollo del CaCu, debido a que la gran mayoría de las mujeres infectadas por algún tipo de VPH oncogénico no lo presentan necesariamente. Por lo cual podemos decir que la transformación maligna de la célula epitelial normal depende de factores adicionales que actúan en conjunto con el VPH y generan graves lesiones en el tejido epitelial o bien los cuales apoyan en el desarrollo del CaCu. Si bien se ha mencionado que las células previamente infectadas por VPH propician al desarrollo de la enfermedad este es un proceso no tan conocido y demasiado lento. Y donde la función o la aportación de cada uno de los factores de riesgo que pretermitan esta enfermedad no está definida y su modo de acción de cada uno sigue siendo objeto de investigación (Rocha et al, 2012).

Un factor de riesgo se considera una característica que es detectable en un individuo, asociada con una posibilidad incrementada de experimentar un daño a la salud, estos a menudo se presentan individualmente. Sin embargo, en la práctica, no suelen darse de forma aislada. A menudo coexisten e interactúan entre sí. Mismos que pueden ser tanto indicadores de riesgo como causas a daños a la salud   (Zamora, 2009).

Cada vez es mayor el interés en cuanto a la demanda de atención sanitaria, debido a que esto genera una mayor presión presupuestaria en el sector que en la mayoría de los casos no siempre se satisface. Es fundamental que la sociedad y el sector en atención sanitaria, comprenda las causas y los factores de riesgo de las enfermedades, para que con ello se generen nuevas atribuciones en los programas disponibles y rentables en cuanto a la  prevención y tratamiento para disminuir riesgos mayores (EUTAPI, 2015).

Por lo general, los factores de riesgo pueden dividirse en los siguientes grupos:

  • De conducta; estos están relacionados con las “acciones” que cada uno de los individuos lleva a cabo. Mismos que suelen ser eliminados o bien reducidos según su conducta o estilo de vida, por ejemplo: el tabaquismo, el consumo bebidas alcohólicas, nutrición, inactividad física, no estar vacunado y mantener relaciones sexuales sin protección.  
  • Tipo Fisiológico: Estos suelen ser aquellos que tienen relación con el organismo o la anatomía del sujeto o bien debido a que pueden presentar una combinación de factores genéticos, de su estilo de vida o bien de tipo más general como, por ejemplo: sobre peso u obesidad, problemas con la presión arterial o bien el colesterol y un alto nivel de azúcar.
  • Tipo geográfico; son aquellos que están en relación con la población en general, por ejemplo; la edad, género y los subgrupos de la población en cuanto a el trabajo que desempeñan en la vida diaria, así como la región y el suelo.
  • Tipo Medioambiental; estos factores suelen ser demasiados extenso en cuanto al sus temas como factores sociales, económicos, culturales y políticos; así mismo como factores físicos, químicos y biológicos. Como, por ejemplo; Instalaciones sanitarias, los riesgos laborales, la polución del aire y el entorno social.
  • Tipo genéticos; estos se basan en los genes propios de cada individuo. Algunas como enfermedades como la fibrosis quística y la disfrofia muscular los cuales se originan totalmente en función de la “composición genética” de cada persona. Muchas de ellas se relacionan con otros factores como los  factores medioambientales; como es el caso del asma y la diabetes que refleja interacción entre estos (EUTAPI, 2015).

Una vez mencionado lo anterior es preciso delimitar cuales son los factores de riesgo que pueden presentar de forma individual Chlamydia trachomatis (CT) y el Virus del Papiloma Humano (VPH), y a su vez los cuales se encuentren en relación e involucrados en el desarrollo del cáncer cervicouterino.

5.1 Factores de riesgo que predisponen el contagio por Chlamydia trachomatis

Los factores de riesgo también se pueden dividir o considerar como factores de riesgo  modificables y no modificables

Los factores no modificables son aquellos que no dependen de la conducta humana  como son:

  • Zona geográfica, en este caso las regiones tropicales tienen mayor disposición de padecer CT, esto se debe en primera parte porque el ecosistema tropical es propicio para la propagación bacteriana, de los factores que favorecen la prevalecía celular de las bacterias es el calor tropical y la humedad constante de las regiones, por consiguiente se podría afirmar que un factor de riesgo es la zona geográfica tropical donde la población es más propensa a padecer esta enfermedad. (Barcellos, 2003).

  • Sexo y Edad, si bien la infección por CT pueden contraerla tanto hombres y mujeres, más sin embargo tiene una mayor repercusión en el sexo femenino ya que en ella tiene mayores complicaciones, la edad es un factor que aumenta el riesgo de esta infección y es de mayor prevalencia en mujeres de entre 20 y 35 años de edad, esto se debe a que como ya se mencionó en capítulos anteriores esta es  la etapa reproductiva de la mujer y por la cual se encuentran en una etapa sexualmente activa. (Guerra-Infante, 2003). Estos dos factores integran otros factores que son modificables y que describiremos más adelante.

Los factores de riesgo modificables son aquellos que por lo general dependen de la conducta humana, ciertas prácticas habituales a crecentan el riesgo de contraer infecciones por CT, entre ellos podemos mencionar;

  • Múltiples parejas sexuales,  es un factor que aumenta considerablemente el riesgo de contraer infecciones de trasmisión sexual, en diferentes estudios se ha identificado que las mujeres que comienzan su vida sexual a una edad temprana tienen mayor probabilidad de tener mayores parejas sexuales y por ende mayor riesgo. En este factor no necesariamente se debe a tener a múltiples parejas sexuales por parte de las mujeres, si no que la relación puede ser contraria, el sexo masculino es el que puede presentar múltiples de parejas sexuales y contagiar a su pareja. (Tavío, 2012).
  • Educación sexual,  la falta de información o bien la orientación sexual en el  uso de métodos anticonceptivos de barrera presenta un factor de riesgo que constituye uno de los ejes primordiales en el contagio de infecciones de trasmisión sexual, en estudios realizados se han encontrado resultados los cuales describen que la población que usa métodos anticonceptivos de barrera son menos propensos a padecer una infección de transmisión sexual, disminuyendo hasta en 2.5% de riesgo de padecer alguna infección, comprado con un 51.2 % de riesgo cuando no se utiliza ningún método de barrera o anticonceptivo. (Fernando Guerra-Infante, 2003).

  • Antecedentes de infecciones,  también constituyen un factor de riesgo en la población femenina, esto se debe a que los microorganismos crean resistencia bacteriana a tratamientos, al mismo tiempo vuelven más susceptible el área de infección provocados por el sistema inmune, mismos que mientras los antígenos crean anticuerpos para atacar la infección, estos pueden no tener afinidad con una infección producida por CT y ya que este tipo de infección  es asintomática en los primeros estadios, cuando se detecte puede ser demasiado tarde (Llovera, 2010).

  • Infertilidad, las mujeres que presentan esta enfermedad  también son más propensas a contraer infecciones por CT, ya que estas pacientes presentan disminución hormonal y presentan mayor riesgo de adhesión de las bacterias (Guerra-Infante, 2003).
  • Hábitos higiénicos, es un factor de riesgo que puede ser modificable por la población, sin embargo, hábitos higiénicos deficientes y estilos de vida inadecuados pueden aumentar el riesgo de padecer esta infección (Tavío, 2012).  
  • Las adicciones, el tabaquismo es una de las adicciones que más afecta a la población, si bien, el tabaquismo trae consigo complicaciones en el sistema respiratorio, este también influye en el sistema inmunológico, esto de sebe a que los químicos y la cantidad de CO2 debilita las células implicadas en la defensa del organismo. El alcoholismo es otra adicción que implica un factor de riesgo, este al ser ingerido y absorbido por el sistema también circula por el torrente sanguíneo y aumenta el pH de la sangre, por lo que también debilita a las células del sistema autoinmune, ambas adicciones, tienden a favorecer no solo el contagio por CT si no por cualquier bacteria o virus (Gabriel, 2011).
  • La alimentación, en  las personas que tienen una alimentación deficiente, las células hematopoyéticas disminuyen la producción de agentes autoinmunes, lo cual tiene como consecuencia una evidencia baja en las defensas del sistema inmune, esto tiene por consecuencia que al igual que las adicciones el organismo este más propenso a padecer infecciones (Gabriel, 2011).

5.2 Factores de riesgo que predisponen el desarrollo de Virus del Papiloma Humano  

La infección por el Virus del Papiloma Humano (VPH) es una de las infecciones de transmisión sexual más recurrentes y diagnosticadas a diferencia de otras, debido que está se puede contraer con el simple contacto sexual o bien durante las relaciones sexuales, como se mencionó anteriormente los virus oncogénicos que se encuentran en relación con el CaCu son el VPH 16 y el VPH 18 debido a que son los más comunes y malignos y se encuentran en casi la mitad de las mujeres diagnosticadas con CaCu, el VPH 18 se encuentra entre el 10 y 12% de los casos, el resto de los tipos de VPH considerados de bajo riesgo pueden causar neoplasias benignas sin mayores complicaciones. La mayoría de los CaCu se diagnostican en mujeres mayores de 35 años, lo que supone que al ser esta enfermedad de progresión larga la infección por el VPH se haya iniciado en la etapa de la adolescencia debido a que la mayoría de las personas menores de 30 años se infectan de manera transitoria, dicha infección puede considerarse “normal”, sin embargo su persistencia puede generar daños a la salud ( Rivas, 2012).

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