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Catalago


Enviado por   •  23 de Septiembre de 2015  •  Ensayos  •  2.159 Palabras (9 Páginas)  •  118 Visitas

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Profesor: Eliezer Camargo Flores

Alumna: Yanelly Flores López

Materia: Análisis Curricular

4° Semestre “E” LE’ 94

5 de julio de 2015

Decidí ser educadora. La elegí porque sé que a través de ella me realizo, a través de ella mi proyecto personal se hace realidad. Pude y puedo sentir, cada día, que los jóvenes tienen el secreto de la infinita juventud.

Es importante reconocer que el adolescente tiene la gran virtud de transmitir, a un trabajador de la educación, su energía y vitalidad, la cual se percibe y flota en el ambiente, y que en ciertos momentos va a influir para que el docente sienta un estímulo más, que le infunda nuevos ánimos para que su práctica educativa sea entusiasta, y no sea realizada de forma mecánica y conformista.

Elegí enseñar porque en cierto modo me permite ser solidaria, compartida, orientadora, motivadora, con aquel ser necesitado de apoyo constante.

Pues no cabe duda que en la educación estén las bases más profundas de la vida.

Ya lo dice el gran Platón: “con la buena educación, el hombre es una criatura mansa y divina; pero sin ella es el más feroz de los animales. La educación y la enseñanza mejoran a los buenos y hacen buenos a los malos”.

Considero que es un increíble desafío plantar semillas de inquietud y conocimiento e ir viéndolas crecer día a día, a lo largo de tres años, de generaciones que durante años ha formado parte de las filas de una institución educativa.

Despertando conciencias, incentivando mentes, recogiendo afectos, porque no, y a veces sinsabores.

Pues tratar con adolescentes no es una tarea fácil, es un reto que hay que enfrentar diariamente, con entusiasmo y decisión, consciente de que la lucha no va a ser fácil, y que aquí no va a ver vencidos, va a ver vencedores, con una sola consigna: la superación. La idea fija de conseguir metas, de diferente rumbo, pero encausadas a lograr la satisfacción de un objetivo común.

Al decidir ser maestra, estaba plenamente consciente de cuál iba a ser la labor, y el compromiso contraído, la tarea no es fácil, implica prepararse, hoy, mañana y siempre, con dedicación y esfuerzo, incluso en ocasiones, sacrificando el descanso y a los seres queridos que están a nuestro alrededor, la familia.

Estoy convencida de que mi formación como docente cubre distintas expectativas, tanto personales, profesionales, como sociales. Ser maestra es una tarea enriquecedora para quien la recibe y para quien la realiza.

Según Borrero, Alfonso (2003), “el Maestro es un mediador que dinamiza la consciencia creativa del educando, invitándolo al ejercicio profundo y responsable de su libertad. Ser reconocido como Maestro es el resultado de un maravilloso proceso, en el que se ha reconocido como Maestro es el resultado de un maravilloso proceso, en el que se ha aprendido con los estudiantes a realizarse como seres humanos integrales”.

Personalmente, puedo sentir que el prepararme como maestra de secundaria es un deseo de superación personal, un reto en la vida, que tal vez me propuse, cuando ya cubrí muchos años de servicio en una institución educativa, casi 25 años.

Sin embargo, considero que nunca es tarde para plantearse nuevos retos, nuevos desafíos en la vida del ser humano.

Aunque es indudable, que los seres humanos somos capaces de salir adelante, siempre y cuando así lo decidamos, no importando los descalabros que se vayan presentando, incluso, la serie de constantes obstáculos a vencer, los compromisos y las responsabilidades que giran alrededor de la labor desempeñada, de la preparación que día a día, durante seis años se va realizando, recopilando, como un granito de arena, que a lo largo del tiempo formará una montaña de satisfacciones, esfuerzos y sacrificios, siendo lo más importante la entrega a la docencia.

Las expectativas profesionales que me impulsan a prepararme como maestra, implican un deseo de superación constante, una satisfacción interna de buscar la respuesta a muchas interrogantes que se van planteando en el camino, y , que con el esfuerzo y dedicación de seis años de preparación, primero, y la aplicación de la docencia en el aula escolar, posteriormente, pueda encontrar.

Es necesario dejar claro que prepararse para maestro, es una gran encontrar.

Es necesario dejar claro que prepararse para maestro, es una gran responsabilidad, pero también un gran privilegio, con el cual la vida nos confía seres humanos que se encuentran en una etapa tan maravillosa, como difícil a la vez, la adolescencia, la cual según Hall, G. Stanley (1975) “es un renacimiento, pues rasgos humanos más elevados y completos surgen en ella. Nacen cualidades del cuerpo y del alma que son inéditas. El niño proviene de y retrocede a un pasado remoto”.

El maestro contribuye a la formación del educando, y en algunos casos a su perdición, ya que con una sola palabra mal dicha, mal acomodada, mal aplicada, podemos contribuir que ese ser en desarrollo y confusión tome decisiones que puedan afectarlo para toda su vida.

Es tan importante y determinante la influencia de un maestro sobre un alumno, que del cuidado y tacto, del sentir con el corazón y mente, del decir y el hacer que llevemos a cabo con el educando, dependerá su confianza hacia nosotros, de que, incluso se dé, una empatía tal, que permita un claro entendimiento, consiguiéndose que se cumpla el objetivo principal del estudiante, recopilar y aplicar ese cúmulo de saberes que un profesionista de la educación sea capaz de compartir.

Tener entre las manos la posibilidad de que los alumnos aprendan los conceptos de los saberes que impartimos, de que reciban una formación llena de valores como el respeto, la responsabilidad, la honestidad, la tolerancia, etc., que provoquen en el educando el deseo de aprender para honestidad, la tolerancia, etc., que provoquen en el educando el deseo de aprender para llegar a hacer algo en la vida, y por lo tanto logren sus objetivos tarde o temprano.

Como maestra quiero contribuir a plantar semillas de pensamientos positivos, progresistas, de entrega, de esfuerzo, de libertad, donde el joven estudiante aporte esas diferencias al mundo, que lo puedan llevar a ser mejor en todos los ámbitos de desarrollo. Haciendo énfasis en promover su formación y superación, la cual le permita superar retos y obstáculos, que lo lleven a ser reflexivo, analítico, crítico, entusiasta, líder, y claro, un ser humano con valores y actitudes que aplique en el entorno que lo rodea.

Mi propósito y gran preocupación es poder aportar a los estudiantes un ideal de vida, basado en la educación, enseñanza y aprendizaje, que les permita salir adelante en este mundo repleto de desafíos y retos constantes, donde el ser humano tendrá que ir bien equipado, con las herramientas que le permitan enfrentar la vida cotidiana, llevándolo al éxito, al cumplimiento de los objetivos, y por qué no, a lograr la plenitud en la vida, con una familia integrada y feliz.

Incluso, en el aspecto socio-afectivo, puedo sentir que mi trabajo es mucho, ya que he logrado encontrar en el ambiente educativo un buen acercamiento, sobre todo con el alumno.

No puedo detenerme a pensar que por un salario raquítico, no voy a apoyar en todo lo que se pueda a alguien que me necesita. Me queda bien claro que el apoyo que un mentor ofrezca al pueda a alguien que me necesita. Me queda bien claro que el apoyo que un mentor ofrezca al alumno adolescente, en el momento adecuado, logrará cambiar positivamente una decisión errónea que se haya tomado, y que evitará que aquél caiga en problemáticas sociales, como las drogas, el alcohol, puertas falsas, etc.

Que mediante mi aportación, el estudiante pueda desarrollarse como un ser con todas sus potencialidades, capacidades, habilidades, actitudes y destrezas, que hoy, en este mundo tan cambiante, necesita desarrollar.

Maestro y alumno aceptamos que debemos aprender a lo largo de todo nuestro ciclo vital, que la estructura de los sistemas educativos está sometida a nuevas exigencias, nuestras sociedades son cada vez más cambiantes, y es necesario ir acorde con los avances tecnológicos que se presentan día con día, y que no nos permiten quedarnos atrás. La educación permanente, la articulación estrecha entre educación y trabajo, los mecanismos de acreditación de saberes, etc. son algunos de los nuevos problemas y desafíos que la educación debe enfrentar en este siglo XXI.

Es así que la profesión docente es una de las más complejas y que por tanto requiere de un compromiso personal muy profundo del individuo que quiera llevar consigo el título de MAESTRO.

SUGERENCIAS PARA LA PRÁCTICA ESCOLAR:
1. Observa a los alumnos en las actividades que realizan,  con discreción y afecto.
2. Escucharlos, préstales atención; en todo momento en que directa o indirectamente la reclamen.
3. Conversar con ellos  sobre diferentes temas. Hablarles a su nivel y sobre lo que les llama la atención.
4. Conocerlos cada vez más y mejor, descubrir poco a poco sus gustos, talentos, inclinaciones y sus modos de reaccionar ante diversas situaciones. 
5. Tener expectativas  altas de los alumnos, recordarles constantemente la superación y el progreso personal de todos. 
6. Tener una actitud positiva y alentadora y poco a poco los estimulamos y le damos la oportunidad, trascenderán en la vida.
7. Preguntarles: ¿Qué quieres ser cuando seas grande? No importa la respuesta, recrea con ellos esa expectativa, indaga ¿Por qué? ¿Para qué? ¿Cómo? Juega con ellos al respecto.  Haz que realicen dibujos y composiciones escritas sobre lo que quieren ser de grande.

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