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Andalucía


Enviado por   •  16 de Mayo de 2014  •  1.548 Palabras (7 Páginas)  •  170 Visitas

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INTRODUCCIÓN

El español andaluz posee determinados rasgos respecto al español del resto de España. La presencia árabe en esta región duró 781 años, con lo que las peculiaridades del andaluz podrían deberse al influjo del árabe, presente en la identidad cultural andaluza. A estas razones históricas y culturales vienen a sumarse otras de tipo fonético, por ejemplo en la presencia masiva en andaluz de una pronunciación aspirada, que afecta tanto a la propia consonante “h” derivada de una antigua f- inicial latina, como a las consonantes j y g (geranio, jirafa), como a la consonante -s a final de sílaba o palabra, que hacen pensar en semejanzas con las consonantes del árabe (andaluces/andaluceh). Estas circunstancias de semejanza fónica llevaron a que en los primeros años de la transición política que siguió al régimen de Franco, ciertas actitudes nacionalistas buscaron distanciarse de Madrid también en lo lingüístico y sin mucho éxito empezaron a inventar una especie de “lengua andalusí aljamiada”, que era una especie de jerigonza de base andaluza y sobrecargada de arabismos. Todos los rasgos típicos del andaluz están documentados también fuera de Andalucía. Se trata de un dialecto en el que compiten dos fuerzas: una innovadora y otra conservadora. Es un dialecto que se pronuncia de forma muy relajada a consecuencia de una pereza articulatoria.

ORIGEN Y EVOLUCIÓN

Después de la desintegración del Califato en Reinos de Taifas, cuando se instauran los imperios beréberes, a partir del siglo XI, la lengua árabe acaba extendiéndose como de uso general en toda la España islámica. Otro factor que se ha de tener en cuenta es la forma en que se fue produciendo el proceso de la Reconquista, el progresivo avance territorial hacia el Sur de los reinos cristianos del Norte.

A medida que se iba produciendo la conquista del territorio musulmán, los árabes iban emigrando a otros territorios todavía islámicos. Cuando en 1248 las tropas castellanas de Fernando III, conquistaron la ciudad de Sevilla, toman posesión de una ciudad prácticamente vacía, puesto que los pocos musulmanes que todavía quedaban en la ciudad lo abandonaron masivamente durante la noche anterior a la entrada de los cristianos. El proceso de repliegue de la población musulmana hizo que quedaran dentro de las fronteras, unificados más tarde bajo los Reyes Católicos, muy pocos restos de población de origen musulmana, eran los llamados moriscos, que permanecieron en Levante y en el reino granadino. Con todos estos hechos no podemos negar la profunda huella lingüística que hoy nos queda, pero esa profunda huella actual afecta a su variedad andaluza. Hoy día, los hispanohablantes disponemos de más de trescientos términos de origen árabe, pero no hay un número significativamente mayor de arabismos de uso específico en Andalucía.

El andaluz ha estado en continua evolución desde el siglo XIII hasta prácticamente nuestros días, el origen de sus principales peculiaridades hay que buscarlo en el último gran reajuste fonético que dio paso, desde el castellano medieval, al español moderno: es lo que podríamos denominar la «revolución consonántica del siglo XVI». En torno a este siglo se produce un gigantesco proceso de simplificación del consonantismo del castellano, que dará lugar al nacimiento de las dos grandes ramas dialectales del español moderno: el español castellano y el español atlántico, cuyo representante dentro de la Península es el andaluz.

El andaluz no deriva, por tanto, del castellano moderno, sino que ambos, andaluz y castellano moderno derivan de un tronco común, que es el castellano medieval.

La evolución de los rasgos generales del andaluz

La revolución consonántica del siglo XVI supone un paso evolutivo que contribuyó a separar el castellano de otras lenguas peninsulares derivadas del latín y se podría resumir en los siguientes fenómenos:

1. Se pierde la diferente pronunciación de las consonantes “b” y “v”, y se pronuncian del mismo modo, como oclusivas sordas (Vaca/baca)

2. Se pierden las diferentes pronunciaciones de “c” y “z”, que pasan a pronunciarse todas como “c”, aproximadamente con el fonema /ts/ (cerilla/zapato) C frente “a, o, u” es como /k/, frente a “i, e” es como /z/.

3. Se pierde la diferencia entre “s” sorda y “s” sonora. A partir de este momento, se escriba simple o doble, suena sorda. (Salmorejo/andaluces)

4. Se pierde la diferencia entre las consonantes “g”, “j” y “x”. G y J serían diferentes entre vocales y la X se pronunciaría como sh (Geranio/jirafa/xilófono)

En un segundo momento, las consonantes denominadas sibilantes se reajustan de la siguiente manera:

1. Las consonantes “c” y “z” adelantan su punto de articulación y se interdentalizan: “Plaça” se convierte en “plaza”.

2. La consonante “x” pasa a tener algunas fonologías con j> dixo>dijo.

3. La consonante “s” se pronuncia apoyando el ápice de la

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