Antologia De Sorjuana Ines De La Cruz
xtlalokx7 de Octubre de 2012
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I N D I C E
DEDICATORIAS -------------------------------------------------------- 1
PRÒLOGO ---------------------------------------------------------------- 2
REDONDILLAS -------------------------------------------------------- 3
LA SENTENCIA DEL JUSTO ------------------------------------------------ 4
A UNA ROSA ---------------------------------------------------------------- 4
TEME QUE SU AFECTO PAREZCA ----------------------------------------- 5
AMOR IMPOTUNO -------------------------------------------------------- 6
ORACIÒN TRADUCIDA DEL LATIN ----------------------------------------- 7
NACIMIENTO DE CRISTO ------------------------------------------------ 8
ANTE LA AUSENCIA -------------------------------------------------------- 9
DIA DE COMUNIÒN -------------------------------------------------------- 9
LETRAS PARA CANTAR------------------------------------------------------- 10
DETENTE SOMBRA -------------------------------------------------------- 10
PUES ESTOY CONDENADA ------------------------------------------------ 11
ESTA TARDE MI BIEN ------------------------------------------------ 11
ESTOS VERSOS LECTOR MIO ----------------------------------------- 12
DIME VENCEDOR RAPAZ ------------------------------------------------ 13
COGIÓME SIN PREVENCIÓN ----------------------------------------- 14
ESTE AMOROSO TORMENTO ----------------------------------------- 15
VERDE EMBELESO --------------------------------------------------------- 15
EXCUSÁNDOSE DE UN SILENCIO... ----------------------------------------- 16
EXPRESA LOS EFECTOS DEL AMOR DIVINO ------------------------------- 17
YA QUE PARA DESPEDIRME ------------------------------------------------ 18/19
DEDICATORIAS
Esta obra fue posible gracias al apoyo de mi profesora de la materia de español, ya que gracias a ella estoy aprendiendo lo que es una antología.
También quiero agradecer al apoyo de mis papás, porque que gracias a su impulso y a sus consejos estoy logrando terminar mi secundaria.
Pero especialmente quiero dedicarla a mi mamá que siempre me está presionando y dando consejos para que aproveche mis estudios y valore la oportunidad que tengo de poder seguir estudiando, ya que gracias a esto estoy logrando finalizar una etapa más de mi vida.
PRÒLOGO
Los poemas que aquí que se presentan en esta antología son muy hermosos y muestran la abundancia de ilusiones que ella tenía, así como probablemente sus amores y desamores, también de alguna forma muestra la injusticia a la mujer.
Aquí presento obras extraordinarias en las cuales ella nos da a conocer tal vez lo que pudieron pasar algunas mujeres o incluso pudo pasar en su vida propia y no dudo que Sor Juana haya escrito algunos poemas quizás cuando ella se enamoro y esto probablemente lo refleje en su soneto de “Este amoroso tormento”, ya que en este nos refleja lo que siente en su corazón y no sabe porque lo siente. O como es el poema de “Redondillas” en el cual habla de los hombres que son necios y acusan a la mujer sin tener razón alguna, cuando son ellos los causantes de que ellas actúen mal. Y que decir de este poema de “A una rosa”, que como sabemos una rosa siempre nos habla del amor.
El propósito de elaborar esta antología es porque quise saber más de Sor Juana Inés de la Cruz, el saber que ella fue una monja quien en su tiempo recibió altos honores por su poesía popular y que hasta la fecha es considerada como la mejor poetisa mexicana, me llamo la atención, ya que de alguna forma considero que ella gracias a sus ideas y por medio de su talento aprovecho la oportunidad para expresar sus ideas, ya que como sabemos en su época había mucha discriminación hacía la mujer.
REDONDILLAS
Hombres necios que acusáis
a la mujer, sin razón,
sin ver que sois la ocasión
de lo mismo que culpáis;
si con ansia sin igual
solicitáis su desdén,
por qué queréis que obren bien
si las incitáis al mal?
Combatís su resistencia
y luego, con gravedad,
decís que fue liviandad
lo que hizo la diligencia.
Parecer quiere el denuedo
de vuestro parecer loco,
al niño que pone el coco
y luego le tiene miedo.
Queréis, con presunción necia,
hallar a la que buscáis
para prentendida, Thais,
y en la posesión, Lucrecia.
¿Qué humor puede ser más raro
que el que, falto de consejo,
él mismo empaña el espejo
y siente que no esté claro?
Con el favor y el desdén
tenéis condición igual,
quejándoos, si os tratan mal,
burlándoos, si os quieren bien.
Opinión, ninguna gana,
pues la que más se recata,
si no os admite, es ingrata,
y si os admite, es liviana.
Siempre tan necios andáis
que, con desigual nivel,
a una culpáis por cruel
y a otra por fácil culpáis.
¿Pues como ha de estar templada
la que vuestro amor pretende?,
¿si la que es ingrata ofende,
y la que es fácil enfada?
Mas, entre el enfado y la pena
que vuestro gusto refiere,
bien haya la que no os quiere
y quejaos en hora buena.
Dan vuestras amantes penas
a sus libertades alas,
y después de hacerlas malas
las queréis hallar muy buenas.
¿Cuál mayor culpa ha tenido
en una pasión errada:
la que cae de rogada,
o el que ruega de caído?
¿O cuál es de más culpar,
aunque cualquiera mal haga;
la que peca por la paga
o el que paga por pecar?
¿Pues, para qué os espantáis
de la culpa que tenéis?
Queredlas cual las hacéis
o hacedlas cual las buscáis.
Dejad de solicitar,
y después, con más razón,
acusaréis la afición
de la que os fuere a rogar.
Bien con muchas armas fundo
que lidia vuestra arrogancia,
pues en promesa e instancia
juntáis diablo, carne y mundo
LA SENTENCIA DEL JUSTO
Firma Pilatos la que juzga ajena
Sentencia, y es la suya. ¡Oh caso fuerte!
¿Quién creerá que firmando ajena muerte
el mismo juez en ella se condena?
La ambición de sí tanto le enajena
Que con el vil temor ciego no advierte
Que carga sobre sí la infausta suerte,
Quien al Justo sentencia a injusta pena.
Jueces del mundo, detened la mano,
Aún no firméis, mirad si son violencias
Las que os pueden mover de odio inhumano;
Examinad primero las conciencias,
Mirad no haga el Juez recto y soberano
Que en la ajena firméis vuestras sentencias
A UNA ROSA
Rosa divina, que en gentil cultura
Eres con tu fragante sutileza
Magisterio purpúreo en la belleza,
Enseñanza nevada a la hermosura.
Amago de la humana arquitectura,
Ejemplo de la vana gentileza,
En cuyo ser unió naturaleza
La cuna alegre y triste sepultura.
¡Cuán altiva en tu pompa, presumida
soberbia, el riesgo de morir desdeñas,
y luego desmayada y encogida.
De tu caduco ser das mustias señas!
Con que con docta muerte y necia vida,
Viviendo engañas y muriendo enseñas.
TEME QUE SU AFECTO PAREZCA...
Señora, si la belleza
Que en vos llego a contemplar
Es bastante a conquistar
La más inculta dureza,
¿Por qué hacéis que el sacrificio
Que debo a vuestra luz pura
Debiéndose a la hermosura
Se atribuya al beneficio?
Cuando es bien que glorias cante,
De ser vos, quien me ha rendido,
¿Queréis que lo agradecido
Se equivoque con lo amante?
Vuestro favor me condena
A otra especie de desdicha,
Pues me quitáis con la dicha
El mérito de la pena.
Si no es que dais a entender
Que favor tan singular,
Aunque se puede lograr,
No se puede merecer.
Con razón, pues la hermosura
Aun llegada a poseerse,
Si llega a merecerse,
Dejara de ser ventura.
Que estar un digno cuidado
Con razón correspondido,
Es premio de lo servido,
Y no dicha de lo amado.
Que dicha se ha de llamar
Sólo la que, a mi entender,
Ni se puede merecer,
Ni se pretende alcanzar.
Ya que este favor excede
Tanto a todos, al lograrse,
Que no sólo no pagarse,
Mas ni agradecer se puede.
Pues desde el dichoso día
Que vuestra belleza vi,
Tal del todo me rendí,
Que no me quedó acción mía.
Con lo cual, señora, muestro,
y a decir mi amor se atreve,
Que nadie pagaros debe,
Que vos honréis lo que es vuestro.
...