Despedida

Han pasado ya doce años desde aquel primer momento en el que recibimos en este colegio a unas personitas, menudas pero encantadoras, de miradas limpias, con enormes ventanas abiertas que nos mostraban la luz de sus mentes y sus corazones. Juntos hemos recorrido un bonito camino de cándida niñez y prometedora adolescencia. año tras año nos quedaba el regusto de compartir tantos momentos felices. Los traguillos agridulces ya los hemos olvidado. ahora despedimos con alegre satisfacción a unos muchachos y muchachas que estrenarán su juventud en otro lugar con otros profesores pero creciendo como personas.

Aprendimos muchas cosas juntos, pero sólo nos quedará una: hemos aprendido a querernos.

Algo de vosotros y vosotras irá siempre en cada profesor de este colegio. De forma recíproca estamos seguros que algo nuestro habrá quedado fijado en las paredes de vuestras almas. De alguna manera nos invade un cierto sentimiento de maternidad y paternidad hacia vosotros, puesto que os lleváis pequeños jirones de nuestras vidas y todo nuestro cariño: eso os lo dejamos en herencia.

Consideramos que en este mundo existe básicamente dos clases de personas: los que al despertarse cada mañana se plantean qué cosa buena hará ese día y los que ponen las miras en cómo sacarán provecho ese día sólo en beneficio propio. Esperamos que os posicionéis entre los primeros.

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