Liderazgo educativo. Líder: ¿naces o te haces?

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DIPLOMADO EN GESTIÓN Y LIDERAZGO DE INSTITUCIONES EDUCATIVAS

Liderazgo

Actividad 4

Erika Bravo Flores

Líder: ¿naces o te haces?

Los seres humanos por naturaleza contamos con ciertas características que nos definen y nos distinguen de los demás, y es lo que define nuestra personalidad. Conforme pasa el tiempo y de acuerdo con las etapas de maduración física y mental podemos adquirir o desarrollar habilidades natas que nos ayudan a la toma de decisiones en los diferentes roles que nos toca desempeñar. Saber comunicarse y desenvolverse en un espacio determinado son acciones comunes en un ser humano al igual que afrontar retos o problemas, pero ¿qué lo hace diferente de un líder?

Un líder tendrá la capacidad de comunicarse asertivamente, gestionar las emociones, no titubear en sus decisiones, saber trabajar y adaptarse a espacios, tiempos y personas, resolver problemas, establecer objetivos y alcanzarlos, motivar, orientar y apoyar, cambiar de rumbo si es necesario, siempre enfocado en la búsqueda del alcance de metas no sólo para interés personal sino el bien común. Ese es un líder efectivo o al menos es la idea que se tiene de lo que debe ser un líder efectivo.

Definitivamente un grupo es el que le otorga el estilo, el control y el poder a un líder. Y esto tiene que ver también con las características de cada uno de los integrantes de del grupo. Tenemos que tomar en cuenta que puede haber más líderes dentro del mismo grupo, y saber identificarlos y darles su lugar permite dar garantía que cualquier actividad será llevada a buen término. Es por ellos la importancia de que un líder mantenga una relación sana y armoniosa con los miembros del grupo. La inteligencia emocional, que no es más que esa habilidad de saber identificar, gestionar y canalizar emociones es esa herramienta que le permitirá a cualquier líder obtener efectos positivos en las relaciones de trabajo que establezca.

Un líder nunca debe dejar de aprender, estar en constante aprendizaje le permitirá tener perspectivas y diferentes opciones al momento de tomar decisiones y en la misma medida debe aprender a enseñar el cómo hacer para establecer esa congruencia y coherencia en el pensar, decir y hacer. Aunado a esto, respetar los ideales y valores culturales del grupo donde se desenvuelve le ayudará a lograr la pertinencia y cohesión del grupo que dirige impactando directamente en un alto nivel de colaboración.

Robbins (2004), indicó que el liderazgo es “la capacidad de influir en un grupo para que se logren las metas propuestas en una organización”. Influir sobre otras personas se ha dado en diferentes formas a través del tiempo, entre ellas está aquel líder que inspira a otros a cambiar para el bien común.

Más allá de si un líder nace o se hace, considero que es importante que aquel que toma el papel debe aprender reconocer fortalezas y debilidades a través del autoconocimiento personal. Un líder centrado en su grupo es la brújula principal de un camino a seguir de manera responsable apegado a una ética que le permitirá equilibrar su interés particular con los intereses de su equipo promoviendo el intercambio público y de opinión. 

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