EL MISTERIOSO INSECTO BLANCO

EL MISTERIOSO INSECTO BLANCO

En una maravillosa selva colombiana se encontraba una familia de libélulas jugando y divirtiéndose mientras enseñaban a su único hijo a volar. Aquel joven libélula se llamaba Alex y muy contento seguía a sus padres en las tácticas de vuelo que le mostraban, pues deseaba convertirse en el mejor volador y dominar el aire como lo hacen los insectos y las aves. Sus padres con insistencia le pedían que no se elevara demasiado, porque en las alturas había demasiados peligros como gavilanes y otras aves que se alimentaban de insectos y no querían que le pasara nada malo. Sin embargo un día Alex se quedó observando el cielo azul y vio como un hermoso gavilán también joven como él, hacía piruetas en el aire pues del mismo modo, estaba aprendiendo a volar. Con admiración se acercó al gavilán y se presentó diciéndole: -Hola, me llamo Alex- . Muy amable el gavilán le contestó: -Hola, yo soy Peter-.  Alex le dice: - Que bien vuelas, tus alas son grandes y hermosas-. -Gracias, tus alas también son hermosas y brillantes-, repuso Peter. Desde aquel día, se hicieron muy buenos amigos, iban a todas partes juntos, se compartían los secretos del vuelo y el manejo del aire, reían y se protegían el uno al otro como si fueran dos hermanos voladores, hasta que los padres de Alex se dieron cuenta y le prohibieron esa amistad.

Como todos los días, Peter salió muy de mañana a encontrarse con Alex pues aquel día irían a un lugar muy divertido para practicar el vuelo, pero al verlo, se dio cuenta que estaba triste y cabizbajo; preocupado le preguntó por qué estaba así. Alex le contó que sus padres le prohibieron relacionarse con él porque los gavilanes se comen los insectos. Riendo Peter le contesta que él nunca podría devorarlo porque es su amigo y nunca le haría daño, que ya no estuviera triste ni se preocupara, seguirían siendo amigos pero en secreto.

Una mañana, Alex paseando entre los árboles y las flores, escuchó un extraño sonido en lo alto del cielo, muy confundido, observó que provenía de un misterioso insecto blanco que avanzaba entre las nubes más altas. Aunque recordaba la advertencia de sus padres de que no debía volar tan elevado, lleno de curiosidad se atrevió a subir muy alto hasta alcanzar aquel misterioso volador. Al subir y subir se dio cuenta de que entre más se acercaba más grande se hacía aquel insecto. A lo lejos pudo ver sus largas alas y su enorme cuerpo blanco. Empezó a saludarlo insistentemente creyendo que le escucharía, pero no le respondió nada. Imprudentemente se acercó demasiado para que lo viera y así poder saludarlo con tan mala suerte que se aproximó a una gran turbina que expulsaba aire caliente con demasiada fuerza y recibió una tremenda embestida que lo lanzó violentamente al vacío, dejándolo inconsciente y cayendo de semejante altura.

Afortunadamente, Peter observó desde el comienzo, la tan arriesgada aventura de su amigo Alex y al verlo caer como si estuviera muerto, corrió en su rescate. Con cuidado tomo entre su pico el frágil e inerte cuerpecito de Alex y bajó con él hasta donde estaban los padres libélulas preocupados buscando a su hijo. Apenas vieron a Peter con su hijo entre el pico se enfurecieron y comenzaron a gritar y revolotear alrededor del gavilán pensando que lo estaba devorando. Peter muy asustado, puso sobre el suelo el cuerpo desmayado de Alex y trató de explicarles a los furiosos insectos lo que había pasado. De pronto Alex despertó confuso y aturdido y sus padres volaron a decirle que Peter intentó devorarlo pues lo traía en su pico pero, en ese momento Alex recordó como había sido golpeado por aquel misterioso insecto blanco y les respondió que eso no era verdad.

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