La Basura

Introducción

El elevado índice de crecimiento demográfico e industrial de México y los hábitos de la población, orientadas al consumo de productos desechables, así como la tendencia de la población a abandonar las zonas rurales para concentrarse en los centros urbanos, ha modificado de manera significativa la cantidad y composición de los residuos sólidos municipales.

Gran parte del crecimiento industrial, se desarrollo en tiempos en donde no se consideraban, y muchas veces no se conocían los efectos que los residuos peligrosos, como el incremento de residuos sólidos, podrían tener en la salud humana y en el medio ambiente.

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Tultitlan es considerado por sus habitantes como un basurero en expansión, y es que se tiran aproximadamente 144 toneladas de basura por año en distintos puntos de esta demarcación.

La basura aun se recolecta en su mayoría en carretas tiradas por burros y caballos, así como en camiones en mal estado, viejos y que no son para recolectar, estos últimos emiten contaminantes debido a que no reciben mantenimiento.

Los contenedores y carritos del personal de servicios públicos colocados en avenidas como la José López Portillo se desparraman y por las noches la gente comienza a deshacerse de la basura generada en sus hogares y la depositan en bolsas en callejones, parques y calles.

Los desechos sólidos, residuos tóxicos y restos de animales son tirados y quemados de forma clandestina en predios baldíos, caminos y áreas de transito local.

Los principales residuos contaminantes que han afectado al municipio de Tultitlan son los residuos inorgánicos (pet, aluminio, cartón, papel, plástico, aceite industrial, etc…) que se encuentran en calles, canales y predios baldíos. De igual forma los animales muertos que son abandonados, los residuos líquidos e industriales que se tiran en los canales y coladeras indiscriminadamente los cuales, van a dar a los canales de agua potable, así como los del gases que emite el tiradero a cielo abierto.

En los últimos años el volumen de lixiviados* producido por el tiradero a cielo abierto de Tultitlan fue de 16,500 m3 por año y la cantidad que ha generado a lo largo de sus 24 años de operación es de 205,627.50 m3, lo cual indica una contaminación grave al suelo y posiblemente a los acuíferos.

La falta de infraestructura de evacuación y control de lixiviados en el tiradero propicia la infiltración de los mismos al subsuelo, y con ello, pone en grave riesgo la integridad de los acuíferos existentes en el mismo.

Este daño representa un grave riesgo a la salud pública, ya que la población obtiene el agua para uso y consumo del subsuelo, además de que al potabilizar el agua se debe que tratar de una forma más específica, lo que representa onerosos gastos

El biogás* produce malos olores, lo que es otra afectación, estos, provienen principalmente del H2S lo cual afecta el bienestar de las personas que viven en las cercanías. Las partículas suspendidas se consideran como impactantes por la operación de tiraderos a cielo abierto, las cuales pueden penetrar al aparato respiratorio y provocar diferentes tipos de enfermedades respiratorias que van desde alergias hasta enfermedades asmáticas. En el caso de estudio se encontraron indicios de la presencia de Coliformes, Staphylococcus, Hongos y levaduras, Candida Albicannis y Salmonella.; por lo que este tipo de afectación pone en riesgo a todas aquellas personas que laboran en el tiradero e incluso a aquellas que viven en las cercanías del lugar. Para este tipo de impactante, la minimización del problema es la desaparición

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