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TERMOTERAPIA SUPERFICIAL


Enviado por   •  20 de Marzo de 2014  •  828 Palabras (4 Páginas)  •  507 Visitas

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CONCEPTO Y PRINCIPIOS GENERALES

Los medios empleados en termoterapia superficial producen un calentamiento intenso de los tejidos superficiales y un calentamiento leve o moderado de los tejidos situados a mayor profundidad. En la su¬perficie, las respuestas obtenidas se deben tanto a modificaciones locales de las funciones celulares y tisulares, como a la puesta en marcha de mecanis¬mos reflejos. A mayor profundidad, las respuestas obtenidas, como la relajación muscular, se producen de forma refleja, a partir de la estimulación de recep¬tores sensibles de la piel.

No obstante, con alguno de estos métodos puede elevarse la temperatura de articulaciones que se en¬cuentran recubiertas por escaso espesor de tejidos blandos, como las de los pies, muñecas y manos, lo que ejerce una acción primordialmente descontrac¬turante.

El calentamiento superficial produce un efecto analgésico, que se debe tanto a la reducción de la tensión muscular como a un efecto directo sobre las terminaciones nerviosas libres y las fibras nerviosas sensibles.

Las modificaciones en las temperaturas de los te¬jidos superficiales, producidas por este tipo de ter¬moterapia, dependen de diversos factores:

1. Intensidad del calor aplicado. Para obtener ni¬veles terapéuticos, la elevación de temperatura en los tejidos debe situarse entre los 40-45 0C. Temperaturas superiores a los 45 0C aumentan el riesgo de quemaduras, mientras que tempe¬raturas inferiores a los 40 0C disminuyen las respuestas de valor terapéutico. Como norma general, se recomienda que la máxima exposi¬ción de un agente superficial, en estrecho con¬tacto con la piel, sea de unos 30 minutos a una temperatura no superior a los 45 0C. Sin embar¬go, no se trata de una regla rígida ni segura, ya que, en ocasiones, pueden aparecer quemadu¬ras tras una hora de exposición a temperaturas inferiores, mientras que en otros casos no se producen a temperaturas más elevadas, proba¬blemente por diferencias individuales.

2. Calor específico del agente utilizado.

3. Conductividad térmica del agente empleado y de los tejidos interpuestos. Al poseer una baja conductividad térmica, la grasa es un buen ais¬lante térmico, por lo que los tejidos situados por debajo del tejido subcutáneo se ven muy poco o nada afectados. Sin embargo, las articu¬laciones de muñecas, manos, tobillos y pies, al tener escaso recubrimiento de tejidos blandos, pueden calentarse localmente mediante moda-lidades de termoterapia superficial.

4. Duración de la aplicación. En términos genera¬les, cuanto mayor es el tiempo de aplicación mayor será el estímulo producido, teniendo en cuenta que un medio termoterápico superficial aplicado sobre el cuerpo pierde calor en un tiempo variable, en razón a su conductividad térmica y calor específico.

5. Superficie cutánea expuesta. Cuanto mayor sea la superficie expuesta es de esperar un mayor estímulo, por cuanto la entrada neural es ma¬yor y se estimulan más cantidad de neurorre¬ceptores. Además, existen zonas reflexógenas determinadas, sobre las que el estimulo térmi¬co aumenta las respuestas.

6. Sensibilidad individual. La sensibilidad, tanto al calor como al frío, varía de un individuo a otro y no es la misma en las diferentes zonas de la superficie cutánea.

Los métodos de calentamiento superficial produ¬cen una elevación máxima de la temperatura de la piel y tejidos muy superficiales, en un período de tiempo de 6 a 8 minutos. En los músculos situados entre 1 y 2 cm de profundidad, la temperatura se ele¬va en menor medida. Se necesitan exposiciones de 15 a 30 minutos, a temperatura máxima tolerable (40-45 0C), para producir un incremento significativo de la temperatura muscular. En músculos situados a 3 cm de profundidad, las aplicaciones dentro de los niveles tolerables producen una elevación máxima de 1 0C en la temperatura del músculo. Tras obtenerse el máximo nivel de calentamiento, se produce un descenso lento de la temperatura, hasta llegar a los niveles basales previos a la aplicación (fig. 7.1).

La termoterapia superficial se utiliza, dentro de un programa terapéutico, por su acción relajante sobre el músculo estriado y liso, analgésica, descontracturante y antinflamatoria. En el tronco, codos, rodillas y hom¬bros se obtiene un calentamiento suave y superficial, lo que produce efectos en zonas más profundas por el desencadenamiento de respuestas reflejas. En otras localizaciones, como en los dedos, la aplicación de un medio de calentamiento superficial, como la parafina, puede producir un calentamiento articular intenso. Por lo tanto, con estos métodos pueden alcanzarse temperaturas en el rango terapéutico sobre zonas como las manos, pies, tobillos y en aquellos casos en que la afección se localice relativamente cerca de la piel, con la ventaja de poder aplicarse sobre una zona más amplia que con los ultrasonidos o la diatermia. Por otra parte, en la mayoría de los casos, las modali¬dades actuales de calentamiento superficial resultan de fácil manejo y relativamente baratas.

Aunque por las características del patrón de dis¬tribución térmica de estos agentes no son de esperar modificaciones sobre las propiedades viscoelásticas del tejido conectivo y de los músculos situados en zonas profundas, el efecto analgésico y antiespasmó¬dico obtenido justifica su empleo para disminuir el dolor y el espasmo muscular, antes de realizar ejer¬cicios terapéuticos. Sin embargo, en articulaciones superficiales, el calentamiento puede modificar las propiedades viscoelásticas tisulares articulares y periarticulares, al aumentar su extensibilidad en concomitancia con la realización de cinesiterapia.

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