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SUSTRATO OSTEOARTICULAR DE LA CADERA: ARTICULACIONES SACROILIACA Y COXOFEMORAL

Jaime Ostos RiveroApuntes27 de Noviembre de 2019

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SUSTRATO OSTEOARTICULAR DE LA CADERA: ARTICULACIONES SACROILIACA Y COXOFEMORAL.

ARTICULACIÓN SACROILIACA

Articulación que une el sacro con el hueso coxal, concretamente con parte del mismo denominado hueso ileon. Es una articulación con escaso movimiento o anfiartrosis, que a lo largo de la vida puede presentar una pequeña cavidad y constituir una diartroanfiartrosis. Las superficies articulares tienen forma de oreja y por ello se denominan superficies auriculares, que están recubiertas de cartílago articular. La superficie auricular del coxal está situada en su cara lateral y se corresponde la cara lateral de las dos primeras vértebras sacras. Por detrás de la superficie auricular del coxal existe una superficie rugosa, la tuberosidad iliaca, cuya parte media prominente forma la pirámide. A través de ambas pirámides se establece un eje que permite los movimientos de nutación (base de sacro hacia delante y coxis hacia atrás) y de contranutación (base de sacro hacia atrás y coxis hacia delante).

La articulación tiene una cápsula articular en forma de manguito fibroso con ligamentos de refuerzo (intrínsecos) sacroiliacos anteriores, sacroiliacos posteriores y sacroiliacos interóseos.

Existen además ligamentos de refuerzo extrínsecos, que son el ligamento ileolumbar, el ligamento sacrociático menor o sacroespinoso (desde borde lateral del sacro y coxis a espina ciática) y el ligamento sacrociático mayor o sacrotuberoso (desde borde lateral del sacro y coxal a tuberosidad isquiática). Estos ligamentos delimitan con el hueso coxal las escotaduras ciáticas mayor y menor.

SINFISIS PUBIANA

Articulación que une las partes anteriores del hueso coxal mediante una articulación semimóvil o anfiartrosis. Son dos superficies elípticas unidas por un ligamento interóseo y unos ligamentos pubianos superiores e inferiores (ligamentos pubianos arqueados). Permite discretos movimientos de separación entre ambos pubis, sobre todo durante el mecanismo del parto.

ARTICULACIÓN COXOFEMORAL

El hueso del muslo, el fémur, es un hueso largo donde se reconocen dos epífisis y una diáfisis. En la extremidad superior -epífisis proximal- se distingue la porción articular, el cuello y una masa apofisaria; tiene un cuerpo, la diáfisis, y una extremidad inferior -epífisis distal-, que veremos con mayor profundidad en el tema siguiente con la articulación de la rodilla.

En el fémur se describen dos ángulos importantes: el ángulo de inclinación (entre cabeza- cuello y diáfisis) y un ángulo de declinación o anteversión (entre epífisis proximal y epífisis distal). En la articulación de la cadera o coxofemoral asientan dos funciones principales:

a) Soporte y transmisión del peso del cuerpo. b) Punto de asiento de movimientos para la extremidad inferior.

En una serie de imágenes, observamos las posibilidades biomecánicas de esta articulación, que se realizan a través de tres ejes (transversal, antero-posterior y vertical) por lo que la articulación es una diartrosis del tipo enartrosis. Se producen en ella, movimientos de flexo-ex- tensión, separación-aproximación, la suma de éstas, la circunducción y las rotaciones interna y externa.

Las superficies articulares de ambas piezas óseas son la cabeza femoral y la cavidad acetabular del coxal, que se encuentran revestidas de cartílago articular. Para ampliar la superficie articular acetabular existe un rodete fibro-cartilaginoso que se denomina rodete cotiloideo, qua aumenta la cavidad acetabular más allá de media esfera. Este rodete salta la escotadura del acetábulo en forma de ligamento transverso del acetábulo y convierte la escotadura en un agujero.

La cápsula articular se fija en los rebordes óseos de las superficies articulares, de la cavidad articular del coxal y en el cuello femoral en la línea intertrocantérea por delante y el la parte

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media del cuello femoral por detrás. En la cápsula articular se distinguen varios tipos de fibras, entre las que podemos destacar las fibras arciformes (en forma de lazada, nacen y retornan a la ceja cotiloidea), las fibras circulares (sin inserción ósea, forman la zona orbicular de Weber) y las fibras recurrentes (forman los frenillos de la cápsula, que tienen importancia en los movimientos de separación de esta articulación.

Los ligamentos de refuerzo de la articulación se sitúan en la cara anterior y en la cara posterior del fémur y saltan hacia cada uno de los tres elementos óseos que constituyen el coxal. Son:

a) Ligamento ileofemoral. Consta de dos fascículos, ileopretrocantéreo e ileopretrocantiniano, que constituyen el ligamento de Bertin. b) Ligamento pubofemoral. Junto al ileo-femoral forma una Z acostada o una N. c) Ligamento isquiofemoral. El conjunto de los ligamentos coxofemorales están enrollados sobre el fémur por el paso de la posición cuadrúpeda a bípeda. Por ello, tienen importancia en los movimientos de la articulación. La intervención de estos ligamentos en la biomecánica coxo-femoral, en general es:

a) En los movimientos de extensión se tensan y se relajan en los de flexión. b) En los movimientos de separación se tensan los ligamentos pubo-femoral e isquio-

femoral, mientras que en la aproximación se tensa el fascículo ileopretrocantéreo. c) En la rotación externa se tensan los ligamentos anteriores y en la rotación interna se

tensa el isquio-femoral. En la articulación coxofemoral existe un ligamento intraarticular que se denomina ligamento redondo, que se inserta en la cabeza femoral y en el coxal; tiene importancia en la biomecánica y en la vascularización de la cabeza femoral, porque a través de él transita una pequeña arteria que contribuye a la irrigación de la cabeza femoral.

La sinovial de la articulación de la cadera tiene dos dependencias distintas.

1.- Una tapiza la capa interna de la cápsula articular, la cara periférica del rodete cotiloideo y

el cuello femoral. 2.- Otra, forma un tronco de cono sobre el ligamento redondo y constituye la denominada

tienda del ligamento redondo.

El mantenimiento y coaptación de las superficies articulares se consigue por los elementos de fijación articular (cápsula y ligamentos), por los músculos que dinamizan la articulación, por la presencia del rodete cotiloideo (par de acoplamiento) y por la presión negativa intraarticular.

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SUSTRATO OSTEOARTICULAR DE LA RODILLA.

En la articulación de la rodilla confluyen la extremidad inferior del fémur y la extremidad superior de la tibia. Además el hueso rótula participa en la misma, contribuyendo en parte de su biomecánica. En este capítulo estudiaremos también la articulación que se establece entre las epífisis proximales de los huesos tibia y peroné, que constituye la articulación tibioperonea superior.

Recuerdo de los detalles óseos de las epífisis distales del fémur, proximales de la tibia y peroné. Recuerdo del hueso rótula.

ARTICULACIÓN TIBIOPERONEA SUPERIOR

Es una diartrosis tipo artrodia, cuyas superficies articulares están formadas por superficies planas, revestidas de cartílago articular. La superficie peronea es plana y situada en la cara superior de la cabeza del peroné. La superficie tibial está situada en la cara postero-externa de la tuberosidad tibial externa.

La cápsula articular se extiende entre los bordes óseos de las superficies articulares y tiene una sinovial propia. Los ligamentos de refuerzo son ligamentos peroneo-tibiales anterior y posterior.

Los movimientos de esta articulación se hacen sincrónicos con la articulación tibio-peronea inferior y se traducen en leves separaciones de las superficies articulares con cierto ascenso del peroné sobre la tibia.

ARTICULACIÓN de la RODILLA

Es una articulación diartrosis tipo troclear, con alguna particularidad, pues a los movimientos de flexión y extensión propios de este tipo de articulaciones, hay que añadirles los movimientos de rotación interna y externa cuando la rodilla está flexionada, ya que en este momento las superficies articulares son los cóndilos femorales. Por este motivo es más correcto decir que la articulación de la rodilla es una diartrosis cóndilo-troclear.

Las superficies articulares la forman la extremidad inferior del fémur (tróclea y condilos femorales), la superior de la tibia (cavidades glenoideas tibiales) y las carillas articulares de la cara posterior de la rótula. Todas estas superficies están revestidas de cartílago articular, que sobre las cavidades glenoideas tibiales es muy grueso y consigue disminuir apreciablemente la concavidad de las mismas.

Para hacer congruentes las superficies articulares en la rodilla (sobre todo en flexión, cuando participan los cóndilos), la articulación de la rodilla presenta unos fibrocartílagos denominadas meniscos de la articulación de la rodilla. Cada menisco tiene una cara superior excavada, para el cóndilo, y una cara inferior plana, para la tibia; tienen un borde externo, que se fija a la cápsula articular y dos extremidades o astas. Las extremidades del menisco externo se insertan en la superficie interglenoidea de la tibia muy próximas entre si, lo que le confiere una forma de letra O y además le hace móvil, mientras que las extremidades del menisco interno se fijan más alejadas entre sí, por delante y detrás de la superficie interglenoidea y por ello este menisco tiene forma de letra C y es poco móvil (regla mnemotécnica CITROEN).

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