COMPAÑEROS DE CUARTO

COMPAÑEROS DE CUARTO

MARIANA

Usted vive en un departamento de dos dormitorios y un baño cerca a la Universidad, el cual comparte con su amigo Javier. Ambos están en el segundo año de universidad, y se conocieron a través de amigos comunes. Hace como cuatro meses que se mudaron a Miraflores, firmando ambos un contrato de alquiler por un año. La renta que ambos se comprometieron a compartir es de US 400.00 mensuales. ($ 200 cada uno).

En los últimos meses, han tenido algunos problemas propios de la convivencia, pero lo que sucedió la última semana ha colmado su paciencia. En los últimos 4 meses, Javier le pedía su mitad de la renta ($200), y luego enviaba el pago a los dueños del departamento. No está seguro(a) porqué es que Javier insistió en utilizar este sistema para pagar el alquiler, pero usted aceptó hacerlo a su manera a fin de evitar innecesarias fricciones. La última semana, puso su parte dentro de un sobre en el sitio usual, encima del escritorio de Javier, dos días antes del vencimiento del alquiler.

Sin embargo, ayer recibió una notificación de los propietarios dirigida a ambos, en la que indicaban que como habían pagado sólo la mitad de la renta, les iban a cobrar una multa de US 10.00 por día, conforme lo señala el contrato. Indican que ellos no tienen porqué cobrarle a cada uno, y que ambos son responsables por la renta en su totalidad. El cargo normal por mora en el pago es de US 20.00 diarios, pero como quiera que habían pagado la mitad de la renta, sólo les cobrarían US 10.00 por día, lo que hacía al día de ayer un total de US 70 (han pasado 7 días).

No puede creer lo que ha pasado. ¿Por qué es que Javier no envió el dinero? ¿Lo habría hecho a propósito? Esto nunca había sucedido. Se estaba sintiendo realmente molesta sobre esta situación y se fue a la biblioteca para tranquilizarse antes de hablar con Javier por la noche. Ya en la biblioteca, estuvo pensando sobre la situación del departamento: Javier anda dando vueltas todo el día desparramando sus cosas por donde pasa. Ya le ha sucedido que ha tenido que salir a la biblioteca o a la casa de otros amigos para poder estudiar. Ya ni siquiera usa la cocina para no tener problemas con Javier. El cree que todo se tiene que hacer a su manera, y usted ha aceptado esto pero lo que acaba de suceder ha sido el colmo.

Anoche, cuando regreso a casa, Javier ya se había acostado. Usted sospechó que lo había hecho para evitar la confrontación. Tocó a su puerta y le mencionó que los dos debían conversar sobre lo que había sucedido porque de lo contrario otro día pasaría y tendrían que pagar otros US 10.00 en penalidades. Al principio Javier no contestó su llamada. Javier empezó a gritar diciendo que tenía un examen parcial al día siguiente y que estaba perdiendo sus horas de sueño. Aparentemente, Javier había esperado hasta el último minuto para estudiar para el examen y había tenido que repasar todo esa noche.

Cuando él terminó de gritar y usted pudo decir algo, le explicó lo de la carta de los propietarios y el recargo por el atraso en el pago, a lo que Javier dijo que ese no era su problema y que usted debería solucionarlo por su cuenta. Esto la puso realmente furiosa. Le preguntó a Javier por qué no había tomado el sobre que hacía una semana le había dejado para el alquiler. Javier dijo que no había visto ningún sobre en la mesa. Usted le respondió que probablemente el sobre estaba enterrado bajo todos los papeles y basura que tenía sobre su escritorio. Javier dijo que no le importaba y que el tema estaba en sus manos, y añadió “de ninguna manera voy a pagar la multa por el atraso en tu pago”.

En este punto de la discusión, usted se acercó al escritorio de Javier en la sala y luego de rebuscar en el desorden (periódicos viejos, platos de comida, cajas de pizza y papeles), encontró el sobre con el cheque adentro. Tomó el sobre y lo llevó donde Javier diciéndole “acá está el cheque que ha estado sobre tu escritorio por más de una semana. Esto demuestra que fuiste negligente, y que si alguien va a pagar los cargos por el atraso en el pago vas a ser tú”. Lo único que Javier respondió fue “olvídalo, de ninguna manera lo voy a hacer”.

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