Redaccion
Adrhy28 de Mayo de 2012
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Aulas en Paz:
Resultados Preliminares de un Programa Multi-Componente
Cecilia Ramos
Rectora, Colegio la Giralda, Asociación Alianza Educativa, Bogotá, Colombia.
Ana María Nieto
Psicóloga y Antropóloga, Universidad de los Andes, Bogotá, Colombia.
Enrique Chaux
Profesor Asociado, Departamento de Psicología, Universidad de los Andes, Bogotá, Colombia.
Director del Programa Multi-Componente Aulas en Paz y del grupo de investigación Agresión,
Conflictos y Educación para la Convivencia.
Carrera 1 Este # 18A-70, Bogotá, Colombia. Teléfono: (57-1) 339, 4949.
E-mail: echaux@uniandes.edu.co
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Aulas en Paz: Resultados Preliminares
de convivencia pacífica en contextos que promueven
una cultura de la violencia? En este artículo, queremos
presentar los resultados preliminares de la evaluación
de uno de los programas que han asumido ese reto: el
Programa Multi-Componente Aulas en Paz.
Existe una amplia gama de enfoques en el campo
de la educación para la convivencia pacífica. En la gran
mayoría de escuelas en nuestros contextos se busca
promover la convivencia a través de la enseñanza
de conocimientos o de valores. Estos enfoques
tienen limitaciones debido a que ni la enseñanza de
conocimientos -como los derechos o los símbolos
patrios-, ni la transmisión de valores -como la honestidad
o el respeto a través de charlas, carteleras, canciones,
fábulas y premios-, parecen traducirse en acciones a
favor de la convivencia. Es decir, en estos enfoques
los estudiantes parecen aprender discursos, pero con
demasiada frecuencia mantienen una distancia entre el
discurso y la acción (Chaux, 2002; Kohn, 1997).
El programa Aulas en Paz está más orientado hacia
el desarrollo de competencias ciudadanas, es decir,
hacia aquellas capacidades emocionales, cognitivas y
comunicativas que, integradas con conocimientos y
disposiciones, hacen posible que las personas puedan
actuar de maneras constructivas en la sociedad (Chaux,
Lleras & Velásquez, 2004; Ministerio de Educación de
Colombia, 2004; Ruiz-Silva & Chaux, 2005). Decidimos
asumir este enfoque debido a que las competencias
preparan mejor a los estudiantes para enfrentar
situaciones complejas de la vida cotidiana, tales
como situaciones de conflicto o agresión. Además, el
enfoque pedagógico de las competencias privilegia el
aprendizaje a través de la creación de oportunidades
para la práctica y no por medio del discurso (Chaux,
Bustamante, Castellanos et al., en revisión), es decir
aprender haciendo, lo cual tiene mayor probabilidad de
traducirse en acciones cotidianas.
El enfoque en competencias ciudadanas del
programa Aulas en Paz es, además, congruente con
el movimiento reciente en Colombia y en varios países
de Latinoamérica de centrar la formación ciudadana
en el desarrollo de competencias (Cox, Jaramillo
y Reimers, 2005). El programa colombiano de
competencias ciudadanas liderado por el Ministerio de
Educación, en particular, incluye Estándares Nacionales
de Competencias Ciudadanas que especifican lo
que el Ministerio espera que sean capaces de hacer
los estudiantes en términos de convivencia pacífica,
participación democrática y pluralidad/diversidad
(Ministerio de Educación de Colombia, 2004), así como
una prueba nacional de competencias ciudadanas
para evaluar qué tanto se están cumpliendo esos
estándares en todas las instituciones de educación
básica del país (Torrente & Kanayet, 2007). Debido
a la alta descentralización del sistema educativo en
Colombia, el Ministerio no propuso (ni pudo haberlo
hecho) un currículo nacional que integrara la formación
de competencias ciudadanas. En cambio, su política ha
sido identificar, apoyar y divulgar programas e iniciativas
que promuevan las competencias ciudadanas de
maneras innovadoras (Chaux & Velásquez, en prensa).
El programa Aulas en Paz es uno de esos programas.
Aulas en Paz busca convertirse en un modelo efectivo y
riguroso de cómo desarrollar competencias ciudadanas
para la convivencia en la escuela.
El programa colombiano de competencias
ciudadanas ha hecho énfasis en cuatro tipos de
competencias: competencias emocionales, cognitivas,
comunicativas e integradoras (Chaux, Lleras &
Velásquez, 2004; Ministerio de Educación de Colombia,
2004; Ruiz-Silva & Chaux, 2005). Las competencias
emocionales se refieren a las capacidades para
responder constructivamente ante las emociones
propias (p.ej., manejar la rabia para no hacerle daño a
los demás o a sí mismo/a) y ante las emociones de los
demás (p.ej., empatía, que es sentir algo parecido o
compatible con lo que sienten otros). Las competencias
cognitivas son los procesos mentales que facilitan la
interacción en sociedad (p.ej., la capacidad para
ponerse mentalmente en la posición de los demás).
Las competencias comunicativas se refieren a las
capacidades para establecer diálogos constructivos con
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Aulas en Paz: Resultados Preliminares
los demás (p.ej., asertividad, que es la capacidad para
transmitir mensajes de maneras firmes y claras pero
sin herir a los demás). Finalmente, las competencias
integradoras integran, en la práctica, a todas las demás
(p.ej., manejo constructivo de conflictos, que integra
competencias emocionales como el manejo de la rabia,
competencias cognitivas como la generación creativa
de alternativas y competencias comunicativas como
la capacidad para escuchar a los demás). El programa
Aulas en Paz busca promover todos estos tipos de
competencias. Sin embargo, mientras el programa
colombiano abarca convivencia pacífica, participación
democrática y pluralidad/diversidad, Aulas en Paz se
enfoca exclusivamente en convivencia.
Muchos de los programas de educación para la
convivencia en Colombia y a nivel internacional están
dirigidos a todos los estudiantes simultáneamente,
es decir, están basados en un enfoque de prevención
universal (prevención primaria). En cambio, algunos de
los programas educativos más exitosos a nivel mundial
focalizan sus esfuerzos en aquellos estudiantes que
parecen requerir más apoyo, es decir, aquellos que
presentan comportamientos agresivos muy frecuentes
temprano en la vida y que, por esta razón, parecen
estar en mayor riesgo de comportamientos violentos
más adelante en la vida (prevención secundaria)1. El
Programa de Prevención de Montreal, por ejemplo, es
quizás el programa que más impacto en el largo plazo
ha demostrado en términos de prevención de agresión,
violencia y delincuencia. Luego de una intervención que
se limitó a los grados 2º y 3º de primaria, este programa
logró disminuir la agresión física, la delincuencia, la
vinculación a pandillas, la deserción escolar e inclusive
comportamientos riesgosos como la actividad sexual
temprana o el consumo de drogas ilícitas entre los
participantes, en comparación con quienes no fueron
seleccionados para participar (Chaux, 2005; Tremblay
et al., 1995; Vitaro et al., 2004). Además, algunos de
estos efectos podían detectarse 15 años después de
culminado el programa.
El programa de Montreal no tuvo ningún componente
universal. En cambio, sus dos componentes se centraron
en los niños2 que presentaban con más frecuencia
comportamientos agresivos. Durante dos años, sus
padres y madres fueron visitados periódicamente en
sus hogares y se desarrollaron con ellos competencias
para la crianza y el manejo constructivo de conflictos
en la familia. Además, cada dos semanas, estos niños
participaron de sesiones extras dedicadas al desarrollo
de habilidades sociales. Estas sesiones ocurrían en
grupos heterogéneos en los cuales 1 o 2 niños habían
sido escogidos porque presentaban altos niveles de
agresión, y los otros 3 a 5 niños se destacaban por sus
comportamientos prosociales, como ayudar, compartir,
cooperar o consolar (Chaux, 2005; Tremblay et al.,
1995). De esta manera, se organizaron grupos en
donde la mayoría eran niños con comportamientos
prosociales y se evitaba así juntar solamente a los
agresivos, algo que se ha demostrado que hace más
daño que no hacer nada (Arnold & Hughes, 1999;
Dishion, McCord & Poulin, 1999).
Los programas mejor estructurados hoy en día,
sin embargo, combinan la prevención primaria con la
secundaria. Quizás el programa más completo de todos
es Fast Track (Conduct Problems Prevention Research
Group, 1999), implementado actualmente en varios
lugares de los Estados Unidos. Este programa incluye
5 componentes: 1) el currículo universal Paths que
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