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Las Matematicas


Enviado por   •  9 de Agosto de 2011  •  10.546 Palabras (43 Páginas)  •  562 Visitas

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lAS MATEMATICAS ES UNA DE LAS CIENCIAS QUE HA AYUDADO A LA SOCIEDAD A SUBSISTIR EN UN SISTEMA DE CONTINUO CAMBIO

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DESDE LA CULTURA HASTA A REALIZACION DE UN EDIFICIO

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A ORILLAS DEL RÍO PIEDRA

ME SENTÉ Y LLORÉ

PAULO COELHO

Un libro conmovedor y transparente que nos descubre los misterios de la vida

En toda historia de amor siempre hay algo que nos acerca a la eternidad y a la esencia de la vida, porque las histo-rias de amor encierran en sí todos los secretos del mundo.

Pero ¿qué ocurre cuando la timidez sacrifica un amor adolescente? ¿Y qué sucede cuando, al cabo de los años, el destino hace que una mujer reencuentre a su amado? A ella, la vida le ha enseñado a ser fuerte y a domi-nar sus sentimientos. A él, que posee el don de la curación, la religión le ha servido como refugio de sus conflictos interiores. Pero a ambos les une un solo deseo: el de cumplir sus sueños. El camino que habrán de recorrer es escabroso, y el sentimiento de culpa un obstáculo casi insalvable. Pero será a orillas del río Piedra, en un pueble-cito del Pirineo, donde ambos descubrirán su propia verdad.

A orillas del río Piedra me senté y lloré es una novela fascinante y tierna que, con una prosa poética y transparente, nos sumerge de lleno en los misterios últimos de la vida y el amor. Como dijo Kenzaburo Oe (premio Nobel de Literatura 1994), Paulo Coelho conoce los secretos de la alquimia literaria.

Paulo Coelho

A orillas del río Piedra me senté y lloré

Para I. C. y S. B., cuya comunicación amorosa

me hizo ver el rostro femenino de Dios;

Mónica Antunes, compañera desde la primera hora,

que con su amor y entusiasmo

esparce el fuego por el mundo;

Paulo Rocco, por la alegría de las batallas

que libramos juntos, y por la dignidad

de los combates que libramos entre nosotros;

Tanya Z., por iluminar el corazón de tu Otra Parte,

mostrando cuan generosa es la vida

si optamos por vivir Nuestro Camino;

Mathew Lore, por no haber olvidado una sabia

línea del I Ching: «La perseverancia es favorable.»

«Y la Sabiduría se ha acreditado

por todos sus hijos.»

LUCAS, 7, 35

Oh, María, concebida sin pecado,

ruega por nosotros, que a ti recurrimos, amén.

NOTA DEL AUTOR

Un misionero español visitaba una isla, cuando se encontró con tres sacerdotes aztecas.

— ¿Cómo rezáis vosotros? —preguntó el padre.

— Sólo tenemos una oración —respondió uno de los aztecas—. Nosotros decimos: «Dios, Tú eres tres, nosotros somos tres. Ten piedad de nosotros.»

— Bella oración —dijo el misionero—. Pero no es exactamente la plegaria que Dios escucha. Os voy a enseñar una mucho mejor.

El padre les enseñó una oración católica y prosiguió su camino de evangelización. Años más tarde, ya en el na-vío que lo llevaba de regreso a España, tuvo que pasar de nuevo por la isla. Desde la cubierta, vio a los tres sacer-dotes en la playa, y los llamó por señas.

En ese momento, los tres comenzaron a caminar por el agua hacia él.

— ¡Padre! ¡Padre! —gritó uno de ellos, acercándose al navío—. ¡Enséñanos de nuevo la oración que Dios escu-cha, porque no conseguimos recordarla!

— No importa —dijo el misionero, viendo el milagro.

Y pidió perdón a Dios por no haber entendido antes que Él hablaba todas las lenguas.

Esta historia ejemplifica bien lo que quiero contar en A orillas del río Piedra me senté y lloré. Rara vez nos da-mos cuenta de que estamos rodeados por lo Extraordinario. Los milagros suceden a nuestro alrededor, las señales de Dios nos muestran el camino, los ángeles piden ser oídos…; sin embargo, como aprendemos que existen fór-mulas y reglas para llegar hasta Dios, no prestamos atención a nada de esto. No entendemos que Él está donde le dejan entrar.

Las prácticas religiosas tradicionales son importantes; nos hacen participar con los demás en una experiencia comunitaria de adoración y de oración. Pero nunca debemos olvidar que una experiencia espiritual es sobre todo una experiencia práctica del Amor. Y en el amor no existen reglas. Podemos intentar guiarnos por un manual, con-trolar el corazón, tener una estrategia de comportamiento… Pero todo eso es una tontería. Quien decide es el co-razón, y lo que él decide es lo que vale.

Todos hemos experimentado eso en la vida. Todos, en algún momento, hemos dicho entre lágrimas: «Estoy su-friendo por un amor que no vale la pena.» Sufrimos porque descubrimos que damos más de lo que recibimos. Su-frimos porque nuestro amor no es reconocido. Sufrimos porque no conseguimos imponer nuestras reglas.

Sufrimos impensadamente, porque en el amor está la semilla de nuestro crecimiento. Cuando más amamos, más cerca estamos de la experiencia espiritual. Los verdaderos iluminados, con las almas encendidas por el Amor, vencían todos los prejuicios de la época. Cantaban, reían, rezaban en voz alta, compartían aquello que San Pablo llamó la «santa locura». Eran alegres, porque quien ama ha vencido el mundo, y no teme perder nada. El verdadero amor supone un acto de entrega total.

A orillas del río Piedra me senté y lloré es un libro sobre la importancia de esta entrega. Pilar y su compañero son personajes ficticios, pero símbolos de los numerosos conflictos que nos acompañan

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