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Franklin Chang Díaz: emblema y orgullo costarricense.

En el marco actual de la sociedad costarricense, carente de valores y afán por la superación personal y consecución de nuevas metas, cada vez más asediada por el consumismo, la mediocridad, la ley del mínimo esfuerzo y el desinterés por la educación, cabe preguntarse cuáles son aquellos personajes que deben servir como paradigma para las nuevas generaciones; ¿quiénes pueden ser los ilustres compatriotas que representen un ejemplo para los niños y jóvenes y permitan formar en ellos una imagen distinta de un ser humano triunfador?

Es lamentable reconocer el hecho de que la respuesta a dicha interrogante es difícil de encontrar, pues escasean en Costa Rica los personajes emblemáticos, de los cuales se pueda afirmar que son motivo de orgullo nacional. Muy al contrario, sobran ejemplos de individuos cuyas acciones reprochables son vergüenza para el país, encontramos muchos quienes proceden de diversos ámbitos; para mencionarlos y describir su actuar faltaría tiempo, tinta y papel.

Por consiguiente, también podemos destacar a algunos coterráneos cuya trayectoria es digna de admirar e imitar, personas esforzadas, dedicadas a triunfar y hacer de su vida un camino lleno de logros y satisfacciones personales. Uno de ellos es el doctor Franklin Chang Díaz, un científico costarricense que ha trascendido las fronteras nacionales y ha obtenido un enorme reconocimiento en la esfera mundial.

Destacó como un insigne estudiante y con base en esmero, esfuerzo y dedicación se convirtió en un brillante científico; no obstante, para él no fue suficiente con terminar su carrera, se propuso llegar mucho más lejos y lo logró. Laboró durante muchos años en la NASA en donde pudo realizar varios viajes al espacio, con lo cual se convirtió en el primer costarricense en viajar fuera de la esfera planetaria. Dicho sea de paso, su trabajo como científico de la NASA le valió para ser reconocido como uno de los más destacados a nivel mundial, e incluso, durante este año fue galardonado en dicha institución por sus grandes aportes a la ciencia, en su labor como astronauta.

Sin embargo, cabe mencionar que lo más admirable de este ciudadano costarricense es el hecho de que lejos de satisfacer su ego personal con sus múltiples logros, se ha dedicado a compartir sus conocimientos con la juventud, a inspirar a las nuevas generaciones y motivarlos para permanecer en las aulas en busca de sus sueños. Además, ha colaborado con el desarrollo nacional tanto en el campo de las ciencias como en la generación de nuevos empleos para la región del pacífico norte, donde se ubica un laboratorio de su propiedad dedicado a la fabricación de un motor de plasma, cuya utilización revolucionará la astronáutica al marcar un hito en la forma de realizar los viajes al espacio.

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