Aptitud Productiva de las Tierras

Aptitud Productiva de las Tierras

El Reglamento de Clasificación de Tierras del Ministerio de Agricultura (Decreto Supremo N° 062-75-AG) y las ampliaciones establecidas por la Oficina de Evaluación de Recursos Naturales ONERN (1980) son herramientas utilizadas para clasificar las tierras según su aptitud productiva.

a) Tierras Aptas para Cultivo en Limpio (A)

Se han identificado tierras aptas para el cultivo en limpio con alta calidad agrológica en la provincia, que abarcan el 0.91% de su área total. Estos suelos son ideales para el cultivo de plantas herbáceas o semiarbustivas de corto periodo vegetativo y se encuentran en pequeñas unidades en la margen izquierda del río Jequetepeque, con la mayor extensión en Tolón. Los suelos son mayormente dedicados al cultivo de arroz y maíz amarillo duro y se caracterizan por tener texturas medias a pesadas, drenaje bueno y reacción neutra a ligeramente alcalina. A pesar de ser los mejores suelos de la provincia, presentan algunos factores limitantes como el nivel freático alto y a veces drenajes imperfectos, y están expuestos a inundaciones durante el periodo lluvioso. Se recomiendan prácticas de conservación del suelo, como la rotación de cultivos con leguminosas para mantener su fertilidad y la instalación de defensas ribereñas con especies nativas para evitar la erosión.

b) Tierras Aptas para Cultivo Permanente (C)

El grupo de tierras aptas para cultivo permanente (C) comprende áreas con características edáficas y climáticas limitantes para la actividad agrícola, pero que permiten el cultivo de plantas perennes y forrajes sin deteriorar la capacidad productiva del suelo ni afectar el régimen hidrológico de la cuenca. Estas tierras representan el 4.74% del área total, ocupando pequeñas unidades en diferentes distritos. Son suelos que se han desarrollado a partir de depósitos aluvio-coluviales, con texturas medias a pesadas, buen drenaje, pendientes ligeramente inclinadas y libre de piedras. Se dedican principalmente a cultivos como el trigo, arveja, maíz, papa, caña de azúcar y frutales.

Sin embargo, la falta de agua de riego y las condiciones climáticas adversas son los principales factores limitantes en estas tierras, lo que afecta el crecimiento y desarrollo de los cultivos. Por ello, se recomienda implementar sistemas de riego tecnificado como aspersión y por goteo, el uso de semillas certificadas, medidas conservacionistas como terrazas, acequias de infiltración y barreras vivas, y cultivar en fajas o bandas con cultivos adaptados a la zona. Además, se sugiere la instalación de pastos mejorados y cultivo de frutales adaptados a estos climas y suelos, así como la fertilización previo análisis del suelo.

c) Tierras Aptas para Pastos (P)

El grupo de Tierras Aptas para Pastos (P) se refiere a tierras con limitaciones climáticas y de suelo que no permiten el cultivo permanente, pero sí el pastoreo continuado o temporal sin degradar el suelo o afectar el régimen hidrológico de la cuenca. Este tipo de tierras ocupa el 0.53% del área total trabajada y se localiza principalmente en el distrito de Chilete. Las características limitantes del suelo incluyen pendientes pronunciadas, escasa profundidad efectiva, fuerte acidez y erosión severa. Las principales prácticas de manejo y conservación incluyen evitar el sobre pastoreo, la rotación de potreros, la crianza de especies criollas adaptadas, la construcción de acequias de infiltración y la introducción de pasturas mixtas de especies nativas y mejoradas.

Ideas importantes:

• Las Tierras Aptas para Pastos (P) son un tipo de tierra con limitaciones climáticas y de suelo que no permiten el cultivo permanente, pero sí el pastoreo continuado o temporal.
• Estas tierras ocupan el 0.53% del área total trabajada y se localizan principalmente en el distrito de Chilete.
• Las características limitantes del suelo incluyen pendientes pronunciadas, escasa profundidad efectiva, fuerte acidez y erosión severa.
• Las principales prácticas de manejo y conservación incluyen evitar el sobre pastoreo, la rotación de potreros, la crianza de especies criollas adaptadas, la construcción de acequias de infiltración y la introducción de pasturas mixtas de especies nativas y mejoradas.

d) Tierras de Protección (X)

Las tierras de protección son aquellas que no son adecuadas para el cultivo, pastoreo o producción forestal debido a condiciones ecológicas limitantes. Esto incluye lagunas, pantanos, playas, cauces de río y otras tierras que deben ser manejados con fines de protección de cuencas hidrográficas, vida silvestre, fines científicos, recreativos y otros que impliquen beneficio colectivo. Estos suelos se localizan distribuidos en toda la provincia y ocupan el 79.11% del área total. El uso de estas tierras está indicado para la recreación y vida silvestre, protección del suelo y de estos espacios para no alterar el medio ambiente.

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