Parto Vertical
Lucero19 de Mayo de 2012
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EL PARTO VERTICAL EN LA HISTORIA
La máxima exageración tuvo lugar entre la nobleza francesa, a quien se le debe el establecimiento de la obstetricia moderna: la mujer acostada en cama elevada. Cualquier otra posición fue inaccesible para las superalimentadas, súper vestidas, súper cuidadas, sedentarias y poco móviles damas de la corte real.
Sus asistentes, también elegantes, con casacas y camisas bordadas, llenas de volados, cuellos y puños, al sentir tantas dificultades para asistir el parto, aún en los sillones bajos de aquella época, descubrieron en la posición acostada, una manera más cómoda de realizar su tarea.
Guillemeau en 1612 comenzó a sugerir el parto en decúbito dorsal y fue Francois Mariceau en 1668, obstetra y cirujano francés, el elegante médico de la elegante nobleza parisina que, invitado a atenderlas, no vio mejor solución que permitirles seguir acostadas en lugar de sentarse en bancos, arrodillarse o acuclillarse como lo hacía la plebe ignorante y despreciada.
Fue así como el parto en decúbito dorsal se puso de moda proporcionando status. De Francia, amparado por los argumentos de Mariceau, conquistó las cortes europeas y luego se expandió por el mundo civilizado, en el que se viene sufriendo una sofisticación tal que transformó la obstetricia en la mayor fuente imaginaria de iatrogenia. Iatrogenia que alcanza a los propios médicos y obstétricas, víctimas también de la “complejización” del parto humano, que con sus mejores intenciones, ellos mismos vienen creando.
Se decidió, entonces, que los partos debían ser atendidos en ambiente hospitalario y acostadas. Las parturientas fueron consideradas enfermas y las enfermas debían estar en el hospital y acostadas.
Simultáneamente en Europa empezaron a ser cuestionadas las parteras y las sillas por ellas utilizadas siendo responsables de la mayor incidencia de infecciones puerperales, según estudios de Zemmelweis. Recordemos que en esa época no existían los conocimientos sobre microorganismos que hoy poseemos; esas sillas no eran desinfectadas y por ello eran potencialmente culpables de la gran incidencia de infecciones y mortalidad materna.
En esa misma época los hermanos Chamberlein empezaron a divulgar sus conocimientos sobre la utilización del fórceps en fetos vivos, lo cual requirió la posición acostada.
Recién a fines del siglo XIX, a partir de la realización segura de la cesárea que bajó drásticamente los índices de mortalidad materna en el parto, la obstetricia entró en una etapa técnica y comenzó a ser considerada como una hermana más de las especialidades médicas.
La figura 1 es un ejemplo de cuán fuertemente estamos influidos por nuestra concepción limitada y con prejuicios acerca del mundo. Es una estatua hecha en México hace 1500 años que ha sido presentada en el Louisiana Museum localizado cerca de Copenhague, Dinamarca. En fecha reciente, alguien ha puesto en duda la posición en la cual se tenía a esta mujer dando a luz. Obsérvese que si se coloca como indica la figura 2, las semillas que están encima de los hombros de la madre no se caen, los pies estarán encorvados debidamente y su casco estará en posición segura. Durante 20 años esta estatua mexicana estuvo en un posición inadecuada, de manera que la mujer daba a luz acostada, posición que no intentaba presentar el artista, pero que correspondía a la idea generalmente admitida por la “ciencia normal” de la obstetricia moderna.
El modelo asistencial actual ha provocado, a la hora del encuentro del médico u obstétrica con la mujer que va a parir y su familia, el “olvido” de los mismos en su calidad de personas y con ello ha generado la insólita despreocupación por las emociones y sentimientos de quienes se enfrentan a dicha experiencia.
Eventos de semejante magnitud como el parir y nacer, han pasado a ser considerados procesos puramente biológicos, sin tener en cuenta los múltiples factores emocionales personales, psicosociales, culturales, ambientales y económicos que muchas veces predisponen, favorecen o determinan la aparición de complicaciones o dolencias.
a) RENOVANDO CONOCIMIENTOS ANCESTRALES Y NATURALES
Es en la década del 20 cuando comenzó a perfilarse la inquietud de educar para el parto.
En la década del 50 y 60 el auge de la tecnología llegó a la obstetricia incorporando al instrumental terapéutico los aparatos encargados de controlar la frecuencia cardiaca fetal (monitores) y en Uruguay sentaron las bases para el control médico del trabajo de parto, con fundamentos fisiológicos totalmente novedosos para la época.
A partir de 1958, Howard, en Estados Unidos, comenzó a llamar la atención sobre errores cometidos al colocar a la parturienta en posición horizontal.
Caldeyro-Barcia en Montevideo, en 1974 y Peter Dunn en 1976, en Reino Unido, comenzaron a sugerir la posición vertical en embarazadas que no presentaran riesgo gestacional durante el parto.
En esta misma década, en Brasil, el Dr. Galva Araujo propuso utilizar parteras tradicionales respetando las costumbres locales, como el uso de banquetas de madera en el momento del parto.
En la década del 80, en Brasil, el Dr. Moysés Paciornick, por primera vez aconsejó posición de cuclillas en mujeres civilizadas.
b) PARIENDO COMO LAS DIOSAS
Figuras arqueológicas muestran a diosas y a mujeres pariendo desnudas en posición vertical. Una de ellas, con seis mil años de antigüedad, nuestra gran diosa Catl Huyuk(Anatolia, hoy Turquia) pariendo desnuda sentada en un trono, flanqueada por dos leopardos sobre los que apoya sus manos mientras su vagina comienza a coronar. El trono de gobierno de esta primigenia Diosa de la Vida es la silla de parto de la mujer prehistórica del neolítico agrícola.
En Australia, la serpiente Arco Iris fue pintada en una cueva como una parturienta desnuda y con las piernas abiertas y flexionadas- en forma de m- luego de haber parido a las madres de los ancestros australianos que aparecen en la pintura rupestre debajo de la Diosa creadora.
En meso América los aztecas esculpieron una hermosa escultura de Tlazolteotl (la diosa lunas de la fértil tierra, patrona del erotismo del parto y del destino) pariendo desnuda en cuclillas, las manos sobre sus nalgas y la boca abierta mostrando los dientes y gritando mientras emerge un bebe hacia abajo y mirando delante de entre sus piernas. Tlazolteotl apoya sus pies sobre unos tacos de pocos centímetros elevando los talones para así estabilizar la postura
Una pacha mama pariendo en cuclillas, con la luna, el sol y las estrellas pintados en el rostro, fue desterrada en Villa las Rosas, Ciudad de Salta, Argentina una de las tantas imágenes que representan el tan conocido parto vertical precolombino como así también el orden sagrado de la Diosa Tierra. Los gestos y las actitudes de estas y otras diosas son un reflejo de las prácticas y tradiciones de las mujeres respecto al parto vertical y en cuclillas de las diosas es un arquetipo femenino creado de la vida y de la cultura.
Estas prácticas persistieron en las primeras sociedades patriarcales de Occidente como eran la griega y la romana. La diosa Ilitia, patrona de las parturientas y las parteras griegas, suele aparecer arrodillada representando tanto a la partera como a la parturienta en una variante de la posición de cuclillas. Y durante el imperio Romano se tallaron frisos que muestran la forma en que parían las mujeres: sentadas en un sillón mientras que la partera espera arrodillada y otra mujer sostiene a la parturienta por debajo de los brazos.
c) LOS MAYAS
Las costumbres entre los mayas no difieren mucho de las que atrás hemos descrito de los aztecas, según lo relatado por Sahagún. Así lo confirma J. Augusto González, al describir lo ocurrido en el territorio de la actual Guatemala. La abogada o protectora de la maternidad era Ixchel, es decir, mujer arco iris; Ixquic, por su parte, era la diosa de la fecundidad. Como costumbre digna de mención conozcamos la forma como celebraban el nacimiento de los hijos: apenas nacida la criatura se sacrificaba un pavo. El baño se llevaba a cabo en algún río o fuente, donde hacían oblaciones del copal y sacrificio de papagayos. "El cordón umbilical se cortaba sobre una mazorca de maíz y con un cuchillo nuevo, el cual se arrojaba inmediatamente al río. Sembraban el grano de aquella mazorca y lo cuidaban con el mayor esmero, como cosa sagrada. La cosecha que de él provenían se dividía en tres partes, una para el divino, otra para que sirviera de alimento al niño y guardaban la tercera para que éste la sembrase cuando estuviese en edad de hacerlo".
En las crónicas sobre le Buda, que se remontan al siglo V A.C., encontramos a la reina Maya pariendo parada. Ella viajaba con su cortejo y a medio camino empezó el trabajo de parto. El cortejo se detuvo y la reina se adentró en el bosque junto con sus doncellas, que formaron un círculo en torno a ella. Maya tomo con sus dos manos la rama flexible de un árbol y comenzó a parir en forma vertical ala pequeño príncipe. Una estatuilla procedente de la India del siglo XVI sigue mostrando esta forma de dar a luz: una mujer parada junto a dos mujeres, una a cada lado, a las que abraza apoyando sus brazos en los hombros de sus compañeras pudiendo de esta manera poner los pies sobre la tierra y flexionar las rodillas; bajando y subiendo el cuerpo con cada contracción. Las dos compañeras llevan frascos son preparados de hierbas que aplican masajeando el vientre de la parturienta. Las tres figuras completan con la partera arrodillada recibiendo al niño o niña que emerge cabeza abajo.
d) LOS AZTECAS
Refiere
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