Nutricion Para El Intelecto
Jenyfer1325 de Junio de 2012
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Nutrición para el intelecto
Nuestro cerebro se mueve y funciona principalmente por carbohidratos (glucosa) y por oxigeno, sin embargo existen otros nutrientes que ayudan a nuestra mente a funcionar de una manera más efectiva y completa así como también existen alimentos y estilos de vida que lo perjudican. A continuación hablaremos de lo siguiente.
Existen muchos suplementos vitamínicos que aseguran mejorar nuestro rendimiento físico y mental. Sin embargo estos suplementos no son realmente necesarios debido a que con una alimentación completa que contenga carbohidratos, proteínas, grasas, vitaminas y minerales podemos obtener estas vitaminas.
La mejor opción de alimentación es comer primero las proteínas (pollo, pescado, carnes), porque los aminoácidos pasan a la sangre y se van directo al cerebro para estimularlo y luego se pueden ingerir los carbohidratos como el arroz, las pastas y el pan, que contienen altas cantidades de azúcar. Hay que tener en cuenta también la cantidad de comida porque si se consume demasiado la mayor parte de la sangre se concentrará en el tracto digestivo para ayudar a digerir y absorber los alimentos y la irrigación a otras partes, incluso al cerebro, será menor.
El cerebro puede enfermar por el consumo de alcohol, que le puede producirle daños irreversibles en los nervios periféricos y causar demencias, encefalopatías y neuropatías. También pueden afectarlo algunos antibióticos que cambian la flora intestinal, así como las dietas de hambre que llevan a anorexia y bulimia y a problemas de circulación y trastornos neurológicos.
Hay que mantener una alimentación rica en verduras, cereales y legumbres, que asegure todas las vitaminas, minerales y nutrientes necesarios para las neuronas.
Beber alcohol en exceso no sólo reduce las reservas de vitamina B, imprescindible para la mente, sino que es dañino porque la bebida tiende a sustituir la comida sana (reduciendo el aporte de sustancias nutritivas), dificulta la digestión y absorción de nutrientes (asfixiando al cerebro) y destruye millones de neuronas, cuando se produce la embriaguez.
Una estrategia segura para reducir la tensión arterial consiste en seguir una dieta en la que no más de una cuarta parte de las calorías consumidas provengan de las grasas. Cuando la tensión es elevada ocasiona cambios en el riego cerebral y parece afectar negativamente el rendimiento mental. Ayude a los neurotransmisores, unas sustancias que actúan como mensajeros químicos, saltando los espacios que existen entre las células cerebrales (neuronas) y sus prolongaciones (axones y dendritas), haciendo dietas equilibradas.
La glucosa o azúcar sanguíneo es el principal combustible del cerebro y las bajadas u oscilaciones en sus niveles perjudican la actividad y energía intelectual. Los azúcares simples (los de las galletas, dulces y postres), elevan la glucosa levantando el ánimo, pero después el ni-vel de azúcar cae en picado (hipo-glucemia) causando fatiga mental.
Cuando tenga que afrontar un esfuerzo extra, la cafeína (presente en el café, los refrescos, el cacao y el té) es una gran tentación, pero pasado su efecto euforizante y estimulante del intelecto, reaparece el cansancio acompañado de nerviosismo e irritabilidad. Además el café tiene un efecto diurético, que puede conducir a la apatía y la depresión. Para los esfuerzos intelectuales constantes mantenga una dieta en la que no falten carbohidratos complejos (de origen animal, como la carne y el pescado, o vegetal, como las verduras, cereales y legumbres y sus derivados: pan, pastas y harinas) que aportan energía constante, calman la mente y combaten la fatiga.
“Reparta las comidas y no se salte ninguna”, aconsejan los expertos. Repartir la alimentación cotidiana en, al menos, cuatro comidas (desayuno, almuerzo, me-rienda
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