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Autobiografias


Enviado por   •  29 de Abril de 2015  •  3.827 Palabras (16 Páginas)  •  163 Visitas

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Autobiografía de Benito Juárez

Mi nombre es Benito Pablo Juárez García, de nacionalidad mexicano. Soy un indígena zapoteco nacido en San Pablo Gualato, Oaxaca, el 21 de marzo de 1806. Por mi propia iniciativa y empeño pude iniciar mi preparación académica y culminarla con éxito.

“Entre los individuos como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz”.

Benito Juárez

Estudie derecho en el “Instituto de Ciencias y Artes de la ciudad de Oaxaca”, en donde me fue otorgado el título profesional como Abogado. Adicionalmente fui gobernador de Oaxaca, secretario de gobernación, de justicia y presidente de la suprema corte de justicia de la nación. Ostentaba ese cargo cuando en 1858 asumí la presidencia de México en sustitución de Ignacio Comonfort.

Hacia el año de 1859, en pleno conflicto con las fuerzas conservadoras, pero con el apoyo de destacados liberales en su gobierno, promulgué “Las Leyes De Reforma”, que estipulaban la separación de la iglesia y el estado, y la nacionalización de bienes eclesiásticos. Una vez superada la guerra civil, toco a mi gobierno hacer frente a la “Intervención Francesa” y el imperio de Maximiliano de Habsburgo, entre 1862 y 1867. Mi entereza se volvió el símbolo de una resistencia nacional que al final triunfo sobre los invasores extranjeros.

Aqui estoy, dispuesto a escribir, a la edad de sesenta y siete años, algo asi como mi propia necrologia. [...]

Siendo todavia un joven bastante precoz me percate vivamente de la futilidad de las esperanzas y anhelos que persiguen sin tregua a la mayoria de los hombres a traves de la vida. Pronto descubri, ademas, la crueldad de esa persecucion, que en aquellos años estaba encubierta mucho mas cuidadosamente que hoy por la hipocresia y las palabras deslumbrantes. La mera existencia del estomago condenaba a cada cual a participar en esa persecucion. Ademas, tal participacion hacia posible satisfacer al estomago, mas no al hombre, en tanto que ser pensante y sentiente. Como primera salida estaba la religion, implantada en todos los niños por medio de la maquina tradicional de la educacion. Asi fue como llegue -Pese al hecho de que era hijo de unos padres (judios) completamente irreligiosos- a una onda religiosidad, que sin embargo, alcanzo un abrupto fin a la edad de doce años. A travez de la lectura de libros de divulgacion cientifica alcance pronto la conviccion de que mucho de lo que decian los relatos de la Biblia no podia ser cierto. La consecuencia fue una mentalidad librepensadora rayana en lo fanatico, unida a la impresion de que el Estado miente intencionadamente a la juventud; fue una impresion demoledora. De esta vivencia nacio un sentimiento de recelo contra cualquier clase de autoridad, una actitud esceptica frente a las convicciones que prevalecian en cualquier medio social especifico, una actitud que ya jamas volveria a abandonarme , aunque mas tarde, perdio algo de su primitiva virulencia.

Se muy bien que el paraiso perdido de la juventud, perdido de esta forma, fue un primer intento de liberarme de las cadenas de lo meramente personal, de una existencia dominada por deseos, esperanzas y sentimientos primitivos. Ahi afuera estaba ese inmenso mundo que existe independientemente de los hombres y que se alza ante nosotros como un eterno y gran enigma, al menos parcialmente accesible a la inspeccion y al pensamiento humanos. La contemplacion de este mundo actuaba como una liberacion, y pronto observe que mas de un hombre a quien yo habia llegado a estimar y admirar habia encontrado la libertad y seguridad internas a traves de una devota dedicacion a el. La aprehension mental de este mundo extrapersonal dentro del marco de las posibilidades existentes flotaba, medio consciente, medio inconscientemente, como la mas alta meta ante los ojos de mi mente. Hombres -del presente y del pasado- con motivaciones similares, junto con las ideas y concepciones por ellos logradas, eran amigos que no podian perderse. El camino a este paraiso no era tan comodo ni tan seductivo como el camino al paraiso religioso, pero ha demostrado ser digno de confianza y nunca me he arrepentido de haberlo escogido. [...]

¿Que es en realidad pensar? Cuando, como consecuencia de la recepcion de impresiones sensoriales, surgen imagenes de la memoria, esto aun no es pensar. Cuando tales imagenes forman series, cada uno de cuyos miembros provoca la aparicion de otro, tampoco esto es pensar. Mas cuando una de aquellas imagenes se repite una y otra vez en muchas de esas series, entonces dicha imagen se convierte, en virtud de su recurrencia, en un elemento ordenador al conectar entre si series que de suyo no guardan relacion alguna. Un elemento tal se convierte en herramienta, en concepto. Pienso que la transicion de la libre asociacion o soñar al pensar viene caracterizada por el papel mas o menos dominante que en ello desempeñe el concepto. En realidad no es necesario que un concepto vaya ligado a un signo sensorialmente perceptible y reproducible (palabra); pero si de hecho lo esta, entonces el pensamiento se torna comunicable.

¿Con que derecho -preguntara el lector- opera este hombre tan despreocupada y primitivamente con ideas pertenecientes a una esfera tan problematica, sin hacer el minimo esfuerzo por demostrar nada? He aqui mi defensa: todo nuestro pensar es de esta naturaleza, un juego libre de conceptos; la justificacion de este juego radica en la medida en que, con ayuda de aquel, somos capaces de abarcar la experiencia de los sentidos. El concepto de verdad no se puede aplicar todavia a una estructura tal; para mi pensamiento este concepto no puede entrar en consideracion en tanto no se tenga a mano previamente un profundo acuerdo (convencion) relativo a los elementos y reglas del juego.

Para mi no hay duda alguna de que el pensar se desarrolla en su mayor parte sin el uso de signos (palabras), y por encima de ellos y en un grado considerable, de una forma inconsciente. ¿Pues como puede ocurrir, si no, que a veces nos extrañamos espontaneamente ante un suceso determinado? Este extrañarse parece surgir alli donde un determinado suceso entra en conflicto con un mundo conceptual suficientemente fijado en nosotros. Cuando este conflicto es vivido dura e intensivamente repercute de un modo decisivo sobre nuestro mundo de pensamientos. El desarrollo de este mundo de pensamientos es en cierto modo una huida continua al extrañarse.

Una extrañeza de esta indole fue la que experimente de niño, cuando mi padre me mostro una brujula. El hecho de que esa aguja se comportara de una manera tan determinada no cuadraba

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