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Pinzon De Darwin


Enviado por   •  8 de Noviembre de 2013  •  2.588 Palabras (11 Páginas)  •  332 Visitas

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Economía

Economía en la época Prehispánica. (2.000a. C - 1.520d. C.)

Durante la época prehispánica había una intensa actividad comercial entre los pueblos que existían en Mesoamérica. Ellos además de tener el trueque también contaban con sistemas de valor y medida que se empleaban para el intercambio de mercancías. Ellos principalmente usaban pequeños carrizos rellenos de polvo de oro, plumas de aves preciosas y semillas de una cierta especie de cacao, los cuales eran reconocidos y aceptados en toda Mesoamérica. En esta época se acostumbraba a comercializar en los tianguis o plazas de mercadeo que estaban sujetos a reglamentos estrictos, cuyo cumplimiento era vigilado por inspectores especiales.

Entre los Mexicas existía un tipo de comerciante especial entre ellos el cual se llamaba “Pochteca” que era el comerciante que recorría largas distancias, él era quien intercambiaba los productos de la región con los de otros pueblos situados más allá de las fronteras del Estado mexica. Así, en México Tenochtitlán podían adquirirse pescados y mariscos frescos de la zona del Golfo o textiles y plumajes del área del Petén.

Los pochtecas quienes estaban dedicados al comercio exterior existieron desde tiempos muy remotos; su importancia se acrecentó a partir del extraordinario crecimiento económico de México (Tenochtitlán), a la metrópoli azteca fluía toda clase de productos procedentes de regiones a veces distantes, obtenidos gracias a las negociaciones de los pochtecas o conceptos de tributos que se imponían a los pueblos sojuzgados. La importancia de estos mercaderes llego a equipararse con la de los pipiltin o nobles aparte de que gozaban de protección real en ocasiones eran tan poderosas que a veces hacían la guerra por su propia cuenta.

Los pochtecas, la importancia de estos llego a igualarse con la de los nobles y eran privilegiados algunos de ellos por contar con la protección del tlatoani.

Había diferentes clasificaciones de pochtecas como por ejemplo: los teucnenenque que eran embajadores estos viajeros del señor realizaban intercambios de presentes con soberanos extranjeros.

Estaban también los regatones o tlanecuito (en náhuatl) aunque no se tenía muy claro si era el representante de un grupo que deseaban vender sus cosas en el mercado y enviaban a uno como el encargado de vender su producto (como por ejemplo: artesanos) o si eran pochtecas, pero es claro que estos tenían que seguir las mismas reglas y respetar los precios tasados.

Los pochtecas oztomecas encargados del tráfico distante contaban para el tráfico tanto de objetos preciosos como de mercancía para gente común e inclusive esclavos. También había más pobres que comerciaban con artículos más sencillos como fríjol, sal, Chile, etc.

México contaba con una estructura económica muy avanzada en la que el comercio desempeñaba un papel importante. Como es natural, se había desarrollado un sistema de medios de cambio que, aunque no existía la moneda propiamente dicha, satisfacía las necesidades de tráfico mercantil. El cacao Para las transacciones normales, el medio de cambio más general era el cacao, y su uso se extendió a los países que hoy forman la América central y hasta el Brasil.

El cacao que servía de moneda no era el de tamaño pequeño utilizado para hacer la bebida, sino el de una especie más ordinaria. No es posible asignarle un valor a este signo cambiario, pues naturalmente dependía de su escasez y de la región en que se producía.

Sorprende que en la avanzada civilización del México antiguo no existiera otra moneda mejor que el cacao; pero si se compara con todos los demás extraños y variados medios de cambio primitivos, se verá que este grano aventajaba a todos.

El polvo de oro Otro artículo muy favorecido para las transacciones comerciales de mayor valor fue el polvo de oro, que se encerraba en cañones transparentes de pluma de ánade o carrizos.

Economía en la época Colonial. (1521d.C-1810d.C.)

Según los informes, los libros que los indígenas habían dibujado (por ejemplo, la Matrícula de los tributos) y las exploraciones emprendidas por los propios españoles, revelaron que en territorio de la Nueva España podían cultivarse muchas plantas alimenticias o incluso criarse ganado. También, descubrieron que era muy rico en minas de oro y de plata, metales preciosos que interesaban mucho a los europeos.

Los conquistadores trajeron a sus familias y a otros españoles para poblar el Nuevo Mundo. Y junto con las personas llegaron plantas y animales nuevos. Entre las plantas puede mencionarse el trigo, con el cual se elaboraba el pan; y entre los animales, los caballos, las vacas y ovejas.

También bajo la dirección de los españoles, los indígenas continuaron extrayendo metales preciosos de las riquísimas minas mexicanas, utilizando ahora las nuevas técnicas traídas por los conquistadores. El oro y la plata así obtenidos se dividían en varias partes: una se enviaba al rey de España, otra quedaba en posesión de alguna orden religiosa, y con otra se beneficiaba directamente el propietario de la mina.

Los metales preciosos llevados de América a Europa estimularon la economía de este continente, es decir, favorecieron el comercio y la producción de muchísimos objetos de uso cotidiano.

La Iglesia representaba, por las funciones que desempeñaba, una organización muy importante en la vida colonial. Esto sucedía de igual forma en lo que se refiere al gobierno, porque los obispos —las personas que representaban a la Iglesia— tenían también derecho a decidir las reglas a las que debía ajustarse dicho gobierno.

Además la iglesia acumuló una enorme cantidad de propiedades durante la Colonia. La mayoría consistía en terrenos, casa, títulos de propiedad que conservaba para asegurar el pago de los préstamos que hacía; también poseía grandes sumas de dinero, producto del diezmo y limosnas. Se calcula que hace 200 años poseía la mitad de todas las propiedades.

Desde su llegada a América, los europeos se propusieron extender en todo el Nuevo Mundo la religión que profesaban: el cristianismo. En otras palabras, deseaban que todos los habitantes del mundo fueran cristianos y aceptaran la religión católica.

A la difusión de esta fe religiosa se le llamaba evangelización. Era tan importante esta tarea que se pensaba que los reyes estaban autorizados a conquistar nuevos territorios, sólo si procuraban la evangelización de quienes ahí vivieran.

El Papa, la persona más importante del catolicismo, había otorgado ese derecho a emperadores y reyes, lo cual, al mismo tiempo, era una obligación para ellos. Por eso los

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