Productividad y competividad

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Productividad y Competitividad

Introducción

En la actualidad existen factores que distinguen la productividad de la competitividad, los cuales son conceptos que todas las personas deberían de tener claros.

Como todos sabemos, la productividad es la cantidad de producción o servicio relacionada con la realización de la inversión monetaria, insumo, material, trabajo y tiempo invertido, es decir, la relación o equilibrio entre producción e insumo

Un ejemplo es que para saber si una empresa es productiva se utiliza el llamado índice de productividad, que es el resultado de una fórmula que utiliza la relación entre el producto producido y la cantidad de insumo utilizado.

Mientras en la competitividad se define como las características que posee una empresa para destaca de la competencia y tener mayor aceptación en el mercado. Esto depende en parte de la opinión y evaluación del cliente.

Para medir la competitividad de una empresa es esencial tener 2 elementos, el primero es la valoración del producto o servicio y cumplir las expectativa del cliente, el segundo elemento es  la eficiencia la cual se define productividad, producir en gran cantidad y de calidad” entonces “Calidad” es una característica de todo aquel producto o servicio que se considera competitivo.

Es un error pensar que una empresa que produce mucho, es productiva, es inmediatamente competitiva, y viceversa, puede que tengas una excelente calidad en tu producto o servicio, pero no tiene la capacidad de asegurar una producción óptima. Lo que significa que la empresa tiene pocas ganancias

En conclusión, hoy en día una empresa no es competitiva si no cumple con la calidad, producción, bajos costos, tiempos, estándares, eficiencia, innovación, nuevos métodos de trabajo, tecnología y muchos otros conceptos que hacen que cada día la productividad sea un punto de cuidado en la planificación a largo y corto plazo.

Origen y contexto del concepto de competitividad

La competitividad es un concepto complejo, cuyo trayecto histórico arranca en la década de los 80 con los análisis de Michel Porter sobre “Ventaja y estrategia competitiva”, los cuales se entienden como  mayor capacidad para producir bienes y servicios y operar con éxito en los mercados internos y externos de la economía.

A partir de los años 90, el concepto competitividad fue desarrollándose hasta alcanzar su propio segmento el cual rompió la idea de un simple concepto económico, para transformarse a “mapa de competitividad”, donde se encuentran otras visiones y dimensiones en lo sociocultural, político e incluso ambiental y esto sirve como guía para los procesos macro y micro de la planeación del desarrollo.

la versión de la ventaja comparativa estática, se basaba en los recursos que giran en torno a características geográficas, climáticas y culturales de un país, y  las cuales daban lugar a “enclaves de explotación económica”, después aparece el enfoque de Michael Porter (1990), quien plantea una versión llamada “ventaja competitiva” es algo que centra la atención de los gobiernos, pero que, sin embargo, no ha plasmado una teoría macro que sea clara y generalizada como la de “empresa competitiva”. 

Muchos  han intentado, examinar la competitividad nacional como un fenómeno determinado por variables macroeconomicas, como el tipo de cambio, la tasa de interés, el déficit fiscal y los bajos salarios fruto de la abundancia laboral o la abundancia de recursos naturales.

Entonces pareciera que aunque todas estas variables juegan algún papel al explicar la posición competitiva  de un país, existe otro conjunto de fuerzas más complejo que interviene en este asunto. Por lo cual se asegura que, Lo que hace competitiva a una nación, no es el que todas las empresas o sectores sean competitivos.

En este sentido, sus diferencias, su naturaleza, su estructura, sus componentes, sus decisiones, sus formas de interacción ambiental y la manera en que las mismas adquieren y conservan sus posiciones en el mercado fueron cuestiones replanteadas en las agendas de investigación de entonces.

Porter concluye que el eje de la competitividad nacional es la productividad de la mano de obra y del capital, medida como el valor de la producción por unidad de cada uno de sus factores. La productividad está determinada por la calidad y naturaleza de los bienes que se generan, así como por la eficiencia con que se producen. De la productividad dependen los salarios de los trabajadores y el rendimiento del capital. Si una nación posee empresas con altos niveles de productividad, alcanzará, en consecuencia, altos niveles de vida. La productividad crece “con igualdad de paso”, con el crecimiento de la economía, y es un proceso continuo que debe responder a los retos que plantean los sectores industriales avanzados de último momento.

Por lo que, en contraposición a la forma en que fue abordada la noción de la empresa para las corrientes clásicas, surgieron otras teorías.  

Como la teoría de la organización industrial (OI), de Seth y Thomas en el año de 1994, donde analizaron las diferencias interindustriales en el desempeño y en el cual mencionaron propiedades de la industria como lo son: la diversificación, las barreras de entrada, la presencia de economías de escala y la diferenciación de productos.

Mientras tanto, la Teoría de Juegos de John Von Neumann y Oskar Morgenstern como variante de la OI y Ghemawat, 2003; Rumelt et al., 1991 ponía sobre la mesa el concepto de racionalidad, al concebir a la empresa como un ente racional que toma decisiones inteligentes a partir de “movimientos” de otros jugadores.

llegando el año 2000 se observa nuevamente que el mercado estaba saturado, todos compitiendo contra todos, las grandes corporaciones transnacionales comenzaron a crecer con dos estrategias muy claras, fusiones y adquisiciones de competidores y en los países en los que tenían representantes o distribuidores los compraron y se establecieron como filiales o sucursales de las casas matrices.

El surgimiento de china como una potencia industrial perturbo efectivamente los mercados laborales de los países del primer mundo, impulsando por la demanda general de alimentos y materias primas de china, lo que permite que los países latinoamericanos crezcan a un ritmo constante.

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