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La decadencia de la cultura occidental en los ríos profundos- Estudiante de 3ro de secundaria


Enviado por   •  21 de Abril de 2023  •  Ensayos  •  1.615 Palabras (7 Páginas)  •  35 Visitas

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La decadencia de la cultura occidental en base a su complejo sistema de socialización y el agradecimiento de la cultura indígena

José María Arguedas es un escritor, poeta, antropólogo, etnólogo y un gran representante de la literatura peruana. Asimismo, Arguedas se introduce en el narrador protagonista y sigue el indigenismo que valora las culturas indígenas y prevalece en la existencia cultural. Una de sus novelas más significativas es “Los ríos profundos” publicada en 1958, novela que muestra una visión más profunda y representativa de los indígenas de la historia a inicios del siglo XX cuando la cultura andina se va desvaneciendo por el desarrollo de la cultura occidental. En la obra se desarrollan temáticas como la identidad, la discriminación y la envidia, a este último desarrollándose de manera imperceptible.

De esta forma al plantear en la tesis la decadencia de la cultura, se define como dice Pérez y Gardey (2014) “La sociología habla de decadencia para hacer referencia a un colapso societal. Esta es la fase en la cual una civilización o una cultura experimentan un declive que lleva a la extinción de ciertas características” (párr. 5). Es decir que una cultura contiene características importantes en conjunto que tienden a ser explotados para luego ser menospreciados hasta el punto de la extinción. Los ríos profundos es un claro ejemplo de la decadencia de la cultura occidental narrada de la perspectiva del protagonista.


Con respecto a ello se planteó una afirmación considerando que Los ríos profundos trata de la discriminación, es por ello que el narrador homodiegético protagonista configura la temática de la decadencia cultural occidental en la novela de Los ríos profundos. Con ello podemos afirmar que el abuso físico, la inmoralidad y la envidia son los elementos que demuestran una decadencia de la cultura occidental. A continuación, desarrollaremos los tres argumentos que demuestran ello.

En primer lugar, el narrador homodiegético protagonista Ernesto construye la temática de la envidia con los personajes de la cultura occidental, quienes se presentan en todas las escenas argumentando un contraste entre las culturas. En sí todos los personajes de la novela Los ríos profundos exceptuando a Ernesto, Palacios y los indígenas pertenecen a esta cultura occidental; y del fragmento la cual Antero se dirige a Ernesto dentro del internado: 

—(...) Dime cuál es tu reina, hermano. — ¡Qué bruto soy! No me acordaba que tú eres el forastero. Tú no conoces Abancay. (...) De lejos y de cerca he mirado a todas las chicas. Y ella es la reina. Se llama Salvinia. (...) Es bien morena, casi negra. — (…) Pero tienes que verla antes de escribir la carta. Tienes que mirarla bien. Y siendo mía, tú no te enamorarás de ella. ¿No es cierto? — ¡Ni digas! Es como si fuera ya mi hermana. (Arguedas, 1958, p. 64). 

En esta conversación simétrica se puede ver que hay envidia de parte del personaje de Antero al no poder depender de sí mismo, el cual recurre a Ernesto como el escritor quechua de poemas, que de forma coloquial se dirige a Ernesto como un forastero; le está infravalorando su forma de ser de Ernesto. Es ahí que de modo sintáctico muestra la intención de hablar sobre la reina de sus sueños, Salvinia; el cual busca la manera de conquistar sólo a ella de todas las chicas. En este otro fragmento en el viaje a cuzco:

— ¡Papá! ¿Quién la hizo? —le pregunté, después del último toque. —Campaneros del Cuzco. No sabemos más. —No sería un español. —¿Por qué no? Eran los mejores, los maestros. —¿El español también sufría? —Creía en Dios, hijo. Se humillaba ante El (Arguedas, 1958, p. 12).

Es una conversación espontánea que demuestra a la cultura occidental como madre de todas las creaciones. Pero al hablarse de su peculiaridad enfoque en la religión se demuestra que éstos no son capaces de vivir sin Dios. Asimismo, representa a la envidia de parte del padre de Ernesto, que al no conseguir un trabajo en su profesión de abogado contesta coléricamente a Ernesto, simbolizando un peor alcance en la expresión de superioridad. Entonces la envidia si es un factor que define a la cultura occidental y tiene impacto a la hora de entablar conversación con otras personas o referirse a una cualidad, ya que en cierta medida es la forma egoísta de hablar, pensar o hacer la que define que la cultura occidental decae; comparado a la cultura indígena que no tiene problemas al expresar los verdaderos sentimientos.

En segundo lugar, el narrador homodiegético protagonista Ernesto configura el abuso físico en los personajes de Lleras, Añuco y Peluca en la novela, quienes por su avanzada edad y tamaño aprovechan para presionar a otros dentro del colegio religioso; hacen su presencia inicialmente como los jefes del colegio como dice el siguiente fragmento: “Durante el día más de cien alumnos jugaban en ese pequeño campo polvoriento. Algunos de los juegos eran brutales; los elegían los grandes y los fuertes para golpearse, o para ensangrentar y hacer llorar a los pequeños” (Arguedas, 1958, p. 47). Contado desde la perspectiva del protagonista que fundamenta cómo es el comportamiento de estos alumnos de la cultura occidental hacia otros. Principalmente emplean el aspecto físico para llevar a cabo sus fechorías contando con el supervisor Lleras, quién es considerado como el más brusco de todo el internado. Como también dice en este fragmento:

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