METODOS QUIMICOS DE DESINFECCION
yoseliin20 de Marzo de 2013
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METODOS QUIMICOS DE DESINFECCION
Van a producir la destrucción de todos los microorganismos patógenos. Son los desinfectantes y los antisépticos. Los desinfectantes son sustancias químicas aplicadas sobre objetos y superficies. Los antisépticos son sustancias químicas aplicadas sobre la piel y mucosas.
Todo buen método de desinfección deberá cumplir las siguientes condiciones:
- Matar el mayor número de gérmenes o, al menos, todos los patógenos
- Ser económico.
- No ser corrosivo, tóxico ni irritante para los tejidos.
- Se deberá diluir al menos en agua
- Tener un olor agradable.
Los desinfectantes mas utilizados son:
• Detergentes catiónicos: Se pueden utilizar diluidos al 1% para la desinfección de manos. Su uso más corriente es para la limpieza y desinfección de paredes, suelos, ropa y objetos en general.
• Clorofenoles: Son muy eficaces y se suelen asociar con los detergentes catiónicos para mejorar el grado de desinfección.
• Compuestos clorados: Son utilizados para desinfección de superficies, ropas, urinarios, etc. Se suelen usar diluidos en agua y un ejemplo típico lo constituyen las lejías (hipocloritos).
• Acido fénico: Se utiliza diluido al 5% para la limpieza de objetos y superficies.
Los antisépticos más utilizados son los siguientes:
• Alcoholes: Se utilizan para limpiar y desinfectar la piel, las manos, el filo del instrumental y algunas superficies pequeñas. Se utiliza el etanol para tejidos y el metanol para superficies que no vayan a estar en contacto con la piel.
• Mercuriocromo: En su composición aparece el mercurio, que tiene un efecto desinfectante muy bueno. Es especialmente utilizado en heridas superficiales debido a que las desinfecta y las mantiene secas y protegidas.
• Derivados yodados: Son utilizados para preparar la piel antes de una intervención quirúrgica, en la punción lumbar, antes de punción para hemocultivo, etc. Son extraordinariamente efectivos y ejercen su acción por oxidación.
ANTISÉPTICOS
Son sustancias que ayudan a combatir o prevenir los padecimientos infecciosos, inhibiendo el crecimiento y la reproducción de bacterias , hongos y virus que los ocasionan. Se aplican principalmente sobre la piel para atender heridas, quemaduras y picaduras, aunque también se utilizan en mucosas (boca, garganta, fosas nasales).
Los antisépticos pueden ser de origen natural, como la saliva, que elimina microorganismos alojados en la cavidad bucal y que son responsables de caries dental , u obtenerse en el laboratorio, donde se preparan en concentraciones ideales para combatir enfermedades sin afectar al paciente.
Es importante mencionar que desinfectante y antiséptico no son sinónimos, ya que el primero es un producto que destruye gérmenes localizados en superficies (piso, muebles, baño, sala de operaciones) u objetos (utensilios de limpieza e instrumental empleado en intervenciones quirúrgicas, por ejemplo), en tanto que los segundos actúan únicamente sobre tejidos vivos.
Así, un requisito que deben cumplir los antisépticos es que no representen peligro para el ser humano, de modo que deben carecer de toxicidad o efectos corrosivos. Asimismo, no presentan problemas para disolverse con otros compuestos ni se alterar o descomponen, aun cuando se exponen a la acción de la luz o el calor.
Tipos y función
Aunque es cierto que hay gran cantidad de microorganismos en el ambiente e incluso que muchos habitan sobre la epidermis para alimentarse del sudor y de la grasa producidas por las glándulas sudoríparas y sebáceas (una persona sana y limpia puede albergar 2.4 millones de bacterias por centímetro cuadrado de las axilas ), éstos seres diminutos son comúnmente controlados por los eficientes sistemas de defensa que existen en la piel y mucosas.
Sin embargo, es posible que los gérmenes se introduzcan al cuerpo humano a través de una cortadura o herida, por lo que en estos casos debe usarse un antiséptico que impida su paso y reduzca la posibilidad de sufrir daño. El producto debe aplicarse en los costados del corte de la piel y no directamente en la incisión, sin olvidar que lo mejor es permitir que la lesión se ventile para que cicatrice y, de esta manera, se impida un nuevo ataque.
Algunas infecciones por bacterias y virus ocasionan ampollas y úlceras pequeñas y dolorosas (aftas) en las mucosas de la boca. En este caso, la lesión puede ser originada por un objeto, una prótesis dental o un golpe, y sus efectos son atenuables gracias a soluciones antisépticas, las cuales se aplican, directamente, con ayuda de una torunda de algodón o hisopo, o mediante la realización de buches y gárgaras.
Otro tanto hay que decir del acné, padecimiento en que los cambios hormonales estimulan a las glándulas sebáceas, generando cúmulos de grasa que obstruyen los poros y dan lugar a barros y espinillas. Tales lesiones pueden ser invadidas por la bacteria Propionebacterium acnes , de modo que utilizar soluciones antisépticas especiales puede ayudar a aminorar el riesgo de infección y, por tanto, de cicatrices.
Existen muchas sustancias antisépticas, pero las más importantes son:
Alcohol etílico o etanol. Se emplea en soluciones cuya concentración es de 70 y 96%, aunque cabe señalar que en México se ha restringido el uso de ésta última (popularmente llamado de “etiqueta roja”) a fin de evitar su uso como bebida embriagante. Se le emplea en golpes, raspones o pequeñas heridas, y no debe utilizarse en cortaduras grandes, ya que lastima los tejidos y favorece la aparición de coágulos que alojan microorganismos vivos en su interior. Es muy eficaz contra bacterias, pero no así con los virus. Existe otra variedad de alcohol, el isopropílico, con idénticas cualidades antisépticas, pero casi no se usa por ser altamente irritante.
Agua oxigenada (peróxido de hidrógeno). Se utiliza como antiséptico en concentraciones del 6% (20 volúmenes). Su empleo está muy extendido porque no produce irritación en los tejidos, pero tiene el inconveniente de que se descompone rápidamente cuando entra en contacto con unas enzimas , las catalasas, que existen en los tejidos. También estimula la coagulación sanguínea y es útil cuando se sospecha de infección por bacterias anaerobias (que viven sin oxígeno), como la que genera tétanos . Es ideal para limpiar mucosas, y en odontología se emplea para combatir gingivitis .
Yodo. Antiséptico de bajo costo, acción rápida y que raramente genera reacciones adversas. Existen varias formas de utilizarlo, según las necesidades:
• Tintura. Es yodo disuelto en alcohol; se emplea en el tratamiento de afecciones causadas por bacterias u hongos, para desinfectar heridas o para limpiar piel sana, antes de una intervención quirúrgica. Ocasiona manchas temporales y reacciones alérgicas en algunos sujetos.
• Solución acuosa. Se utiliza para limpiar las heridas y es menos agresiva que la tintura.
• Solución en glicerina. Se aplica principalmente en las mucosas o en pieles muy resecas o sensibles. También llega a generar reacciones alérgicas.
Povidona yodada. Es un compuesto cuya acción desinfectante se debe a que libera el yodo que contiene en sus moléculas; se le puede encontrar en la farmacia en concentraciones del 10, 7.5 y 1%, así como en presentaciones especiales para aplicarse sobre la piel o en las mucosas de la vagina, garganta y boca. Posee las ventajas de manchar poco la piel y ser menos irritante que el yodo puro, aunque también puede provocar alergia. Muy útil en tratamientos de infecciones y para desinfectar heridas. Su uso es muy extendido en hospitales.
Nitrato de plata. Su uso no es tan general como en los casos anteriores, pero se trata de un potente antiséptico de gran utilidad en el combate de estafilococos y pseudomonas, que son bacterias que suelen habitar dentro de los hospitales. Se emplean también para eliminar verrugas y desinfectar quemaduras.
Cloruro de benzalconio. Está disponible en distintos grados de concentración, a veces disuelto en alcohol (tintura) o agua (solución acuosa), y se puede aplicar en mucosas, heridas o sobre la piel sana, previo a cirugías. Antes de aplicarlo, la piel tiene que ser lavada con cuidado y los restos de jabón deben enjuagarse abundantemente, ya que éste puede anular la acción antiséptica y favorecer la proliferación de bacterias. Es muy raro que genere alergia.
Clorhexidina. Su acción es prolongada, tiene la ventaja de no producir irritación y no es absorbido por la piel, de modo que es un producto muy seguro. Ayuda a limpiar heridas o quemaduras, y en odontología es eficaz para eliminar la placa dentobacteriana. Su concentración puede ser de 0.05 a 0.5%, y se suele disolver en alcohol o agua.
Violeta de genciana. Muy utilizada en décadas anteriores, sobre todo en el combate de infecciones generadas por hongos y bacterias, ha sido desplazada ante el surgimiento de productos más eficaces y que no generan manchas. Se sigue empleando con relativa frecuencia en padecimientos de la mucosa bucal y medicina veterinaria.
Derivados del mercurio. Los más habituales son tiomersal (solución al 0.1%) y merbromina (al 2%), que se utilizan para desinfectar la piel raspada, aunque pueden producir irritación notable.
Permagnato potásico o de potasio. No es tan común como los anteriores, pero es de utilidad para prevenir infecciones por hongos (tiñas) e incluso detenerlas en sus primeras etapas.
Consejos de uso
Le recordamos que en caso de que haya cortes, rasguños y pequeñas heridas, el mejor tratamiento consiste en limpiar la herida
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