Lactancia Materna

LA SEMILLA DEBE GERMINAR

Era una tarde calurosa en la ciudad de Girardot, estando en el servicio de urgencias aparece la señora G.M de 24 años de edad, quien es conocida por el personal porque hacia pocos días había sido atendida para el trabajo de parto de su primer hijo además de los controles prenatales a los que asistió puntualmente y además de tener muy completo su esquema de vacunación y exámenes en sus tres trimestres del embarazo. Ella es una mujer con amplio futuro, casada, maestra, quien fue llevada por su esposo tras evidenciar conductas agresivas y de apropiación insistiva de su hijo. Su hijo teníaapenas tres semanas de nacido. Desde que tuvo a su hijo se sentía angustiada y deprimida. Llanto, vulnerabilidad, miedo de que le ocurriese algo a su niño. No surgía ningún antecedente a destacar, siempre anhelo a su hijo y cuando lo tuvo no quería desprenderse de él y deseaba que el niño estuviera dentro nuevamente de su vientre. La señora G.M le daba pecho y su hijo iba aumentando de peso de acuerdo a lo esperado.

Hasta el parto, la señora G.M había sido una persona segura de sí misma. Detallista, ordenada, le gustaba controlar su vida y la de quienes la rodeaban. Era una persona alegre, divertida, casera.

Disfrutaba de todas las cosas.

Pero desde el nacimiento del bebé, sentía que había perdido el control de las cosas. Ella creía que el niño quizás ya no estaba tan seguro como cuando estaba en su vientre. Eso la angustiaba, la hacía sufrir, la paralizaba, sentía que no valia nada sin su hijo, que nadie la quería y que todos se fijaban en la criatura solo con el hecho de hacerle mal. La señora G.M tenía la impresión de que su hijo estaba desamparado; por eso su pensamiento de sobreprotección y minusvalía ante las necesidades que la rodeaban.

La señora G.M además de su situación actual de salud, recordaba la muerte de su padre, hacia diez años. La enfermedad y la muerte de su padre la afectaron mucho. Al recordar su pérdida lloraba. A nivel físico, tenía dolores lumbares y cefaleas, al realizarle la toma de signos vitales además de la previa anamnesis que nos evidenciaba un trastorno del pensamiento y de la conducta se encontraba una tensión arterial de 98/60 mmhg, también aumentaba la frecuencia respiratoria de 32 respiraciones por minuto, tenia taquicardia de 110 pulsaciones por minuto, diaforesis, temblor.

Viendo la preocupación del esposo y de la familia por el bienestar de la nueva madre y más aún del bebe se remite a la paciente a la unidad mental para la valoración por psiquiatría quien le diagnostica una psicosis postparto que ascendió de un periodo de depresión no tolerable y mal manejado.

Se le indica el tratamiento farmacológico:

HALOPERIDOL Tab.

...