ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Mariposas


Enviado por   •  8 de Noviembre de 2014  •  9.323 Palabras (38 Páginas)  •  170 Visitas

Página 1 de 38

I don’t wanna fall in love with you again.

Prólogo.

Vivía como cualquier adolescente con problemas, momentos buenos y cualquier tipo de cosas que suelen suceder a esa edad con aspiraciones, con sueños. Cabe destacar que amaba la música; bastaba con ponerme mis audífonos e imaginar mi vida perfecta o salir de la realidad.

Unas cosas llevan a otras, gracias a la música encontré mi grupo favorito "The Jonas Brothers" y con ello vinieron alegrías a mi vida y ¿por qué no decirlo? discusiones porque nadie lograba entender lo que sentía, por ser rara al hacerme "Jonatica", por amarlos incondicionalmente sin recibir nada a cambio más que su música. Por hacerme esperanzas falsas que nunca ocurrirían pero no solo eso ellos fueron una inspiración, me dieron esperanza de sueños por alcanzar pero a todo esto ¿qué tiene que ver con mi vida?

En mi adolescencia fueron mi todo, los admiraba y amaba. Juré que aunque creciera aún seguiría ese sentimiento porque era real. ¿Cuántas más no dijimos lo mismo? y quizá ahora no sea lo mismo o simplemente otras se olvidaron o, es simplemente un recuerdo.

La verdad es que conforme crecemos maduramos y muchas cosas cambian. Yo tuve que hacerlo antes de tiempo porque así la vida lo decidió. Porque mi vida cambió. Con ello dejar mis locuras, mis ilusiones y todo por lo que el futuro me esperaba.

Ahora ese futuro es mi presente y ha dado frutos y sigo preguntándome ¿Dónde quedó aquella chica llena de sueños? ¿Dónde dejó a esos seres que la inspiraban? ¿Dónde quedó su amor platónico? Todo eso que me hacía feliz con solo una palabra, una imagen o la voz de ellos ser perdió con el tiempo. Siempre tuve miedo a este día. A olvidarme de ello.

Capitulo 2

Mi despertador sonó, ¡Menuda flojera que tenía, hora de comenzar! Me alisté y emprendí mi camino directo al hospital.

Pasé mi ID por el identificador para que registrara mi llegada a éste e hice algunas cosas pendientes, así como algún chequeo de algunos pacientes y consultas; nada relevante hasta que, mi bipper sonó con un mensaje de que me requerían en el piso No.1 urgentemente, y junto con otros compañeros estaba en el elevador pero nadie entendía lo que pasaba hasta que al llegar, salían miles de paramédicos con camillas y camillas de pacientes heridos, era un estado de emergencia, ¿la razón? no la sé.

— ¡Todos los médicos residentes! ya saben que hacer es un estado crítico así que no ay tiempo, si requieren algún quirófano ¡pídanlo con anticipación no tenemos muchos disponibles! —dijo uno de los médicos más destacados dando la instrucción, todos empezaron a moverse para todos lados yo me dirigía rápidamente a buscar algún paciente que lo requiriera y no era para escoger pero es que muchos ya tenían un médico no encontraba, y en ese instante llego mi compañera Michelle.

— Brooke firma aquí, tu te harás cargo del paciente de la camilla No.15 —Dijo Michelle con una tabla de registros frente a mí, yo la tome y firme con mi nombre y algunos otros datos que son requeridos al tomar algún paciente, mientras pregunté

—Qué fue lo que paso? porque todo este caos Michelle?— pregunté observando la histeria de médicos gritando en conjunto con gemidos de dolor de muchas personas

— Al parecer un secuestro de avión y lamentablemente el demente que estaba dentro del avión hirió a muchas personas. Por otro lado trató de tomar el control del avión y lo estrelló.

—Vaya no me lo imaginaba. Te dejo tengo paciente que atender —le comente a mi compañera Michelle para hacerme cargo de lo que se me había asignado-

—Claro. ¡Suerte! —y ya no la volví a ver.

Así que ¿estábamos en un estado crítico?

Compañeros doctores por todos lados yendo de un lado a otro, mientras pasaba y observaba por donde iba, buscaba a mi paciente pero no lo encontraba incluso no había camilla en el lugar que se supone debería estar la camilla No.15,asi que recurrí a uno de mis amigos que estaba cerca de ahí quizá él sabía algo

—Steve, ¿sabes qué paso con la camilla 15?,se supone que... —No pude terminar ya que mi amigo me volteo a ver desesperadamente

—¡Brooke es urgente que estés en quirófano 3! —gritó mi compañero Steve al mismo tiempo atendiendo al paciente que se le había asignado.

Entendí lo que quiso decirme y yo estaba completamente nerviosa. Esto de alguna forma era nuevo para mí.

Finalmente llegué al quirófano 3, y esto era un caos no me gustaba lo que veía; todos preparando lo necesario para el paciente que necesitaba inmediatamente una operación. Se preguntaran si estaba nerviosa. ¿Qué si lo estaba? ¡Muero de nervios! mis conocimientos estaban a prueba y esta prueba era ¡máxima!

El médico titular que estaba para supervisarme en caso de algún error me daba ciertas instrucciones, tenía una vida en mis manos. Me puse mis guantes y voltee hacia el paciente para comenzar. Mi mundo se vino abajo al saber quién era, no lo podía creer y no sabía si podía con esto, cualquiera que fuera mi decisión marcaria mi vida para siempre, pero para mí significa mucho más.

— ¡Srita. Parker! —Una voz demasiado varonil llamaba por mí

—Perdón Dr.Stanfort, es que... —en ese momento me interrumpió

—Dra. Parker sé que es la primera vez que hace algo así, y por lo mismo estoy aquí para asesorarla pero ya ha estado conmigo en otros casos así y lo ha sabido manejar bien así que no tenemos tiempo que perder. Empiece cuanto antes, ya hemos hecho el análisis, pero si la llame a que se le asigne un paciente es porque se de sus capacidades. Es una cirugía complicada, este joven tiene un metal atravesado en su costado izquierdo; la herida es bastante profunda y muy cerca del corazón —vaya manera de ayudar del Dr. Stanfort, no quería operar a este paciente, bueno no exactamente es que él era...

—Brooke aquí tienes —mis pensamientos no duraron ni medio segundo ya que Tiffany estaba de asistente en la cirugía, me paso el bisturí y aquí comenzaba con la prueba máxima en mi vida pero simplemente al reconocer a esa persona quería llorar.

Aprendiendo a ser médico en cierta forma tenías que ser un poco insensible porque no te llevaba a nada bueno. Era una regla general.

Decidí hacerlo al final de cuentas y con la operación tenía que ser cuidadosa de no tocar una sola arteria, vena o tejido cerca del corazón, por la herida había perdido una cantidad de sangre importante. Tenía miedo de que algo estuviera haciendo mal pero por suerte tenia conmigo al mejor de los médicos cirujanos apoyando y viendo que no hubiese algún percance. Claro esto no sería así siempre pero, siendo la primera vez que operaba algo tan complicado necesitaba ayuda

Al final de cuentas la operación duro solo 7 horas. Ok dirán ¿SOLO 7 HRS.? Hay que considerar que fue demasiado complicada, incluso casi lo perdíamos.

Finalmente lo llevamos a una habitación de terapia intensiva. El problema era que yo me tenía que hacer cargo de este paciente y su estado de salud aún es delicado. Cualquier error o cualquier fallo con el paciente van a recaer sobre mí.

Me dediqué a observarlo un poco y tenía unas leves heridas en el rostro y brazos que podía curar fácilmente sin problema. Con los instrumentos necesarios lo hice empezando en su ceja izquierda; tenía una abertura y del lado derecho de su frente tenía un gran raspón. También tenía una leve fractura en su mano izquierda que ya habían curado y por ultimo sus labios; bueno no exactamente, más bien en la comisura de sus labios que cure rápidamente.

Por un momento lo observé como si fuera mi tesoro perdido. Cuando iba a poner un poco de cinta de micro poro la herida de sus labios, volvían a mí los recuerdos; no podía dejar de verlo y recordar al mismo tiempo lo que significaba para mí, jamás me imagine que lo vería.

Ahora no sé exactamente como me siento, quizá no fue una buena idea. ¿Por qué yo tuve que atenderlo habiendo 543 médicos en este hospital?

Capitulo 3.

—Dra. Parker aquí le traigo el expediente médico del paciente ya identificado—me dio la tabla donde tenía el contenido y ahora debía anexar lo que ha sucedido.

Leía detenidamente cada dato en particular del expediente, mientras la enfermera me daba algunos datos relevantes. La escuché hasta su "me retiro, con su permiso”.

—Por cierto sus familiares están afuera esperando por saber de él — dejé de leer de golpe y ella se retiró nuevamente.

Continué dando algunos chequeos rápidos y tomando nota de algún cambio en el estado de mi paciente.

Salí hasta la sala de espera y, al ver a todos ahí, había algo inexplicable dentro de mí. Me sentía extraña, algo similar a lo que sientes cuando haces algo mal. ¿La razón? No la sé. Me siento extraña y ajena a lo que hago y lo que veo. Todo me da vueltas y no sé exactamente que sentir desde que tuve que asumir la responsabilidad con este paciente.

Recordaba lo que sentía en cierta etapa de mi vida, sabía como se sentía pero ahora me aturdía porque ahora no era lo mismo. No se sentía como antes.

Enfrentar a los que una vez llamé “suegros” por un simple juego, ilusión, sueño o; lo que sea que haya querido expresar en aquel tiempo, me incomodaba, pues esto es muy difícil para mí.

Me dirigí a ellos y aunque sabía perfectamente quienes eran, tenía que ser la pregunta necesariamente, no podía llegar diciendo “¡Hola familia Jonas su hijo…!” sería lo mas indecente e inapropiado.

— ¿Ustedes son Familiares del Joven Jonas? —Ya eh hecho esto antes y por alguna absurda razón me costaba verlos a las cara, tenerlo de frente; sentía como si me faltara el aire y tuviera un enorme hoyo en el estómago y una especie de “miedo”. Es como si les debiera algo y no lo es.

— ¡Sí! ¡Soy su madre! dígame ¿cómo está mi hijo? —la señora Denise fue la primera en hablar y el hecho que sonara tan desesperada me ponía de nervios. Tenía que entenderlo llevan más de 24 horas sin saber de su familiar.

Si fuera la de antes estaría eufórica “¡La mamá de los Jonas me habló!”. Si, aunque no fuera el momento apropiado estaría llena de felicidad. Estaba loca.

Se que es extraño pero, antes de tomar la decisión de ser algo tan serio y dedicar mi vida a ser médico; fui una gran Jonatica. Recuerdo como me emocionaba al escuchar una canción de ellos en la radio aunque la tuviera en mi iPod. También recuerdo como gritaba por toda la casa cuando veía una entrevista de ellos o un simple video musical. Eso y muchas cosas más fueron momentos importantes y alegres en mi vida pero, por otras cosas como el futuro de mi vida tenían que centrarse.

Tuve que dejarles, esa decisión fue dolorosa. En mi vida ya no habría más Jonas, después de que lo eran por completo.

La vida dio un giro inesperado y ahora después 8 años tenía a la familia Jonas completa. Me gustaría decir “¡Hey, salve la vida de su hijo!” pero no me gusta vanagloriarme.

De alguna forma el hecho de ahora tenerlos cerca, para mí era fascinante y a la vez terrorífico por la manera en que se dieron las circunstancias.

Después de la pregunta de la Sra. Denisse esperaban ansiosos la respuesta y una noticia de él. No podía soportar ver de esa forma a su madre, la cara de decepción de sus hermanos.

—Afortunadamente la operación fue todo un éxito. Hubo un poco de complicaciones pero salió mejor de lo que esperábamos; extrajimos el gran pedazo de metal que se había incrustado cerca de su costado del lado del corazón a tiempo. Cabe destacar que tiene unas leves lesiones pero nada grave sin daños secundarios hasta ahora, pero si algo delicado, tenemos que esperar a que se estabilice un poco al igual que hacer algunos análisis para saber si está completamente fuera de peligro. —dije segura de mi misma y casi pude sentir el alivio que les causo la noticia que les di.

Es cierto que omití la peor parte pero eso no importaba ahora.

—Entonces ¿podemos pasar a ver a nuestro hijo? —ahora habló el Sr.Jonas, quien estaba abrazando a su esposa.

—Me encantaría decirles que si pero, lo tenemos en terapia intensiva. Como les dije es un poco delicado su estado y aun mas con la operación pero no se preocupen pronto lo pondremos en alguna habitación en cuanto su estado de salud se establezca. Los mantendré al tanto.

Tenía otros pacientes que atender; pero, mientras caminaba de un lado a otro no podía dejar de sentirme de esa forma tan extraña.

Analicemos la situación como si aún tuviera los mismos pensamientos de hace 8 años.

Acabo de decirles a los que en ese entonces llamaba suegros como se encuentra su hijo, y vi a los que también creí serian en un futuro mis cuñados una negativa para acercarse a un Jonas. Reía por ese hecho tan ¿familiar?, me refiero a que: como fan teníamos casi prohibido acercarnos a un Jonas. Ahora la que en un pasado fue una fan le ha dicho a sus propios familiares que no pueden verlo, no porque yo quisiera, así son las normas.

En un pasado pudo haber sido lo que más deseaba pero ahora, no es agradable ver tu mayor miedo hecho realidad. Tenerlos frente a ti y no sentir nada.

Miento. Si siento y, es tristeza, nostalgia; era como haber perdido la memoria y tratar de recuperar los recuerdos que no tienes y te desespera. Me desespera no tener el valor de enfrentarlos porque ahora se convirtió en un miedo. Da igual sólo será un momento mientras el chico que más amé en ese entonces se recupera.

Lo único que me alegra es que ese miedo que sentí al casi al verlo perdido, fue el mismo que me motivo para tenerlo a salvo y con vida.

Siempre agradecía a la vida de su existencia como si la mía dependiera de ellos. Ahora dependían de un médico que les asegurará que; su hijo, hermano, cuñado, novio, esposo, padre; estaba bien.

Joe Jonas estará bien.

Capitulo 4

—¡Hey Brooke, felicidades! —me tomo por sorpresa el abrazo de Steve.

Él era mi mejor amigo desde que íbamos en 4° grado, y fue lo mejor que me pudo haber pasado. Lo considero el hermano que nunca tuve; y, fue una casualidad que ambos quisiéramos estudiar medicina. Lo único que cambió fue la especialidad.

—¡Gracias Steve! —me dejé llevar por mi emociones y le dí un abrazó efusivo a Steve.

—¡No me lo puedo creer! ¿tu haciendo una cirugia? ¡en tu segundo dia? ya vas a ser de las mas anuniadas, mas por ser a una estrella a quien le salvaste la vida. —Burló un poco mi amigo. Giré mis ojos sabía lo que insiniaba, él lo sabía perfectamente.

—Steve no digas eso. No soy una “heroína’’ de comic. ¿Cómo te fue a ti?

—Bueno nada complicado el paciente presentaba algunas hemorragias que detuve a tiempo algunos, hematomas, fracturas y ya nada extra. Quería algo tan emocionante como lo que te tocó a ti.

—No te lo deseo aún Steve, pero para tu fortuna te tocará tarde o temprano. Y bueno, Me voy. Tengo que dar un chequeo a mi paciente —tomé el elevador y seleccione el piso al que iba.

En menos de lo que esperaba ya me encontraba en el cuarto de terapia intensiva.

Solo rogaba en mi interior porque nada se complicara, me sentiría pésimo. A decir verdad ver que no despierta me desespera y es que tener aquí en mis manos a quien fue mi amor platónico era algo descabellado ¿cuándo iba a imaginar yo esto? yo atendiendo al famosísimo Joe Jonas.

Tome algunos datos importantes algún cambio, ritmo cardiaco, presión, y demás cosas que tenemos que hacer los médicos.

Afortunadamente sólo tenía un paciente en terapia intensiva, si tuviera otro más estaría al borde de la histeria; y eso que voy empezando.

Para mi desgracia no podía regresar a mi departamento a dormir, —estaba completamente agotada— ese era el precio de tener pacientes en terapia intensiva, no hay descanso salvo 5 minutos si es que puedes.

Tenía que encontrar algo que me mantuviera despierta. Un remedio es lo que necesitaba y, a diferencia de muchos médicos yo no utilizaría la famosísima “diazepam” para no dormir yo era de las que funcionaba con algo natural. Un buen café cargado.

—Peter por favor un café doble y cargado —Dije cansada llegando a la barra donde se ordena.

Puse ambos brazos sobre la barra y deje caer mi rostro soltando un suspiro.

—Asi que noche larga ¿eh? enseguida —dijo Peter amablemente.

En menos de lo que esperaba ya tenía mi vaso térmico con café. Puse un poco de azúcar para darle un ligero dulzor y me deje llevar por su sabor.

— ¿Sabes? se ve que eres demasiado joven como para ser tan buena en esto —Vi aquel chico mi lado derecho.

— ¿Eh, perdón? —no entendí que quiso decir con eso, ¿acaso era algún alago? o ¿me debía sentir ofendida? Él solo sonrió levemente.

—Me refiero a que; quise saber un poco de la persona que salvo a mi hermano y creo que para empezar enserio en esto es usted muy buena. —él parecía algo apenado y tenso lo notaba en la expresión de su rostro. —Con todo este percance no hubo tiempo de agradecerle; estábamos un poco alterados. Gracias por ayudar a mi hermano; pensábamos lo peor y creo que si en un principio hubiera sabido que usted como quien dice es "principiante" estaría en estado de pánico —Fruncí un poco el ceño eso no era nada agradable. Tampoco trataba darle una buena impresión así que, ¡da lo mismo!

—Es mi deber como médico hacer lo que sea por cualquier persona que requiera de atención; además, su hermano es fuerte y el logro no es tanto llamar algo como “ yo lo hice”, están también los demás médicos especialistas y si a eso le agrega que estuvo a mi lado uno de los mejores médicos cirujanos. Sin él nada de esto se hubiera logrado.

—Entonces ¿me está diciendo que si no hubiera estado, ese médico con usted mi hermano… —casi me ahogaba con mi café. Hablé de inmediato.

— ¡No no no! ¡No es eso! me refiero a que... —me puse un poco alterada de que me mal interpretara de que no tenía la suficiente capacidad de llevar a cabo algo así pero repentinamente soltó una leve carcajada.

—Lo sé doctora. Lo lamento solo bromee un poco. Es extraño poder hacer esto con alguien como usted que es una doctora y no estamos en una situación como para “bromear” pero, me sentía un poco mal y…—no puedo negar sentir preocupación por él. Este tipo de circunstancias y malas pasadas de comida, no son buenas para una persona diabética.

— ¿Esta todo en orden con usted joven Jonas? —lo único que notaba era su cansancio, se veía agotado pero eso también puede ser una “subida de azúcar”

—Si doctora no se preocupe. Ahora que lo pienso no tiene por qué llamarme "joven Jonas" yo soy…

—Nicholas Jerry Jonas Miller —dije por lo bajo para que no escuchara mientras le daba un sorbo a mi café ¿Qué diablos me pasa? me estoy comportando muy infantil. Parecía emocionarme decir sus nombre.

— ¿Perdón? — ¡ay no! ¿Escuchó aunque sea un poco? O ¿todo?

Nick levantó una ceja, esperando por mi respuesta como si le causara gracia.

Afiné mi garganta un poco y pronuncié sin importancia su nombre.

—Nick Jonas —volví a darle un sorbo a mi café.

—Entonces si me conoces. —dijo alegremente.

Ojalá Nicholas supiera que supe un poco de fuentes no muy confiables como: revistas, blogs y cosas así. Eso no me servía de mucho que digamos.

—Bueno, como no saberlo si han sido de los grupos con más fama —Mi respuesta era completamente estúpida.

La intención era hacerle creer que por mi parte no había conocimientos sobre ellos.

Nick me preocupó al ver como se tomaba la frente con una mano y respiraba profundo. Él no estaba bien.

—Si gusta podría darle un rápido chequeo. Quizá tiene alguna alteración en la glucosa joven Jo… —él me miro atentamente

—Nick, puedes decirme así. Entonces si nos conoces bien, ¿eres una fan? sabes que tengo diabetes. —Hasta ese momento me di cuenta que había hecho mal haberle dicho sobre su enfermedad pero, si yo le hablaba en términos médicos quizá podría salvarme.

—No lo soy. Una prima…aún es muy seguidora de ustedes alguna vez la escuché hablar. Pero no es esa la razón por la que lo sé. Antes que yo pidió un café descafeinado sin azúcar lo cual no significa nada que es me dé la razón pero, al probarlo hizo un gesto de desagrado y no puso azúcar a pesar de ello. Su reloj no es uno cualquiera, controla su bomba de insulina, conozco esos dispositivos perfectamente.

—Me observó bastante —de nuevo soltó una leve carcajada

—Joven...-casi me mataba con la mirada este chico, me corregí.

—Nick ¿de verdad estas bien entonces?

—Estoy bien.

—Bueno, entonces tengo que ver a tu hermano hasta luego —me aleje apenas unos cuantos pasos y no lo pensé dos veces.

—Nick, a pesar de ser doctora a mí también me haces sentir como señora que me trates de usted, para mis pacientes soy solo Dra. Parker, pero mis amigos me dicen Brooke —Salí de la cafetería.

Regresé a la habitación de terapia intensiva a dar el chequeo a Joe.

El hecho verlo en esa cama inmóvil, me hacía mal. Yo no lo recordaba así, siempre alegre y… ¡por Dios! ¿Cómo pude olvidarlo? ¡Necesita más sangre!

Este error me va a salir caro, debo salir a buscar algún donador con su familia. Era lo más lógico.

—Buenas noches. —Me acerqué a ellos y su rostro era como si esperaran una mala noticia, me hacían sentir fatal.

—No se preocupen no es nada malo. Sólo quisiera saber ¿si alguno de ustedes es compatible con la sangre del joven Jonas? —Esto de mentir estaba mal, ojalá no complique nada.

—Joe es el único que no se ha tomado muestras de sangre, no lo sabemos. —dijo la señora Jonas.

—Entonces supongo que todos se someterán a prueba

—Lo que sea necesario doctora. —respondió su padre.

Dada las circunstancias di algunas estrictas órdenes para poder hacer el análisis de sangre para que si alguno lo era, de inmediato proceder.

Regresé a la sala de terapia intensiva a tomar datos nuevamente sobre Joe y estaba empeorando ahora. Su ritmo cardíaco disminuía a ratos y en pocos segundos era rápido.

El miedo y el nerviosismo me estaban poniendo peor.

Necesitaba esa transfusión sanguínea.

Lo observé con delicadeza seguía completamente inconsciente pero movía una mano, era una reacción, lo suficiente para darme cuenta que el dolor de su herida era insoportable. No había casi morfina.

Casi al momento de poner más morfina a su cuerpo volvió a estabilizarse.

Podrá parecer ilógico pero el dolor de una herida puede alterar el ritmo cardiaco de una persona.

Ritmo cardiaco, herida, dolor, morfina.

Esas palabras eran exactas.

Mi ritmo cardiaco se aceleraba con solo verlos a ellos 3 aunque fuera por TV o una fotografía, un live chat, su existencia. Me hacían sentir viva.

Me sentía herida cuando medio mundo se burlaba de mi por pertenecer a una “fan base” el ser Jonatica; lo peor es que me recordaban a cada segundo que no tenía ni una mínima posibilidad con alguno de ellos. Esperaba a que mis padres durmieran o cuando me duchaba a llorar cada día por esa triste realidad.

Morfina. Ellos eran los causantes de que una herida doliera pero eran ese remedio con solo escuchar “Jonas Brothers” o el nombre de cada uno de ellos, el anuncio de una gira, un nuevo álbum, una fotografía juntos. Ellos iluminaban mi mundo.

Dolor. Dolor fue saber que Kevin se casó pero verlo ahora feliz era una garantía de que no se había equivocado pero; dolía ver como Nick y Joe se equivocaban una y otra vez con chicas que no eran merecedores de ellos pero jamás le harían caso a una fan y nunca lo hicieron. Dolía no tener una mínima posibilidad con ellos, el saber que en un futuro se casarían, formarían una familia y siempre dirás “esa debí ser yo”. Dolor que todo sea un recuerdo de sentimientos y darte cuenta que eso se esfumó y deseas sentir ese calor en tu corazón.

Tapé mi boca con una mano para no dejar escapar un sollozo. Quería reprimir mi llanto pero no era posible. Sin querer una lágrima resbalaba por mi mejilla, la limpié de inmediato.

Esto no lo volvería a hacer jamás, pero tenía que cumplir un sueño que ya no quería, pero solo deseaba agregarlo a mi lista.

Me acerqué hasta donde estaba Joe y tomé su mano.

— ¿Sabes? hubiera dado lo que fuera hace algunos años por un momento como este, quizá lloraría de emoción o no podría respirar, querría gritar o quizá haberte robado un beso. Ahora ¿de qué me sirve haber deseado y esperado tanto si el tiempo pasó y ahora no produce ningún efecto en mí? —dije aunque no me escuchara.

No quería que lo escuchara, no tendría caso. Sólo quería desahogarme.

—Gracias Joe Jonas. Por aceptar la propuesta de tu hermano Nick y junto con Kevin formar una banda que cambió mi vida. Gracias por ser tan loco, así te adoraba. Tu personalidad era o es única. Tu voz juraba conocerla aunque ni siquiera hubiera tenido la probabilidad de escucharte decirme algo bonito como lo había soñado. Gracias porque sin siquiera haberlo intentado te robaste mi corazón, hacías feliz a una chica que ni siquiera sabías que existía en este mundo. No solo yo, apuesto muchas más pero particularmente en su tiempo fui la chica más feliz del mundo con tu existencia. —Me nació darle un beso en la mejilla y me metí al baño de la habitación a llorar un rato. Lo necesitaba.

Extrañaba ese sentimiento, extrañaba la manera en cómo se sentía. Increíble que en vez de sonreír porque después de años sin saber de ellos están bien de alguna forma, me pongo a llorar porque desearía no haberlos visto, no haber sido yo la de la mala suerte.

¿Por qué la vida era tan injusta? Antes planeaba siquiera un encuentro con ellos, un pase a un concierto; pero nunca lo lograba, nunca tuve suerte. ¡Ya para que maldita sea!

Eran las 3:21 de la madrugada, Joe no ha presentado cambios pero yo moría de sueño. Tengo quizá 48 horas sin dormir, el sueño me estaba venciendo. Antes de buscar donde acomodarme y tomar una siesta de 5 minutos; decidí dar un rápido rondín por el piso, apuesto a que muchos de los pacientes estaban solos.

Pase por 7 habitaciones que quedaban cerca de ahí, y al menos a 3 pacientes les faltaba su medicamento pero nada que no se pueda remediar fácilmente, sin olvidar poner notas importantes sobre.

¿Hora? 3:50 am. ¡Por Dios! ¿qué tanto me quedaba para dormir?

Regresé a la habitación de Joe y seguía igual, bromee un poco porque me acomode en el sofá y una manta y antes de caer dormida di un buenas noches Joe!, dejando los modales de "Dra. Parker" y por un segundo recordando la chica adolescente que era.

—¡Brooke!, Brooke! —escuche en susurro mi nombre e inmediatamente vi a esa persona que llamaba por mi; me incorpore y talle mis ojos.

—¿Qué pasa Steve? ¿qué hora es? —dije un adormilada

—Son las 5:47 de la tarde —dijo después de haber observado el reloj que llevaba en su mano izquierda

—¡Ah Ok!,..espera ¿¡Qué!? —me exalté-

No pude haber dormido tanto, era…imposible.

Mis dudas se aclararon al ver a Steve soltar una leve carcajada.

—Debiste ver tu cara son las 5:47 a.m, y no hagas ruido tu paciente está dormido— Sabía que lo dijo sarcásticamente. Puesto que Joe no puede despertar.

—Me asustaste bastante—salimos de la habitación para entablar una conversación.

—Gracias por levantarme, ahora dime ¿que paso? —Caminamos hacia la recepción que había en ese piso

—Me entere que te quedaste muy sacrificada en el cuarto de tu paciente —dijo Steve sonriéndome.

— ¡Steve! —le reclamé, no tenía porque decirme esas cosas

—Está bien Brooke ya no diré nada más pero lo que sí es que, necesito de tu ayuda con mi paciente algo anda mal en la parte de su pecho algo no está bien. Pulmonía ya está descartado debido a que no presenta síntomas, un paro cardiaco podría ser, pero; no se necesito, que tú misma veas —lo miré sin entender su propuesta.

—Steve, ¿por qué me lo preguntas a mí?, están los médicos de titulares o los mismos otros subordinados no creo que sea algo complicado solo...—no me dejo terminar me miraba suplicante

—Brooke no sé si sepas pero, ahorita hay una junta, otros están ocupados y tu.... pues estabas muy lindamente dormida.

— ¿Qué hay de Monique? —le di una mirada de complicidad él sabía a lo que me refería

—Está en pediatría, no me puede ayudar. —se salvó. Siempre tenía una excusa perfecta.

—Está bien lo hare pero; necesito primero hacer el chequeo de rutina de mi paciente y

—Brooke...esto es más urgente, me está preocupando, yo me hago cargo de lo que sea necesario de tú paciente mientras revisas el caso del mío. Ve directo al piso 2 habitación 121 ahí está el expediente y…—fruncí el ceño.

—¡Steve!, Mi paciente es importante también.

—Diría yo, muy importante —carcajeó nuevamente Steve.

—Muy gracioso Steve. Iré de inmediato a checar tu asunto y… no necesitas decirme lo que tengo que hacer ¿eh? —caminé hacia el elevador.

—Disculpe “Doctora Parker” que lo sabe todo. Como ya hizo una cirugía importante —¿acaso estaba burlándose de mí?.

De verdad mi amigo no tenía remedio. Era como hablar con un hermano

— ¡Bien! procurare darte mi diagnóstico más acertado. Honestamente no confíes mucho en mi. Y… ya sabes la habitación de mi paciente. Cuidadito y le pase algo a él. —le advertí a mi amigo.

—¡Si,si,si! Brooke yo me hago cargo de tu esposo. No le pasará nada.

Si las miradas mataran ya lo hubiera hecho. Steve no deja de bromear con eso y hasta cierto punto es…molesto. No del todo, hasta me parecía divertido pero, no quiero caer en juegos.

—Hablo muy enserio Steve, tienes una gran responsabilidad al hacerte cargo de él —le advertí.

—Si ¡como no! tanto quieres que cuide de tu paciente, o mejor ¿quieres que llame a una enfermera a que lo haga? A puesto eso le va a gustar a él—no le respondí puesto que ya había presionado el botón al piso número 2.

Sabía que eso lo había dicho para que me pusiera “celosa” pero no lo logro.

Al entrar tome la tabla de su expediente médico que estaba al lado derecho y me acerque era una mujer. Pude leer que tenía 38 años, problemas con el corazón, algunas alergias y demás. Me acerque hasta ella, empecé a revisar sus ojos y después puse el estetoscopio para escuchar su corazón, asimismo monitoreaba según lo que aparecía en la pantalla, se veía que le costaba respirar y el ritmo de su corazón tampoco estaba bien. Pedí autorización para unas radiografías, exámenes y cardiogramas que le eran requeridos. ¿Steve no pudo hacer eso?

Regresé al piso que me correspondía, puesto que aún tenía otros 3 pacientes que atender además de Joe.

—Dra. Parker, ¡Buenos Días! —me saludó la señora Jonas y enseguida todos se acercaron a mi

— ¡Buenos Días a todos! —Amablemente regrese el saludo con una sonrisa sin mostrar mis dientes

—¿Cómo amaneció mi hijo?— Y ahora, ¿qué les diría?, ¿no lo eh visto por ocuparme de otro asunto?. Eso no es lo correcto. Mejor diría lo que había visto hace unas horas.

—Bueno no eh hecho aún una revisión adecuada pero, a como lo vi parece ser que está mejor. Y ¿quiénes son los donantes de sangre? —y en ese momento se acercó; Sr. Paul, Sra.Denisse, Kevin y Danielle.

Enseguida los guié con una enfermera que les haría la prueba de compatibilidad con la de Joseph. Yo rápidamente fui a la habitación de Joe para tomar la muestra de su sangre.

—Steve, ya vi a tu paciente. Si es algo raro mande a que le hicieran algunos estudios ¿cómo ha estado Joe? —dije algo preocupada pero me apuré a tomar su muestra de sangre.

—Pues solo tome registro de cambios o algo; esta normal y estable solo que según yo creo que ya es necesaria esa transfusión de sangre. Brooke no te preocupes tanto por él, sabes que se pondrá bien. —Sonrió mi amigo sin mostrar sus dientes.

—No te confíes, me ha dado sustos. Haré lo que sea necesario por él. —revisé nuevamente que por lo menos tuviera suficiente morfina para que no sufriera otro cambio brusco y salí de la habitación.

— ¿Lo quieres mucho verdad Brooke? —Le di la orden a una enfermera que hicieran la prueba con los nombres de las personas que donarían la sangre para Joe.

—Steve ya es suficiente, entiéndelo por favor. Estoy haciendo lo que haría por cualquier paciente. —comencé a caminar molesta.

¿Por qué insistía con lo mismo? Bastante tengo conmigo, sólo quiero que Joe se recupere y que no esté aquí. No quiero saber nada más de él.

—Brooke sé qué harías lo que sea por cualquier paciente. Pero esa forma de mirarlo…, lo cuidas demasiado Brooke. —Steve me tomó del brazo para que no me fuera.

—Eso ¿a ti qué Steve? Deja de inventar una historia donde no la hay. Joe Jonas mi amor platónico es cosa del pasado. Ahora es un paciente más. —dije molesta y me retiré.

Pasé a revisar a mis otros pacientes, atender a sus familiares. Pases de visitas, consultas entre otras cosas mientras estaban listos los resultados.

“¿Lo quieres mucho verdad Brooke?” Escuchaba esa estúpida pregunta una y otra vez en mi cabeza. “Sólo no soporto verlo tendido en esa cama. Quiero ver esos ojos marrones, esa resplandeciente sonrisa al darse cuenta de que su familia está aquí, y que lo aman”

— ¿Dra. Parker? —di un salto al escuchar llamar a una enfermera.

—Perdón, Annie. ¿Qué pasa? —dije confundida ya que me había perdido en mis pensamientos.

—Que si quiere que traigamos otros medicamentos o con lo que tiene es suficiente.

La enfermera me miró como si fuera una completa desconocida, seguro parecía una especie de “zombie” o quizá parecía que estaba “ida”.

—No, ya con eso es suficiente, gracias. —me retiré de la habitación

Era hora de saber si estaba listos los resultados, necesitaba esto cuanto antes.

No sin antes ver a Nick solo en esa sala y su mirada en el suelo. ¿Se sentirá mal pero no quiere decir nada?

—Nick disculpa, ¿pasa algo? —tome asiento al lado de él.

Me devolvió una sonrisa forzada.

—Yo podría ser compatible con la sangre de mi hermano, y no puedo. Quiero ayudar, me siento como un completo inútil, no reniego de mi vida pero a veces muchas cosas no las puedo hacer, por ejemplo ahora. —Comprendí a la perfección como se sentía.

Esa sensación de impotencia de no poder hacer algo por un familiar, por alguien que amas y significa mucho para ti.

Me sentía tan mal por él, se veía realmente triste.

Pase mi brazo por detrás de su espalda formando un medio abrazo. ¿Por qué lo hago? Solo me deje llevar por el momento.

Su cuerpo se puso rígido e inmediatamente me paré completamente apenada.

—Perdón, yo solo... —Ahora ¿que podía decir?

No tenía palabras y menos con la forma en que me veía Nick. Sé que estuvo mal porque ni siquiera somos amigos, yo sobre pase la línea de la poca confianza que había y lo entiendo fue un error.

— Con permiso —Me retire más que apenada.

Quizá él lo tomo mal y no era mi intensión incomodarlo.

—Dra. Parker discúlpame, ese abrazo me tomo por sorpresa; perdón, debo decir Brooke, gracias —En ese momento me dio un abrazo del cual no sabía cómo reaccionar y no tarde mucho en rodear su espalda con mis brazos.

De alguna manera me hizo sonreír. Hacía mucho que no recibía un abrazo. Bueno, el de Steve pero me refiero a un abrazo cálido.

— No hay de que Nicholas, a veces las personas necesitan un abrazo y recuerda que jamás debes sentirte así y tú más que nadie lo sabe. Tu eres un gran ejemplo para muchos, tienes un gran corazón Nick y cada cosa que haces le pones corazón, es lo que lo hace especial.

Pocos segundos después me dí cuenta en lo que le había dicho. No estaba hablando la Dra. Parker. Estaba hablando Brooke la adolescente de 16 años.

— Creo que conoces mucho sobre nosotros, ¿por qué lo niegas? —Sonrió ampliamente Nick.

Yo, quería que me tragara la tierra. Debía negarlo siempre que fuera necesario.

—Claro que no; ya lo eh dicho, tengo una sobrina que habla mucho eso es todo —Dije un poco nerviosa pero creíble o, al menos eso creo.

—Está bien Brooke, de cualquier forma gracias. Ya no te quito el tiempo hay personas que necesitan de tu ayuda.

—No estoy perdiendo el tiempo, estoy ayudando a una persona ¿no es así? — los 2 reímos un poco.

Increíble que pudiera entablar una conversación como si lo conociera de hace años. Quizá sí lo era, pero no lo conocía exactamente a la perfección. No con la confianza como para darle un abrazo como lo hice, no reírnos como lo hicimos.

Sonrío porque de alguna forma me hizo feliz.

Me encontraba en una charla con el Dr. Williams quien me felicitaba por mi trabajo a pesar de mis escasas horas de sueño y horas extra que estaba cubriendo pero; ese no era el tema de la plática sino, enfermedades y demás la cual no duró mucho ya que una de las enfermeras me llamo para darme los resultados sobre las muestras de sangre. Cuando estuvieron en mis manos cheque uno a uno y tenía que dar cierto informe a la familia Jonas, pero sin antes consultarlo con mi "titular" ,el Dr. Stanfort hasta su consultorio.

—Dr. Stanfort ¿lo molesto? —Pregunte con cierta forma apenada

— Claro que no Dra. Parker ¿qué se le ofrece? —dejó a un lado sus papeles y me puso atención.

Honestamente ese doctor era algo serio. Daba miedo su forma de hablar, sus gestos; absolutamente todo. Era escalofriante una vez que te alzara la voz.

—Lo que pasa es que tengo una duda —Dije poniendo sobre el escritorio los resultados

—¿Hay probabilidad que de 4 personas que son familiares no haya compatibilidad con otro familiar?, me refiero que no sean compatibles al tipo de sangre — le explicaba algo dudosa, mientras él revisaba los exámenes médicos.

De alguna forma no sé porque su ceño fruncido y su boca torcida me daban escalofríos, presentía que me regañaría.

—Si, hay casos así y ya veo, después de todo es una sangre no muy fácil de encontrar, solo muy pocos la tienen. Algún paciente lo requiere ¿cierto? —Se quitó las gafas y me miró atentamente

—Así es Dr. Stanfort, pero no sería más…factible que los resultados fueran ¿equivocados?, que quizá quien los analizo ¿se haya equivocado? — En ese momento el Dr. Stanfort hizo una mirada no muy agradable, era de molestia. Estaba en problemas.

—Dra. Parker ¿cómo puede pensar tal cosa? Eso es lo que menos nos permitimos y si puede haber errores, pero precisamente quienes se encuentran en ese cargo tienen años de experiencia, y por lo mismo no tenemos tampoco casos de negligencia así que Dra. Parker la del error es ¡usted! le agradecería que retomara su trabajo y haga bien las cosas, más le vale que revise bien esos análisis no por quien entrego los resultados, sino por lo que dicen los mismos.

Tras esa llamada de atención y abandonar ese consultorio seguía revisando cada uno de los resultados y me di cuenta del error que había cometido. No había leído bien los resultados. Ahora entiendo lo que me decía el Dr. Stanfort.

—Señores, ya tengo los resultados y solo dos salieron compatibles con la sangre del joven Jonas, Señoras. Denise y Danielle Jonas ¿podrían acompañarme?

Comencé a caminar y esperé a que pasen delante de mí ellas dos. Les indique por cual puerta entrar pero antes de que lo hiciera Danielle la detuve un momento en lo que la señora Denise esperaba dentro.

—Danielle Jonas ¿verdad? —era absurdo preguntarlo cuando sabía la respuesta pero tenía que tener una forma de iniciar una charla con ella.

—Sí. ¿Pasa algo? —me miró confundida.

—Yo sólo quiero decir que no eres compatible con la sangre del joven Jonas pero, si te traje hasta aquí es porque descubrimos algo. —pude ver en su mirada que estaba asustada.

— ¿Tengo algo? ¿Le pasa algo a Kevin? —dijo alterada.

— ¡No! ¡No! No sé cómo decirlo, quizá no sea un buen momento pero es bueno que lo sepas o quizá ya lo sabe. Tiene 6 semanas de embarazo ¿lo sabía o no? —se llevó ambas manos a la boca.

En sus ojos comenzaban a acumularse lágrimas y negó.

— ¿De verdad? ¿No es algo equivocado? ¿Es 100% seguro?—dijo en cierto tono de alegría

—Si lo es —sonreí al dar la respuesta.

Ella emocionada me dio un abrazo que no me esperaba, pero a la vez me hizo reir.

Kevin no se equivocó, era su chica ideal, siempre los envidié. Recuerdo que decía “Así me veré con Joe algún día”.

Me pregunto ¿será su tercer embarazo? ¿Quién diría que yo iba en un futuro a darle una notica a la esposa de uno de los que fueron mis ídolos?

— ¡Gracias! ¡Gracias! —dijo aún emocionada.

—De nada —sonreí nuevamente y entré en donde se encontraba la señora Jonas.

—Sra. Jonas, sé que el estado en el que está toda su familia es de preocupación y tensión. Usted es la única que le puede donar la sangre a su hijo. Pedí que vinieran en ayunas pero usted tiene cerca de 3 días sin comer, no sé cómo le ha hecho pero no es lo mejor, no hay suficientes glóbulos en su sangre, así como esta en indicios de una anemia y créame que no es muy bueno. Si la llame y estoy hablando a solas con usted es para no dar más preocupaciones a su familia. —Hablé seriamente.

Me preocupaba que estuviera así. Jamás imaginé que una familia tan unida y fuerte ahora se estuviera derrumbando.

Me dolía tanto verla a ella así. Joseph adora a su madre y no le gustaría verla así; tenía sus ojos cristalinos. En sus ojos se reflejaban el dolor que le causaron mis palabras.

—Eso es lo que menos me importa ¿Qué es lo que está esperando? porque no toma mi sangre? —Había cambiado su status, estaba molesta y era normal lo entendía; pero no había captado el mensaje que le quise dar a entender.

— Señora Jonas. Debido a eso, me es imposible hacer la transfusión de sangre, y si ustedes me lo permiten buscare a alguien que compatible, además de que creo que debería ir a casa, comer y descansar un poco —Me dio una mirada profunda, enseguida se levantó de la silla

—¡Para usted es fácil decirlo! no sabe lo desesperante que es estar con una angustia, de no saber nada de tu hijo, que ¡no lo puedes ver! Lo único que sabes es que está "estable” pero, eso ¿qué significa? ¡No ha despertado! ¿Qué pretende que piense? Usted, no sabe lo que es estar de este lado y vivir con sufrimiento y angustia. Espero que a usted nunca pase algo así con su familia y le nieguen verlo. Y ¿sabe qué? Haga lo que quiera pero consúltelo con mi esposo, y si algo sale mal con mi hijo la responsabilizare de todo! —Salió furiosa del lugar.

Yo me quede ahí como si hubiese entrado en un estado de Hipnosis; ni siquiera me había dado cuenta de que estaba llorando. Un sentimiento enorme inundo mi corazón y sentía que me faltaba el aire, impotencia, tristeza. ¿Por qué?

Flash back llegaban como si estuviera viviendo el momento.

—Por favor necesito ver a mi padre y a mi madre— dije desesperada y en llanto.

—Eso no es posible, lo lamento. Pero se encuentran estables, no hay de qué preocuparse

— ¡Entonces déjeme pasar!

— ¡Seguridad! ¡Sáquela de aquí! —gritó el médico.

— ¡No! ¡No! —grité histéricamente.

Cerré los ojos, sólo me atormentaba con esa herida aún abierta. Me había llegado muy profundo lo que me había dicho la Sra.Denisse,

Salí tal cual niña chiquita llorando por los pasillos. Unos cuantos me miraba raro por mi actitud quizá pero no lo soportaba.

Baje hasta el piso 1 rápidamente fui a un pasillo donde casi no había nadie, podría decir que estaba solo.

Me dejé caer en un rincón llorando de la misma forma en que supe todo.

No es que haya sido culpa de la Sra.Denisse ha sido mi vida la que me ha jugado mal.

— ¡Brooke! pero ¿qué paso? —yo seguía ahí en ese rincón con mi rostro sobre mis manos era una voz femenil, no lograba reconocer quien, no quería ver a nadie.

—Nada. — fue lo único que dije.

Clásico de nosotras cuando a leguas se ve que las personas no lloran por nada.

— Vamos Brooke, si no quieres decirme no lo hagas pero no te ves bien—limpie mi rostro lleno de lágrimas, alcé la mirada a aquella voz.

—Perdón Monique es que, me acaban de decir algo que no es muy agradable y...bueno...yo no sé qué hacer simplemente me llegó el sentimiento, me recordaron…—quedé inconclusa y mi amiga suspiró.

Sé que le daba pena verme así, ella sabía lo que pasé por años y aún no estaba superado.

—Brooke, créeme que te vas a topar con miles de personas que te dirán muchas cosas y entiéndeles no es fácil estar aquí y ver a alguien enfermo o en mal estado. Ahora respira profundo, ve al baño, lávate ese rostro y regresa apuesto a que tienes mucho por hacer —Monique siempre sabía que decir. Era lo que la hacía tan especial y mi mejor amiga. La adoraba.

Me dio un abrazo no pude evitar llenarme de sentimiento y llorar un poco más pero tenía razón mi amiga. No podía quedarme a llorar.

Ya no soy una niña, tengo 24 años y debo dejar esta actitud atrás. No más.

Regresé al piso que me correspondía. Atendí un asunto pendiente, el cual no me demoró ni 15 minutos y llegué hasta donde estaba la familia Jonas.

—Familia Jonas antes de proseguir, solo quiero que me digan; si no están conformes con mi trabajo quizá les pueda asignar un medico con más experiencia. —Pude observar varios rostros sorprendidos.

Excepción de la señora Denise Jonas, que no me dirigía la mirada.

—Dra. Parker creo que usted está haciendo muy bien su trabajo ¿cómo sigue nuestro hijo?—me respondió el Sr.Jonas.

—Ya se encuentra un poco mejor eso se los puedo asegurar pero creo que aún sigue débil y es necesario hacer una trasfusión lo más pronto posible. Por ciertos estrictos motivos no pudimos hacerlo de parte de la Sra.Jonas —No sabía si ella ya había hecho mención de lo que le dije anteriormente pero para no preocupar de cualquier forma volvería a repetirlo.

— ¿Entonces? —preguntó Kevin.

—Por lo tanto en el banco de sangre hemos encontrado alguien que dono su sangre y es compatible, no sé si ustedes desean…—no pude concluir el Sr.Jonas habló demasiado rápido

—Dra. Solo, hágalo por favor —respondió en un tono de desesperación.

¿Para qué esperar más tiempo?

Me apresuré e hice lo necesario para suministrar la sangre. Esperé unos minutos para ver su reacción, que no rechazará ésta y, afortunadamente todo estaba funcionando de maravilla, al fin creo que pronto despertará.

Salí muy feliz darle la noticia a la familia Jonas quienes soltaron un respiro de alivio y al parecer la tensión había desaparecido por unos instantes.

—Joven ¿se encuentra usted bien? — pregunte un tanto preocupada dirigiendo mi mirada hacia Kevin.

Danielle, su esposa parecía no agradarle la pregunta puesto que miró preocupada a Kevin.

—Si...no es nada — ¡mentiras de Kevin! a simple vista no lo estaba.

— ¿Quisiera acompañarme unos instantes? —Pregunte insistente se estaba poniendo amarillento.

No le quedó otra alternativa como lo supuse solo dijo unas cuantas cosas a su esposa y familia. Pronto siguió mi camino.

— ¿Cómo lo sabe? —pregunto Kevin

—Supongo que porque soy médico —trate de ser un poco bromista, lo lleve hasta un consultorio.

—No tengo nada se lo aseguro. Pero usted si, y no necesito ser médico para saberlo —me respondió seriamente.

Por más que llorara aunque fuera un poco se me notaba en las mejillas y la nariz. Siempre me quedaba con marcas rojizas en esas zonas a causa de mi llanto y, seguramente era lo que todos notaban.

—Es solo una simple baja de defensas eso es todo —respondí para él mientras le daba unas vitaminas

—Si no es mucho el atrevimiento, ¿pasó algo con mi mama?

Me miró curioso. Esa pregunta me tomó por sorpresa ¿Y si ahora me odiaban por qué su madre había llorado?

— ¿Qué debía haber pasado con su madre?

— No lo sé. Vi a mi mamá llorando y nos preocupó; estaba algo molesta así que yo baje a la cafetería para llevarle un té. Ahí fue cuando la vi a usted de la misma forma llorando.

—Joven Jonas no fue nada. Una coincidencia. —le afirmé para no preocuparlo.

Kevin ladeó su boca formando una sonrisa. ¿Ahora qué tramaba?

— ¿Qué te parece si dejamos los formalismos?, es algo extraño hablar con una persona tan joven como...—dudo unos segundos yo solo sonreí dándole confianza —tú. Dime Kevin

—Está bien Kevin. La verdad no fue nada, como te dije coincidencia me entere de algo poco tiempo después y; si tu mama estaba llorando lo lamento pero quizá es la misma presión de todo esto y lo de su hijo.

Yo necesitaba regresar al cuarto de terapia intensiva para ver Joe. Estaba nerviosa y ansiosa. Ojalá que nada me haya salido mal.

— ¡Brooke! que bueno que te encuentro. Ya están los análisis de mi paciente y sigo en incógnita no encuentro la razón. Hay algo mal ahí, por favor ayúdame —dijo insistente Steve

—Pero yo no puedo. Necesito checar que tan bien está respondiendo ya mi paciente porque no despierta y ya está algo raro

— ¿Ya hicieron la transfusión?

— Si Steve ahora solo hace falta que despierte.

— Entonces dile a una enfermera o algún otro doctor. De verdad te necesito

— Steve, actúas como si no supieras que hacer —dije un poco molesta, así que le pedí a la enfermera de recepción que mandara a alguien que diera revisión a mi paciente.

Fuimos rápidamente a la habitación de su paciente y empezamos a checar los análisis que le había mandado a hacer.

—Su corazón está sufriendo severas crisis por lo que los cardiogramas indican. — Me explicaba Steve

— Steve checa esto, algo no está bien la arteria coronaria está mal. El corazón no bombea suficiente sangre, y eso solo nos indica una cosa. Algo lo está deteniendo así que podrían ser coágulos.

—Tienes razón además de que no tiene....—Steve y yo seguíamos dando nuestros puntos de vista mientras revisábamos a la paciente hasta que llegamos a una conclusión

—Steve es urgente que le hagan una cirugía y retirar los coágulos que se le están haciendo puede morir

—¡Enseguida! —pidió inmediatamente que le preparan quirófano.

— ¡Steve felicidades! conseguiste algo interesante —soltó una leve carcajada mi amigo.

En lo que le preparaban a su paciente me acompañó hasta la habitación de Joe.

Le daba algunos consejos a mi amigo, era la primera cirugía de un muy alto nivel de dificultad y sabía lo que se sentía estar en su lugar.

—¡Al fin estas aquí Parker!. Tu paciente es un necio, terco y grosero yo me retiro. Está muy repuestito —Frederick se retiró molesto.

Era un enfermero de sexo dudoso que a muchos les incomodaba pero no le faltaba al respeto a nadie era muy bueno de hecho.

— ¡Gracias Frederick! —dije un poco alto ya que se había alejado.

A pesar de todo me hizo reír era muy cómico, sólo de imaginarme que pudo hacer pasado. Eso sólo indicaba que Joe estaba bien.

—Aun me quedan 5 minutos, ¿quieres que te acompañe? —Tomó mi mano Steve.

Era cierto estaba nerviosa, más nerviosa que cuando tuve que hacer la cirugía, de saber que era él. Sacudí mi cabeza diciéndole que sí y antes de abrir el picaporte respire profundo.

Como era de suponerse Joe ya estaba despierto. Miraba hacia la ventana.

En cuanto escucho el ruido de la puerta quito su vista de la ventana y la poso sobre mí al parecer ¿le daba gusto verme?

—Vaya hasta que me toca algo decente después de ese Dr. Una disculpa Dra. linda, creo debería decir —me sonrió un poco, no se me olvida que este tipo era algo coqueto.

Como era obvio mis mejilla comenzaron a arder no sabía que hacer. Miré a Steve y éste contenía la risa. Le parecía muy divertido lo que estaba sucediendo cosa que yo no.

Moví mis labios y dije rápidamente “ayúdame” sin hablar, únicamente para mi amigo Steve.

Pero no hacía nada. Se estaba volviendo todo muy incómodo.

—Por favor no me llame así, una disculpa si no me eh presentado soy la Dra. Brooke Parker. Ahora ¿puedo hacerle unas preguntas? —me acerque un poco mientras tomaba el expediente médico.

Miré nuevamente a Steve para que me ayudara. No sé, que dijera algo. No quería estar sola, estaba temblando de nervios. Me costaba un poco hablar. ¡No puedo!

— ¿Segura que es Doctora y no una reportera de espectáculos vestida en traje de medico? —dijo con una mirada traviesa y alzando una ceja. No pude evitar sonreír por sus ocurrencias. No ha cambiado en nada.

—Parker. No sabes como lamento no poder ayudare pero el quirófano me espera. —mi amigo Steve se estaba burlando de mí.

Lo noto por su tono sarcástico y esa forma de sonreír. Definitivamente tenemos una plática pendiente.

—No Joven Jonas, no soy reportera. Ahora ¿podría darme su nombre completo?...—Le comencé a preguntar algunos datos personales asegurarme de que no había sufrido otros cambios o daños.

No faltaban sus comentarios donde no correspondían pero a la vez muy graciosos. No quería reír pero lo había logrado.

¿Cómo me sentía ahora? Con trabajos podía verlo, era como si le debiera algo cuando no le debo absolutamente nada. Además, me sentía incómoda y por momentos olvidaba lo que sentía y soltaba carcajadas cuando él lograba hacerlo.

Seguía diciéndome “Dra. Linda” y me hacía sentir extraña, desesperada, incómoda y triste. Sin lugar a dudas el tiempo borró mis anhelos; tampoco era el encuentro que esperaba, nada es lo que esperaba.

— ¿Por qué mejor no me dice por mi nombre? —de nuevo volví a reír, recordaba a sus hermanos diciéndome lo mismo.

—No cabe duda que los hermanos Jonas son iguales —Por su sonrisa estaba claro que entendió lo que quise decirle.

Recuerdo como amaba esa sonrisa y me encanta aún. Nunca vi sonrisa tan hermosa como la de él. No porque lo hacía ver más guapo, atractivo o apuesto; si no porque, su rostro radiaba de felicidad porque lo demostraba.

— ¿Cuánto tiempo eh estado aquí? Ha convivido con ellos mucho tiempo, no son de los que con un par de días se toman la confianza de pedir lo mismo que yo. —Sonreí sin mostrar mis dientes agachando la mirada.

¿Por qué diablos sonrió? No es gracioso. Ni siquiera mencionó algo con lo que pudiera reírme. Es cierto que de alguna forma me da gusto verlo pero no pudo permitirme el “lujo” de hablar tan explícitamente con él.

Debo de tener algo de respeto a él y hacia mí. No es mi amigo, no es un conocido, ya no es mi ídolo; solo un paciente más.

—Después podremos hablar de ello pero tengo que explicarle algunas cosas. Tiene una herida en su pecho y siendo sincera ahora debería hacer curación, pero ¿sabe? afuera esta su familia esperando muy ansiosa por verlo. Entonces posponemos para dentro de un rato más la curación ¿está bien?

—Me parece perfecto —Inmediatamente pedí su traslado a un cuarto normal.

Cuando di la noticia a la familia Jonas; ya no se sentía esa tensión en el ambiente, al contrario todo parecía volver a la normalidad. Estaban felices.

Por esta vez les di la oportunidad de entrar todos. No es lo correcto pero, un momento con tú familia reunida, llena de felicidad.

No sólo lo necesitaba Joe, sino toda su familia.

Me quedé observando ese momento por el gran ventanal que había. Una lágrima rodó por mi mejilla.

Era de coraje, envidia, celos, alegría, satisfacción, todo al mismo tiempo.

—Brooke ¿por qué lloras ahora linda? —mi amiga Monique pasó su mano por mi espalda.

—Obsérvalos y dime ¿qué vez en ellos? —Monique observó unos instantes y sonrió ampliamente.

—Que ¿tú mundo está frente a ti? —Fruncí el ceño. ¿Qué quería decir con eso?

— ¿Mi mundo? — pregunté confundida

—Siempre amaste esa familia de la misma forma en que amabas a tus padres. ¿Quién diría que años después al fin harías tu sueño realidad? —Sólo negué con la cabeza y comencé a caminar.

...

Descargar como  txt (56 Kb)  
Leer 37 páginas más »