La Ciencia En México

La historia de la ciencia en México es una historia no muy conocida, opacada por los sucesos políticos, sociales, económicos y culturales. Los científicos han ayudado a la evolución del hombre, persiguiendo el conocimiento para tener mejor dominio y control de las fuerzas naturales, todo para una vida mejor. En muchos casos, estas fuerzas resultan opuestas a sus fines, llevadas a crear violencia y destrucción. La ciencia cuenta la historia de un pequeño grupo de hombres, la ciencia siempre se ha mantenido alejada de los acontecimientos sociales. “Los científicos son ciudadanos del mundo y su labor por mínima que sea es patrimonio universal y pertenece a todos los humanos sin distinción de credo, nacionalidad o raza.” Comenta la autora.

Los contrastes entre el acaecer político y científico son bastantes, entre los que se puede destacar que no en pocas veces no se conoce el nombre del científico, pero sí su obra; al contrario que en la política. La ciencia en la antigüedad llegó a menospreciarse la labor científica, por lo tanto los acontecimientos y descubrimientos científicos no eran celebrados o publicados. Aún así, con prohibiciones, los científicos han sabido hacer llegar sus conocimientos, otorgándonos aportaciones de incalculable valor. En México a partir del siglo XVI se ha logrado un trabajo científico incesante de gran importancia, sobre todo aportaciones muy significativas en los campos de la zoología, botánica y farmacoterapia.

Las ciencias están relacionadas unas con otras, crecen simultáneamente y se alimentan recíprocamente, no puede haber una ciencia sin otra.

La historiografía trata de aplicar los métodos de la historia científica a los hechos de la ciencia. La historiografía nos ha dado grandes aportaciones documentales. La ciencia es una acumulación de conocimientos. Nace el pensamiento científico o método científico en el cual para los científicos del siglo XIX las teorías verdaderas explicaban satisfactoriamente los fenómenos, cosa que las teorías falsas no podían. Se divide el pasado en dos categorías: progresistas y retrógrados o reaccionarios. Esta concepción histórica del pasado científico del mundo resulta actualmente un poco simple y han comenzado a percibirse otras tendencias que no consideran a la ciencia como un saber puramente acumulativo y a su historia como el relato de ese proceso de comunicación. Las nuevas corrientes han puntualizado la validez de teorías antiguas antes consideradas equivocadas, consideradas ahora como valiosas aportaciones dignas de estudiarse. Han señalado el mal llamado “falso” o “verdadero” razonamiento científico.

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