El charro negro

El charro negro.

Narrador: todo comienza con un apuesto joven que provenía de una familia humilde. Sus padres aunque lo amaban, nunca pudieron cumplirle sus caprichos.

Charro negro: estoy cansado de ser pobre, por más que me la pase trabajando nunca podre tener lo que tanto anhelo ser rico y poder comprarme un hermoso traje de charro.

Padre: yo lo se hijo, pero debemos seguir adelante.

Madre: sabes que te amamos y que nosotros daríamos lo que fuera por tu bienestar pero no tenemos dinero, lo siento.

Narrador: poco tiempo después, murieron los padres de aquel joven que anhelaba ser rico y al quedar solo, la miseria aumento, por lo que tomo una decisión que cambiaría su vida.

Charro negro: invocare al diablo para pedirle riquezas.

Narrador: no se sabe cómo lo consiguió pero finalmente el diablo se apareció.

Diablo: yo sé por lo que tú me invocaste, quieres como muchos otros las riquezas que yo te puedo dar.

Charro negro: si, es lo que más quiero, pues desde que mis padres murieron he estado viviendo en la miseria.

Diablo: yo te puedo dar lo que tú me pides, pero a cambio tú me tendrás que dar tu alma.

Narrador: el joven sin pensarlo ni dudarlo acepto el trato, paso el tiempo y poco a poco la juventud de aquel hombre comenzó a despedirse.

Narrador: una noche muy obscura cuando aquel hombre caminaba por el bosque apareció una sombra muy extraña que le decía.

Diablo: he venido a cobrar la deuda que tienes con migo.

Narrador: muy aterrado el hombre corrió a su hacienda para ocultarse de aquella sombra, no obstante el recuerdo de la deuda que tenía pendiente  no lo dejaba dormir, ni disfrutar de los pocos meses que le quedaban de vida.

Charro negro: tomare a mi caballo y unas cuantas monedas de oro y me iré muy lejos donde nadie me pueda encontrar.

 Narrador: sin embargo el diablo se dio cuenta de que aquel hombre faltaría a su palabra así que volvió a aparecer frente al jinete y su caballo pero esta vez, con el fin de llevárselo.

Diablo: iba a esperar a que murieras para cobrar la deuda que tienes conmigo, pero como te ocultas cobardemente, te llevare ahora mismo.

Narrador: aquel hombre no tuvo ni tiempo de responder, cuando se dio cuenta era demasiado tarde para huir, pues sus brazos habían comenzado a secarse y su carne a desaparecer solo quedaba su ajuar de charro encima de los huesos blanquecidos.

Diablo: veo que tu caballo te es fiel por eso ha de ser maldito igual que tú y condenado a acompañarte a tu viaje hacia el infierno. Aunque, de vez en cuando quiero que hagas algo por mí, cobrarle a todos los que me deben. Si haces bien tu trabajo, dejare que el hombre que acepte esa bolsa con monedas de oro que traes, tome tu lugar.

Narrador: desde entonces aquel hombre fue condenado  a sufrir en el infierno y a salir de ahí solo para cobrar a quienes tienen deudas pendientes con el diablo y con la esperanza de encontrar a su víctima para que tome su lugar y él pueda descansar en paz……………………………………….

...