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Cartas


Enviado por   •  11 de Agosto de 2014  •  Informes  •  837 Palabras (4 Páginas)  •  180 Visitas

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En el mismo tiempo en el que educador enseña, el educando enseña al educador y ambos aprenden, la verdadera enseñanza se interrelaciona con el aprendizaje.

El educador debe estar dispuesto a enseñar tanto igual dispuesto a aprender, es

la verdadera actitud que un educador debe tomar “el profesor no es una computadora que lo sabe todo, sino es un ser programado para aprender” y este verdadero sentido de enseñar y aprender debe hacerse de forma abierta y critica.

Ya que al estudiar es una preparación y a su vez implica una lectura, Pero leer y el estudiar no es un ejercicio de memorización mecánica de ciertos fragmentos de texto.

Si no que se trata de un estudio y una lectura crítica, porque si no estaríamos repitiendo lo mismas ideas de todos los autores, no seriamos humanos si solo repetimos, seriamos maquinas en la que se almacenan solo conocimiento de una manera pasiva.

Segunda Carta: No permita que el miedo a la dificultad lo paralice.

Cerremos los ojos y pensemos en el miedo que alguna vez temimos en el pasado, por ejemplo nuestro primer día de clases como educadora, la cuestión de lo difícil, y el miedo que nos provoca.

La cuestión que aquí se planteada no es en negar el miedo, aun cuando el peligro que lo genera sea ficticio.

La cuestión que se presenta es la de no permitir que el miedo nos paralice o nos persuada fácilmente de desistir de enfrentar la situación desafiante sin lucha y sin esfuerzo.

El peor error más terrible es retroceder al primer obstáculo que se nos presente, el miedo es un derecho,

que nos exige valentía. Pero no debemos dejar que nos paralice en nuestra labor como educadores.

Tercera Carta: “Vine a hacer el curso de magisterio porque no tuve otra posibilidad”.

He escuchado en pláticas de personas mayores que si sus hijos no logran entrar a la universidad que ellos quieren, que entonces estudien para maestro, como si fuera la última opción y fuera una carrera sin importancia para quien no aspiraba a más.

Yo creo que todos alguna vez hemos escuchado decir estas palabras de la misma forma u otra, pero siempre con el mismo sentido.

La práctica educativa de la que hablamos no puede ser tomada como última opción para una persona que pretende iniciar una carrera profesional, por el contrario el ser educador es serio. Por qué tratamos y trabajamos con gente, con niños, que son seres humanos, en el que participamos en su formación como persona. Podemos ayudar al educando o perjudicarlo,

Podemos contribuir a su fracaso con nuestra incompetencia e irresponsabilidad. Pero también podemos ayudar con nuestra constante preparación y con el gusto de enseñar tomándolo con mucha seriedad y compromiso.

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