Matematicas
arpa8020 de Febrero de 2013
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Entre los Intermediarios no bancarios se pueden distinguir, en primer lugar, aquellos cuyos pasivos, aun no siendo dinero, tienen un valor monetario fijo y pueden ser convertidos en dinero con facilidad. En algunos países suelen incluirse en este subgrupo las instituciones de ahorro (cajas de ahorro, sociedades de préstamos a la construcción) que captan recursos a través de depósitos de ahorro a plazo y certificados de depósito, que al ser de giro lento le permiten conceder préstamos a medio y largo plazo y adquirir activos de renta fija a largo plazo.
También se incluyen los bancos de negocios que captan recursos a medio y largo plazo mediante depósitos a plazo o emisión de bancos o acciones y proporcionan financiación a medio y largo plazo a los interesados y por último las compañías de ventas a plazo que toman créditos a corto y medio plazo o reciben depósitos para financiar ventas a plazo, en especial bienes de consumo duradero.
En segundo lugar, encontramos las instituciones aseguradoras, incluyendo las compañías de seguro cuya función mediadora es subsidiaria de su actividad aseguradora de riesgos. Estas instituciones se caracterizan por acumular importantes reservas a partir de las primas de los aseguradores, que invierten en obligaciones, acciones, etc.
A diferencia de la anterior sus pasivos sólo pueden ser convertidos en dinero antes del momento previsto (siniestro, jubilación, muerte, etc.) con fuertes pérdidas y grandes restricciones. La entidad o institución aseguradora (empresa, sociedad anónima, mutua) puede ser definida como aquella dedicada a trabajar con las diversas manifestaciones técnicas y organizadas de las iniciativas socio –económicas de compensación de riesgo. Por tanto, puede afirmarse que el hecho de que exista un riesgo y la reparación de las consecuencias dañosas que su ocurrencia puede producir, es el elemento básico que da fundamento a la existencia de esta institución.
En la actualidad, el sistema bancario conserva dos características del sistema
utilizado antiguamente. En primer lugar, los pasivos monetarios del sistema
bancario exceden las reservas; esta característica permitió, en parte, el proceso de
industrialización occidental y sigue siendo un aspecto muy importante del actual
crecimiento económico. Sin embargo, la excesiva creación de dinero puede acarrear
un crecimiento de la inflación. En segundo lugar, los pasivos de los bancos
(depósitos y dinero prestado) son más líquidos, —es decir, se pueden convertir con
mayor facilidad que el oro en dinero en efectivo— que los activos (préstamos a
terceros e inversiones) que aparecen en su balance. Esta característica permite que
los consumidores, los empresarios y los gobiernos financien actividades que, de lo
contrario, serían canceladas o diferidas; sin embargo, ello suele provocar crisis de
liquidez recurrentes.
El principal papel de un banco consiste en guardar fondos ajenos en forma de
depósitos, así como el de proporcionar cajas de seguridad, operaciones
denominadas de pasivo. Por la salvaguarda de estos fondos, los bancos cobran una
serie de comisiones, que también se aplican a los distintos servicios que los bancos
modernos ofrecen a sus clientes en un marco cada vez más competitivo: tarjetas
de crédito, posibilidad de descubierto, banco telefónico, entre otros. Sin embargo,
puesto que el banco puede disponer del ahorro del depositante, remunera a este
último mediante el pago de un interés.
En segundo lugar, los bancos ofrecen cuentas de ahorro, que
también son depósitos a la vista, es decir, que se puede disponer de ellos en
cualquier momento. La disponibilidad de este tipo de depósitos es menor que la de
las cuentas corrientes
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