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GENEROS LIRICOS


Enviado por   •  24 de Marzo de 2015  •  2.467 Palabras (10 Páginas)  •  239 Visitas

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Generos Liricos

La oda

La oda es un subgénero lírico y una composición poética de tono elevado o cantado, que trata asuntos diversos entre los que se recoge una reflexión del poeta. Según el tema que se cante, puede ser religiosa, heroica, filosófica, amorosa. En general se aplica a todo poema destinado a ser cantado. Se utiliza también para hacer alabanzas a cualidades que poseen personas u objetos que el poeta quiere destacar positivamente.

Antiguamente se cantaba con el acompañamiento de un instrumento musical. En la Antigua Grecia donde tiene sus principios, existían dos tipos de odas: las corales y las cantadas por una sola voz (monodia). Píndaro compuso odas a los dioses, héroes y atletas. Las de Alceo de Mitilene celebraban las virtudes militares y a los guerreros y las de Safo, a los amantes y el amor; Anacreonte se sirvió de ellas para aplaudir los placeres de la mesa y del amor. Entre los latinos se desarrolló un estilo particular, en el que descolló Horacio, basado en una mezcla de los estilos de Anacreonte y Píndaro.[cita requerida]

En la poesía castellana cultivaron este género Fray Luis de León,1 Garcilaso de la Vega, Herrera, Quintana, Cienfuegos, Juan Nicasio Gallego, Espronceda, etc. y en la poesía catalana es célebre la Oda a la nació catalana, de Bonaventura Carles Aribau.

Son famosas a su vez las odas de Ronsard, Víctor Hugo y Théodore de Banville en Francia, Abraham Cowley y John Gay en Inglaterra, Klopstock en Alemania, Manzoni y Bernardo Tasso en Italia; en Chile, las Odas Elementales de Pablo Neruda proyectan una renovación del género para toda la literatura.

Oda al corazón

Entre lluvia y llamas

Llora el corazón

Seco

De solitaria paja

Consumido

Sin aromas

Sin tempestades

Sin brumas

¡Melancólico pasado!

De fuego fué vestido

Coronado de mieles

Corola y primavera

Espina transparente

Amor inmutable

¡Paralítico!

Encadenado en el tiempo…

El himno

Un himno es un canto o texto narrativo que, expresa sentimientos positivos, de alegría y celebración. En un principio fue una composición coral, para después perpetuarse como género de poesía latina en la Edad Media. El vocablo deriva del idioma griego ὕμνος (hymnos) y pasó a casi todas las lenguas de Europa en un mismo sentido o significación.

Es además la representación musical o literaria de un acontecimiento tan elevado que produce la necesidad de plasmarlo en música o texto.

Un himno puede estar dedicado a un dios, un santo, un héroe o a una persona célebre. También puede estar dedicado a celebrar una victoria u otro suceso memorable o a expresar júbilo o entusiasmo. Asimismo puede ser una composición musical que identifica a una colectividad, una región, un pueblo o una nación y que une a quienes la interpretan. Estos últimos himnos suelen ser, o bien marchas, o bien poemas líricos. Las marchas suelen festejar victorias militares.

Alegría, Luz Divina,

del Elíseo dulce lar,

inflamados alleguemos

Diosa, a tu celeste altar.

Une otra vez tu hechizo

a quienes separó el rigor.

Fraterniza el orbe entero

de tus alas al calor.

A quien el azar ha dado

verdadera amistad,

quien consorte dulce halla,

ha sin par felicidad.

Abrazaos, oh! millones!

Beso de la Humanidad!

Brinda celestial bondad

Padre a tu séquito sin par

Os postráis, oh! juntos

Ante el Creador Eterno

Busca en el azur, y reina

Sobre el plano etéreo.

El soneto

Un soneto es una forma poética compuesta por 14 versos endecasílabos. Los versos se organizan en cuatro estrofas: dos cuartetos (estrofas de cuatro versos) y dos tercetos (estrofas de tres versos). Aunque la distribución del contenido del soneto no es estricta, puede decirse que el primer cuarteto presenta el tema del soneto, y que el segundo lo amplifica o lo desarrolla. El primer terceto reflexiona sobre la idea central, o expresa algún sentimiento vinculado con el tema de los cuartetos. El terceto final, el más emotivo, remata con una reflexión grave o con un sentimiento profundo, en ambos casos, desatados por los versos anteriores. De esta manera, el soneto clásico presenta una introducción, un desarrollo y una conclusión en el último terceto, que de algún modo da sentido al resto del poema.

De Sicilia, el soneto pasó a la Italia central, donde fue también cultivado por los poetas del dolce stil nuovo: Guido Guinizzelli (1240-1276), Guido Cavalcanti (1259-1300) y Cino da Pistoia, entre otros, quienes emplean ya los dos cuartetos y los dos tercetos, éstos últimos con una estructura variable.

En el siglo XIV son muy importantes los sonetos amorosos de Dante Alighieri, dedicados a su amada Beatrice Portinari, y recogidos en su libro Vita Nuova. Pero el sonetista más influyente de la centuria es, sin duda, el poeta aretino Francesco Petrarca, en cuyo Cancionero (Canzoniere) el soneto se revela como la estructura más adecuada para la expresión del sentimiento amoroso. A través de la influencia de Petrarca, el soneto se extiende al resto de literaturas europeas.

Este pichón del Turia que te mando,

de dulces ojos y de blanca pluma,

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