Carlos Fuentes Vida Y Obra
juancarlosk0115 de Octubre de 2012
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La presencia de la ausencia: Carlos Fuentes (1928-2012)
El autor de Aura y La región más transparente detiene el vuelo, pero la magnificencia de su obra le otorga una presencia perpetua.
Por Elsa Moreno Damián
La muerte es un espacio sin fin
Carlos Fuentes
Letra por letra, palabra por palabra, Carlos Fuentes (1928-2012) construyó mediante excepcional talento un importante sitio en el universo literario. El martes 15 de mayo los medios de información anunciaron su repentino fallecimiento. La funesta noticia deja un sabor amargo, duele, las letras se visten de luto, México y el mundo resienten su ausencia.
Vivió para escribir, escribió para deslumbrar, encontró su identidad en la literatura. Se le recuerda como el erudito, el hombre crítico comprometido con su tiempo, el ensayista de análisis profundo y prosa elegante. Existió por y para la renovación de las palabras y es a través de ellas que vive. Cuando recrea el sentimiento del amor en su libro En esto creo, publicado en el 2002, afirma: “es como los ríos ocultos y los surtidores sorpresivos de Yucatán. Nuestras vidas se asemejan a veces a infinitos abismos que no tendrían fin si en el hecho mismo del vacío no corriese un río, plácido y navegable a veces, ancho o estrecho, precipitado otras, pero, siempre, abrazo de agua que nos impide desaparecer para siempre en la vastedad de la nada” .
Fuentes partió en una fecha emblemática: el día del maestro, porque eso fue: el maestro de la literatura, el que delineó pensamientos, el que formó escritores. Ignacio Solares apuntó “yo leía literatura francesa o estadunidense en malas traducciones y, de repente, en un suplemento México en la cultura, que dirigía Fernando Benitez, ví un fragmento de La región más transparente: con ese libro aprendí que también se podía hacer una gran literatura en México. Con eso me hice escritor”.
Narrador inagotable, Carlos Fuentes dejó tras de sí una inconmensurable obra, su vasta prosa incluye novelas que ya forman parte de la literatura clásica, tal es el caso de La región más transparente (1958), La muerte de Artemio Cruz (1962) y Aura (1962), de la anterior el poeta Hugo Gutiérrez Vega, dijo al periódico La Jornada: “es una novela corta, genial en muchos aspectos, una obra de arte”. Su primer libro Los días enmascarados se publicó en 1954 y desde entonces, el tintero no tuvo descanso.
Escribió guiones para cine y fue un fiel amante del periodismo y la historia; magistralmente abarcó el género del ensayo y el cuento. Otras de sus obras más importantes son: Las buenas conciencias (1959), Cantar de ciegos (1964), Cambio de piel (1967), Terra nostra (1975), Agua quemada (1981), Gringo viejo (1985), Cristóbal Nonato (1987), La campaña (1990), El espejo enterrado (1992), La frontera de cristal (1995), Los años con Laura Díaz (1999), En esto creo (2002) y La Silla del águila (2003), entre otras.
Su pluma desconocía la fatiga, da constancia Personas, libro que saldrá a la venta el próximo mes y cuya promoción ya estaba planeando. Como el mismo escritor señaló tener siempre un proyecto, ya lo estaba esperando otro libro, su última novela: Federico en su balcón, una conversación imaginaria con Nietzsche, la cual se presentaría el mes de noviembre en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara. Además, en los próximos días aparecerá el libro El siglo que despierta, conversaciones de Fuentes con el expresidente chileno Ricardo Lagos, acerca de problemas de América Latina.
En el transcurso del camino no olvidó que la crítica forma parte de la construcción del pensamiento libre, y siendo un hombre congruente con sus ideas, resaltó la ignorancia de Enrique Peña Nieto, imperdonable para una persona que pretende ser presidente de México. Cuestionó con gran lucidez al sistema político mexicano, señaló que “la tradición de México
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