Collage familiar - cuento El amor de una mascota

UNIMINUTO

Corporación Universitaria Minuto de Dios

Collage familiar - cuento

Asignatura:

Proyecto de vida

Presenta:

Karen Marcela Rincón  Bayona

000675053

Docente:

Lic. Adriana Betsaida Carrillo Cardoso

San José  de Cúcuta

Marzo 19 de  2018

[pic 1]

El amor de una mascota

En una ciudad soleada y calurosa vivía una familia nuclear, conformada por el señor Numael y la señora Rosabell. Ellos vivían junto a sus tres hermosas hijas,  Jhoana, Jennifer y Karen. Jhoana era una joven muy trabajadora y con talento para la costura. Jennifer con vocación y amor por los niños y Karen, la pequeña de la casa, una chica valiente y responsable, con un gran amor por los animales.

Esta familia tradicional, se conocía entre sus vecinos por ser siempre unidos y apoyarse en los momentos de dificultad. El vínculo espiritual y su relación con Dios era fundamental, por lo que siempre asistían a la iglesia juntos.

Un día la joven Karen venía del trabajo camino a casa, cuando entre los arbustos escucho un sonido agudo. Era el llanto de un pobre cachorro que había sido abandonado en la intemperie. Conmovida por la ternura del perrito, decidió llevárselo a casa. Al llegar, su padre se enojó porque había traído una mascota a casa sin su autorización y pidió que le buscaran otro hogar.[pic 2]

Al día siguiente descubrieron que el cachorro era una perrita, muy cariñosa y vulnerable, y el señor Numael dejó que se quedaran con ella. La familia entera participo en la decisión de nombrar a la nueva integrante. Muchos nombres fueron mencionados, pero al final triunfó Lupita, en honor a la Virgen de Guadalupe, de la que todos eran muy devotos. 

Lupita era blanca con el pelo rizado y un parche color marrón en la cabeza. Todos los días acompañaba a su amo, el señor Numael, a desayunar. Le gustaba observar como la señora Rosabell preparaba el almuerzo y dormía junto a las jóvenes. En las tardes, cuando tomaban la siesta después del almuerzo, ella se recostaba junto al padre que adoraba dormir en el piso fresco para soportar el calor del medio día.

Creció como una perrita juguetona, aseada y muy consentida. De vez en cuando se escapaba para perseguir a su amo hasta la tienda o a visitar a sus vecinos. Un día de esos conoció a un perrito coqueto y juntos tuvieron cachorros. Los perritos se convirtieron en una alegría para la familia, y hasta contemplaron la idea de quedarse con uno de ellos, pero al tiempo todos fueron adoptados por familias responsables.

Lupita había logrado que la familia fuera mucho más unida y sensible. Era la primera mascota que tenían y todos la amaban. Karen en especial, disfrutaba pasar tiempo junto a ella y abrazarla cuando sentía algo de tristeza.

Un día desafortunado y gris, Lupita salió corriendo de la casa y no lograron alcanzarla. Karen y Jennifer salieron a buscarla desesperadas por todo el barrio sin tener suerte. Le preguntaron a cada vecino, revisaron entre los carros parqueados y caminaron por más de tres horas gritando su nombre.

Tiempo después de llegar a casa, Lupita regreso por sí misma, pero con una actitud extraña. No jugó como habitualmente lo hacía ni acompañó a su amo a la hora de la comida, se recostó y se quedó dormida. Karen al observar su actitud intentó darle su comida favorita, pero Lupita pareció no tener apetito. [pic 3]

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