EL ELOGIO DE LA DIFICULTAD

ELOGIO DE LA DIFICULTAD

En el elogio a la dificultad el autor nos da una visión de cómo sería un mundo perfecto, lleno de felicidad y plenitud, todas las personas nos imaginamos mundos en los que nuestros más grandes sueños, fantasías y anhelos se hagan realidad, donde no existe la maldad, la pobreza, el odio, la desigualdad o nada que afecte nuestra plenitud, o sea perjudicial. Además de imaginarnos un mundo facilista donde no tengamos que esforzarnos para el logro de nuestros deseos y metas.
La idea o más bien, la ilusión de un mundo perfecto, que aunque suena como la visión perfecta de cómo debería ser el mundo, es afortunadamente un fin inalcanzable, un mundo perfecto no es perfecto en sí mismo, esto se debe a que un mundo donde se consiga todo lo que se desea, sin tener que implementar ni el más mínimo de nuestro esfuerzo físico y mental, sería un mundo sin superación personal, sin sentido a todo, sin logro de metas, ya que el cumplimiento de metas en un mundo sin defectos no serían más que el normal transcurrir de nuestra vida cotidiana.

El autor menciona sobre la imaginación de una vida sin riesgos, un paraíso sin luchas, sin superación y sin muerte, una eterna aburrición, algo irrealizable, metas que según él afortunadamente son inalcanzables, y paraísos que obviamente no existen todo esto sería inofensivo, si no fuese porque forman parte de nuestros anhelos como seres humanos en nuestra vida práctica, también menciona que nos introducimos en un ideal tonto de seguridad garantizada, Puede decirse que nuestro problema no consiste ni principalmente en que no seamos capaces de conquistar lo que nos proponemos, sino en aquello que nos proponemos; que nuestra desgracia no está tanto en la frustración de nuestros deseos, como en la forma misma de desear, es decir que normalmente les deseamos el mal, en lugar de dejar que convivan en armonía, somos contradicción, una parte nos dice hazlo la otra parte nos dice no, sabemos cuál es el camino pero en vez de seguirlo nos salimos para luego quejarnos por avernos perdido, inventamos excusas que convertimos en motivos confundimos lo que debimos haber hecho con lo que realmente hicimos y vivimos, vivimos deseando siempre algo que no tenemos y lo perseguimos, no hay uno solo de nosotros que diga que ha conseguido todo lo que quiso porque no se puede y aunque no se pueda insistimos y ese buscar lo imposible es nuestra bendición y nuestro castigo, ese siempre suele ser nuestro problema de dejarnos llevar por el lado fácil de las cosas, en lugar de desear una relación humana inquietante, compleja y perdible, que estimule nuestra capacidad de luchar y los obligue a cambiar, deseamos un mundo sin dificultades, sin peligros, un nido de amor y por lo tanto una vida larga y plenamente vivida, en lugar de desear una sociedad de trabajo que ejerza trabajos y más oportunidades de crecimiento.

Imaginamos la felicidad e inventamos paraísos y todo esto gracias al modelo de nuestros propósitos y anhelos, lo único de nuestros problemas consisten en que no somos capaces de conquistar lo que nos proponemos, sino en la forma en que deseamos las cosas, deseamos mal porque deseamos un mundo sin peligros no fracasos, en vez de desear un sociedad en la que sea necesario trabajar fuertemente para cumplir nuestras metas, nuestro pecado es que queremos regresar al paraíso

La felicidad no está en un pensamiento de querer ser o qué tal si tuviera, no, la felicidad se construye en el día a día de nuestra vidas, la felicidad es alcanzar cada día logros, claro está que lo realmente maravillo es poder saltar obstáculos que se nos presente y lo que realmente importa es ser capaces de levantarse tras un fracaso, lo que es la vida es aceptar que se cometieron errores, y tener la valentía de corregirlos y aceptarlos,  la vida consiste es luchar por unos ideales, principios morales y éticos para tener una sociedad justa, lo bueno es proponerse metas y agotar todos los recursos para obtenerlas. No está mal querer ser mejores y desearlo, para nada, lo que está mal es desear cosas que no satisfacen nuestra felicidad. El tenerlo todo no garantiza que seamos felices.

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