La Muerte

LA MUERTE

La muerte es algo de lo que nadie puede escapar, la muerte sigue a la vida con tanta seguridad como el invierno sigue al otoño o la juventud sigue a la vejez. Las personas se preparan para no sufrir cuando les llegue el invierno; se preparan para no tener que sufrir con su vejez; pero pocos se preparan para llegar a la muerte con la plenitud que viven la vida, ven a la muerte como el final de un camino al que no quieren llegar por temor a conocer la personalidad que en ellos guarda, los temores son base para que no lo puedan lograr.

La muerte espera al más valiente, al más rico, al más bello. Pero los iguala al más cobarde, al más pobre, al más feo, no en el simple hecho de morir, ni siquiera en la conciencia de la muerte, sino en la ignorancia de la muerte. Sabemos que un día vendrá, pero nunca sabemos lo que es.

La muerte se ríe de nosotros. Nos desafía a pensar, no en la muerte del otro, sino en la propia desaparición. Nos reta a creer que la memoria de los que sobreviven será nuestra única vida más allá de la muerte. Nos hace pensar el egocentrismo que sentimos hacia nosotros, y es que no nos importa quien se valla, lo que realmente nos interesa es que nos quedamos sin alguien que nos resguarde, que no proporcione confianza y queremos que este siempre a nuestro lado, el miedo siempre sea la soledad.

Pero la muerte es necesaria, si las personas viven para siempre tarde o temprano empezarían a anhelar la muerte, todo sea tan monótono que no querrían vivir; porque todos los que en un momento los acompañaron ya pasaron por la muerte y serán recordados con amor, y solo por ellos vivirán con nosotros, siendo no personas tangibles con las cuales se pueda entablar una discusión y sentirse bien, todo cambia y es para bien o mal, pero siempre responsabilidad del que lo quiera. La muerte hace espacio para la renovación y la regeneración, no para la lastima hacia nosotros.

El estar consciente de la muerte nos permite vivir cada día y cada momento lleno de agradecimiento hacia la incomparable oportunidad que tenemos de crear algo durante nuestra estadía en el día a día. Creo que para disfrutar verdadera felicidad debemos vivir cada momento como si fuese el último, el presente nunca volverá. Podemos hablar del pasado o del futuro, pero la única realidad que tenemos es este momento presente.

Es difícil confrontar la realidad de la muerte, pero hay que cambiar de perspectiva no todo es un cuento lindo y perfecto, cada persona realiza lo que quiere y de sus actos vienen consecuencia buenas o malas pero al fin realizadas por él. El pensamiento no se muere solo mide su tiempo. El espíritu no se muere solo se traslada. Se duplica y se anuncia en cada palabra, no hay palabra que no venza a la muerte porque no hay palabra que no sea portadora de una renovación, nos mueva a alcanzar la plenitud que todo ser busca y que pocos consiguen.

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