Propuesta De Desarrollo Sostenible

Turismo comunitario de tipo familiar o de convivencia como alternativa para el aprovechamiento sustentable y ecológico de la Biodiversidad de la Yunga

Las Áreas protegidas son joyas delicadas ricas de biodiversidad y fuente de sustento de las diversas formas que habitan en el así como de las poblaciones que habitan a sus alrededores, por lo tanto se hace una prioridad su preservación como patrimonio natural para las futuras generaciones, desde el punto de la Ley 1333 y la actual Constitución Política del Estado vista como un derecho colectivo y transgeneracional.

Por otra parte desde el punto de vista económico que nos convoca si calculamos el daño ambiental que provocara la explotación o deforestación progresiva a lo largo de los años de las actividades económicas extractivistas en la zona, los gastos y daños económicos a largo plazo superan con creces cualquier ganancia inmediata que pudiese obtener la región, tomando en cuenta que de seguir determinados patrones de aprovechamiento no sustentable conlleva el riesgo de la pérdida definitiva de patrimonios natural de biodiversidad incalculable para las comunidades.

En este sentido la propuesta que sale a partir de una necesidad compartida de la comunidad de Quirusillas, región enclavada en los valles mesotermicos cruceños y que cuenta con uno de los ecosistemas únicos e nuestra región como es la Yunga, fuente de agua y recursos provenientes de gran y peculiar biodiversidad, se constituye en potencial turístico no apreciado y hasta desconocido por la población boliviana en general.

Por tanto un plan de turismo sustentable comunitario de tipo familiar y/o de convivencia, plantearía una alternativa valiosa a la hora de hacer un manejo responsable y sustentable de su biodiversidad, generando mínimos y hasta nulos impactos como actividad humana turística en la Áreas Protegidas de la zona a comparación de la Empresa privada tradicional de turismo.

Donde puedan generarse fuentes de empleo a los pobladores de la misma comunidad donde las casas de familias de la zona se constituyan en lugares de hospedaje que brinden un pequeño lugar de convivencia donde el turista pueda sentirse parte de la familia e involucrarse o participar en las actividades cotidianas de la misma, donde los comunarios sean los guías turísticos para recorrer la zona en sus diversas áreas protegidas, previa capacitación y organización de los mismos.

Este tipo de alternativas desde otra óptica del desarrollo como lo conocemos tradicionalmente, abre las puertas al enfoque de los pueblos indígenas y comunidades rurales consientes de intima relación y conexión con la naturaleza, de su dependencia y subsistencia como fuente espiritual y sagrada de vida, con la que debemos convivir en equilibrio, armonía y reciprocidad.

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