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BODAS DE SANGRE

Ladisi0821 de Enero de 2014

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Bodas de Sangre (1932) y Yerma (1934), dos obras quie reflejan al dramaturgo Lorca en todo su esplendor. Estrenada la primera en el teatro Beatriz de Madrid, la segunda será parte de una triología triunfal durante su estancia en Buenos Aires. Completan el volumen diversos testimonios y entrevistas al autor, que hacen referencia a estas obras.

FEDERICO GARCÍA LORCA

Bodas de sangre - Yerma

Sinopsis

Bodas de Sangre (1932) y Yerma (1934), dos obras quie reflejan al dramaturgo Lorca en todo su esplendor. Estrenada la primera en el teatro Beatriz de Madrid, la segunda será parte de una triología triunfal durante su estancia en Buenos Aires. Completan el volumen diversos testimonios y entrevistas al autor, que hacen referencia a estas obras.

©1934, García Lorca, Federico ISBN: 9788423914906

Generado con: QualityEbook v0.60

FEDERICO GARCÍA LORCA

BODAS DE SANGRE - YERMA

BODAS DE SANGRE - YERMA (1932 − 1934) Federico García Lorca ÍNDICE

BODAS DE SANGRE

Personajes 3

ACTO PRIMERO

Cuadro Primero-4

Cuadro Segundo-12

Cuadro Tercero-19

ACTO SEGUNDO

Cuadro Primero-27

Cuadro Segundo-40

ACTO TERCERO

Cuadro Primero-53

Cuadro Último-65

YERMA

Personajes 73

ACTO PRIMERO

Cuadro Primero-74

Cuadro Segundo-83

ACTO SEGUNDO

Cuadro Primero-92

Cuadro Segundo-99

ACTO TERCERO

Cuadro Primero-109

Cuadro Segundo-115

BODAS DE SANGRE

Tragedia en tres actos y siete cuadros Personajes

LA MADRE

LA NOVIA

LA SUEGRA

LA MUJER DE LEONARDO

LA CRIADA

LA VECINA

MUCHACHAS

LEONARDO

EL NOVIO

EL PADRE DE LA NOVIA

LA LUNA

LA MUERTE (como mendiga) LEÑADORES

MOZOS

Acto Primero

CUADRO Primero (Habitación pintada de amarillo.) NOVIO (Entrando.) Madre.

MADRE

¿Qué?

NOVIO

Me voy.

MADRE

¿Adónde?

NOVIO

A la viña. (Va a salir.) MADRE

Espera.

NOVIO

¿Quiere algo?

MADRE

Hijo, el almuerzo.

NOVIO

Déjelo. Comeré uvas. Deme la navaja.

MADRE

¿Para qué?

NOVIO (Riendo.) Para cortarlas.

MADRE (Entre dientes y buscándola.) La navaja, la navaja... Malditas sean todas y el bribón que las inventó.

NOVIO

Vamos a otro asunto.

MADRE

Y las escopetas y las pistolas y el cuchillo más pequeño, y hasta las azadas y los bieldos de la era.

NOVIO

Bueno.

MADRE

Todo lo que puede cortar el cuerpo de un hombre. Un hombre hermoso, con su flor en la boca, que sale a las viñas o va a sus olivos propios, porque son de él, heredados...

NOVIO (Bajando la cabeza) Calle usted.

MADRE

... y ese hombre no vuelve. O si vuelve es para ponerle una palma encima o un plato de sal gorda para que no se hinche. No sé cómo te atreves a llevar una navaja en tu cuerpo, ni cómo yo dejo a la serpiente dentro del arcón.

NOVIO

¿Está bueno ya?

MADRE

Cien años que yo viviera, no hablaría de otra cosa. Primero tu padre; que me olía a clavel y lo disfruté tres años escasos. Luego tu hermano. ¿Y es justo y puede ser que una cosa pequeña como una pistola o una navaja pueda acabar con un hombre, que es un toro? No callaría nunca. Pasan los meses y la desesperación me pica en los ojos y hasta en las puntas del pelo.

NOVIO (Fuerte.) ¿Vamos a acabar?

MADRE

No. No vamos a acabar. ¿Me puede alguien traer a tu padre? ¿Y a tu hermano? Y luego el presidio. ¿Qué es el presidio? ¡Allí comen, allí fuman, allí tocan los instrumentos! Mis muertos llenos de hierba, sin hablar, hechos polvo; dos hombres que eran dos geranios... Los matadores, en presidio, frescos, viendo los montes...

NOVIO

¿Es que quiere usted que los mate?

MADRE

No... Si hablo es porque... ¿Cómo no voy a hablar viéndote salir por esa puerta? Es que no me gusta que lleves navaja. Es que... que no quisiera que salieras al campo.

NOVIO (Riendo.) ¡Vamos!

MADRE

Que me gustaría que fueras una mujer. No te irías al arroyo ahora y bordaríamos las dos cenefas y perritos de lana.

NOVIO (Coge de un brazo a la MADRE y ríe.) Madre, ¿y si yo la llevara conmigo a las viñas?

MADRE

¿Qué hace en las viñas una vieja? ¿Me ibas a meter debajo de los pámpanos?

NOVIO (Levantándola en sus brazos.) Vieja, revieja, requetevieja.

MADRE

Tu padre sí que me llevaba. Eso es buena casta. Sangre. Tu abuelo dejó un hijo en cada esquina. Eso me gusta. Los hombres, hombres; el trigo, trigo.

NOVIO

¿Y yo, madre?

MADRE

¿Tú, qué?

NOVIO

¿Necesito decírselo otra vez?

MADRE (Seria.) ¡Ah!

NOVIO

¿Es que le hace mal?

MADRE

No.

NOVIO

¿Entonces?

MADRE

No lo sé yo misma. Así, de pronto, siempre me sorprende. Yo sé que la muchacha es buena.

¿Verdad que sí? Modosa. Trabajadora. Amasa su pan y cose sus faldas, y siento sin embargo, cuando la nombro, como si me dieran una pedrada en la frente.

NOVIO

Tonterías.

MADRE

Más que tonterías. Es que me quedo sola. Ya no me quedas más que tú y siento que te vayas.

NOVIO

Pero usted vendrá con nosotros.

MADRE

No. Yo no puedo dejar aquí solos a tu padre y a tu hermano. Tengo que ir todas las mañanas, y si me voy es fácil que muera uno de los Félix, uno de la familia de los matadores, y lo entierren al lado. ¡Y eso sí que no! ¡Ca! ¡Eso sí que no! Porque con las uñas los desentierro y yo sola los machaco contra la tapia.

NOVIO (Fuerte.) Vuelta otra vez

MADRE

Perdoname. (Pausa.)¿Cuánto tiempo llevas en relaciones?

NOVIO

Tres años. Ya pude comprar la viña.

MADRE

Tres años. ¿Ella tuvo un novio, no?

NOVIO

No sé. Creo que no. Las muchachas tienen que mirar con quién se casan.

MADRE

Sí. Yo no miré a nadie. Miré a tu padre, y cuando lo mataron miré a la pared de enfrente. Una mujer con un hombre, y ya está.

NOVIO

Usted sabe que mi novia es buena.

MADRE

No lo dudo. De todos modos siento no saber cómo fue su madre.

NOVIO

¿Qué mas da?

MADRE (Mirándolo.) Hijo.

NOVIO

¿Qué quiere usted?

MADRE

¡Que es verdad! ¡Que tienes razón! ¿Cuándo quieres que la pida?

NOVIO (Alegre) ¿Le parece bien el domingo?

MADRE (Seria.) Le llevaré los pendientes de azófar, que son antiguos, y tú le compras...

NOVIO

Usted entiende más...

MADRE

Le compras unas medias caladas, y para ti dos trajes... ¡Tres! ¡No te tengo más que a ti!

NOVIO

Me voy. Mañana iré a verla.

MADRE

Sí, sí, y a ver si me alegras con seis nietos, o los que te dé la gana, ya que tu padre no tuvo lugar de hacérmelos a mí.

NOVIO

El primero para usted.

MADRE

Sí, pero que haya niñas. Que yo quiero bordar y hacer encaje y estar tranquila.

NOVIO

Estoy seguro de que usted querrá a mi novia.

MADRE

La querré. (Se dirige a besarlo y reacciona.) Anda, ya estás muy grande para besos. Se los das a tu mujer. (Pausa. Aparte.) Cuando lo sea.

NOVIO

Me voy.

MADRE

Que caves bien la parte del molinillo, que la tienes descuidada.

NOVIO

¡Lo dicho!

MADRE

Anda con Dios. (Vase el Novio. La MADRE queda sentada de espaldas a la puerta.

Aparece en la puerta una Vecina vestida de color oscuro, con pañuelo a la cabeza.) Pasa.

VECINA

¿Cómo estás?

MADRE

Ya ves.

VECINA

Yo bajé a la tienda y vine a verte. ¡Vivimos tan lejos!...

MADRE

Hace veinte años que no he subido a lo

...

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