La Siderurgia Ante El Medio Ambiente

La siderurgia ante el medio ambiente

Alberto Miguel Arruti

La industria siderúrgica ha logrado reducir casi un 50% sus emisiones de dióxido de carbono en las últimas tres décadas. Los procesos actuales para la producción de acero han llegado a su límite en este campo, especialmente, los hornos altos. Ante las nuevas exigencias medioambientales, que se plantearán en la etapa posterior a Kyoto, es decir, a partir de 2012, las empresas están impulsando proyectos de I+D para tratar de dar un nuevo salto tecnológico. El objetivo que se pretende es recortar el nivel actual de emisiones contaminantes hasta un 60%. El principal programa en Europa, en este campo, es el Ulcos (Ultra Low C02 Steelmaking), en el que participan 48 socios entre fabricantes de acero, laboratorios de investigación y universidades. El programa ha entrado ya en su segunda fase. Se han identificado cuatro tecnologías viables, que se han probado a escala piloto. Las inversiones, ya acometidas, alcanzan los sesenta y cinco millones de euros.

Las empresas siderúrgicas son responsables del 27% de las emisiones de C02 que genera la actividad industrial en el mundo. En la actualidad, entre el 60 y 65% del acero que se fabrica en el mundo se produce en hornos altos, lo que da lugar a entre 1,8 y dos toneladas de C02 por tonelada de producto. La contaminación provocada por los hornos de arco eléctrico, mayoritarios en el caso español, es sensiblemente inferior.

En el año 2007, Arcelor Mittal, que es el líder mundial en la fabricación de acero, emitió a la atmósfera 239 millones de toneladas de anhídrido carbónico. El 24% de la producción del grupo se hace en hornos eléctricos. Arcelor Mittal tiene un programa para reciclar acero que, según sus estimaciones, ha contribuido al ahorro de 600 millones de toneladas de emisiones, que consigue cada año.

En los países escandinavos, se está impulsando un sistema de prerreducción de gas natural. Por su parte, Corus, que es la segunda siderurgia europea, lidera, junto a socios australianos como Hismelt y Rio Tinto, el desarrollo de un proceso de fabricación mediante reducción en fusión de hierro, que permitiría suprimir las actuales fases de coquización y sinterización en la producción de acero. No se conocerán las posibilidades de esta tecnología hasta 2010 o 2011.

Una cuarta alternativa, que impulsa Arcelor Mittal, se basa en el reciclado del gas, que emiten los hornos altos. Se trata, probablemente, de la posibilidad más viable. Es un proceso, largo y costoso, que no se materializará hasta 2012 o 2013. Necesitará 150 millones de euros de inversión. Esta tecnología se probará en un horno alto, del tipo de los que tiene Arcelor en Aviles.

Los problemas relacionados con la contaminación son distintos, según se trate de siderurgia integral o no integral.

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