Micorrizas

Micorrizas (Resumen)

Ingraham e Ingraham (1998), se refieren a las micorrizas como <<asociación intima entre algunos hongos y las raíces de las plantas. Trappe (1994)1 define a las micorrizas en términos funcionales y estructurales, como “órganos de absorción dobles que se forman cuando los hongos simbiontes viven dentro de los órganos de absorción sanos (raíz, rizomas, talos) de las plantas terrestres, acuáticas o epifitas”. En tal asociación la planta proporciona al hongo carbohidratos y un microhábitat para completar su ciclo de vida, mientras que el hongo le permite a la planta una mejor captación de agua y nutrimentos minerales de baja disponibilidad en el suelo (principalmente fosforo), así como defensas contra patógenos (bacterias perjudiciales, nematodos…). Realmente no se trata de una simple interacción planta-hongo, sino de una comunidad compleja formada por diferentes especies de hongos y la raíz de una planta. A su vez, el hongo forma una extensa red de micelio externo que interconecta las raíces de plantas de la misma especie, e incluso, de especies diferentes (Simard y Durall, 2004)1, por la cual se pueden transferir carbono entre ellas. Basándose en las características morfológicas de la infección, se distinguen cinco tipos de micorrizas: las formadoras de manto (ectomicorrizas), vesículo-arbusculares (endomicorrizas), arbutoides (ectendomicorriza), ericoides (endomicorriza), y orquidoides (endomicorriza). (Barea, 1990)2. En el caso de las ectomicorrizas, las hifas del hongo penetran entre las células de la raíz, pero nunca dentro de las células siendo este el punto de diferencia con las endomicorrizas. Las ectomicorrizas se presentan comúnmente en los sistemas agroforestales y por lo general son basidiomicetos o ascomicetos. Para el caso de la agronomía, las más importantes son las endomicorrizas, en este caso las arbusculares, las cuales se encuentran en más del 90% de las plantas del planeta. Las MA se forman entre los hongos de la clase Zigomycetes, orden Glomales y las raíces de plantas superiores.

Actualmente la asociación micorrízica está tomado un papel fundamental en las practicas agronómicas, puesto que representa una gran gama de beneficios tanto a plantas, como al suelo y en cierta forma a los demás microorganismos. Al usar hongos micorrizicos en un sistema agrícola, se eficientisa el aprovechamiento de los nutrientes del suelo, dejando a un lado la necesidad de usar fertilizantes industriales y hace poder optar por el uso de fertilizantes orgánicos y en menor cantidad. Además las especies vegetales que forman micorrizas se adecuan y establecen con mayor facilidad incluso bajo condiciones de estrés ambiental. La glomalina (una proteína) exudada por el micelio contribuye a darle estructura y estabilidad al, suelo, lo que reduce la erosión y mejora su capacidad de retención de agua. (Guadarrama et al., 2004)1. Además, como parte de la cadena trófica, las hifas de estos hongos son consumidas por la fauna y microfauna del suelo, como los nematodos, bacterias y microartropodos, y al mismo tiempo provee de protección a la raíz de la planta contra ataques de agentes patógenos como los mencionados anteriormente.

Bibliografía

• John L. Ingraham, Catherine A. Ingraham, (1998). Introducción a la Microbiología. Editorial Reverté, S. A.: Barcelona.

• 1Camargo-Ricalde, Sara Lucía; Noé Manuel Montaño; Claudia Janette De la Rosa-Mera y Susana Adriana Montaño Arias. "Micorrizas: una gran unión debajo del suelo”. Revista Digital Universitaria. 1 de julio de 2012, Vol. 13, No.7

• 2Salamanca Solís Carmen R., Silva Herrera M., Las micorrizas como alternativa para el manejo sostenible de los agroecosistemas tropicales. Noviembre de 1998, CORPIOCA, boletín técnico No. 12.

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