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El hábito De La Lectura En Los Adolescentes


Enviado por   •  20 de Junio de 2014  •  1.764 Palabras (8 Páginas)  •  680 Visitas

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El hábito de la lectura en adolescentes

El documento “Claves para formar lectores adolescentes con talento” presenta siete elementos fundamentales para el desarrollo de este hábito.

Embarcarse en la aventura de la lectura no solo proporciona deleite y placer, sino que además crea las condiciones para el desarrollo de las inteligencias en cada persona que la practique.

De hecho, si valoramos sus beneficios y virtudes vemos que la lectura es una herramienta de poder para los individuos y las sociedades, que al apropiarse de la información y conocimientos que ofrece abre las puertas del aprendizaje y el desarrollo de nuevas ideas que pueden ser puestas al servicio de la ciencia, el desarrollo humano y social.

La lectura, además, es un recurso para la formación educativa y en valores, permite formar personas más cultas, reflexivas, criticas, autónomas y libres, capaces y competentes en distintos ámbitos de la vida; personal laboral y social.

Es por esta razón que lograr que los jóvenes y los niños desarrollen el hábito de la lectura es una meta primordial en los sistemas educativos de nuestra región.

En la actualidad se produce amplia lectura y propuestas para alcanzar este objetivo. Sin embargo, leer también debe ser un objetivo personal de crecimiento como persona. Para tales fines a continuación proponemos la consulta del documento titulado “Claves para formar lectores adolescentes con talento”.

Es un material que no tiene desperdicios como propuesta para fomentar la lectura en los jóvenes fundamentada en siete elementos claves para desarrollar el talento de la lectura.

Claves para el fomento de la lectura

Partimos de la base de que la adquisición de la competencia literaria requiere de la

acción conjunta de los dos grandes objetivos de la educación literaria: el fomento de

la lectura y el avance en la interpretación. En este artículo nos centraremos en el

primero, la formación de lectores talentosos, que no sólo frecuentan los libros sino

que tienen la capacidad de apreciar lecturas variadas y de calidad. Las siete claves

que siguen sintetizan principios de actuación para abordar la consolidación de los

hábitos lectores desde el espacio específico —biblioteca de aula o de centro—

destinado a este fin2

2 En la elaboración de estas claves se han seguido de cerca las ideas expuestas por Teresa Colomer

en Andar entre libros. México: Fondo de Cultura Económica, 2005.

. Se trata de orientaciones para que la acción conjunta del

centro escolar, los docentes y los contenidos permita responder con talento al nuevo

reto de formar lectores.

1. Delimitar un tiempo para la lectura autónoma y silenciosa

El fomento de la lectura a partir de la adolescencia (me refiero aquí a la lectura como fuente de placer, de descubrimiento del mundo y de autoconocimiento) debe ser, a mi entender, un ejercicio honesto, liberado de prejuicios y alejado del sermón. Resulta horrible escuchar a un alumno admitir, cuando es cuestionado sobre el asunto, que debe leer para tener cultura “y esas cosas”. Me parece una tarea improductiva la de promover la lectura entre los jóvenes si se hace desde una perspectiva evangelizadora y universal. El alumno entiende el sermón, lo incorpora a su discurso y probablemente consigamos, con el tiempo, que se sienta culpable por el hecho de no leer. Nada más. Leer no es una necesidad, pero empezar a leer puede generar la necesidad de seguir leyendo. La lectura no nos salvaguarda de la estrechez de miras, de la intolerancia o de la idiotez. Nunca he intentado introducir la medicina adoctrinadora entre las mieles de lo literario, por la sencilla razón de que creo que la miel ya es suficiente medicina, y no querría que mis alumnos acabarán pensando que la literatura es una golosina inconsistente que sirve para hacer pasar mejor el mal trago de la cultura.

Más de la mitad de los adultos no lee si no es por cuestiones de trabajo. Miren a su alrededor en una sala de profesores (y hablo de profesores) y pregúntense cuántos libros han leído en los últimos seis meses. No tienen tiempo, se ve. Lo mismo que me dicen los alumnos antes de que yo les responda que el problema no es el tiempo, sino que no les gusta lo suficiente. Y no pasa nada. La amenaza de que la falta de lectura va a tener graves consecuencias en sus vidas nunca se cumple, y por lo tanto es una estrategia que hay que empezar a replantearse.

En fin, en las recetas que ofrezco a continuación para el fomento de la lectura tengo en cuenta siempre estas cuestiones: que la mayoría de los adultos no lee, que la lectura como prejuicio no crea lectores, que la verdadera lectura es un descubrimiento, que existen otras opciones paraexperimentar placer estético y para evadirse de la realidad, que la lectura de novelas nunca ha estado bien considerada o ha sido considerada incluso como perniciosa y que fue en estos contextos cuando la novela vivió sus etapas de auge y esplendor. En fin, que la mejor manera de fomentarla es no adoctrinar ni mostrarse desesperado por fomentarla. La desesperación está reñida con la capacidad de seducir. Prefiero dejarles intuir un espacio infinito y riquísimo al que están invitados a entrar y dejar la puerta entreabierta. Que no entre nadie cuya alma no tenga sed, les digo fingiendo que, por bromear, me pongo estupendo. Quien quiera entender, que entienda.

Por si a alguien le sirve de inspiración, ofrezco algunas recetas que empleo con mis alumnos para fomentar la lectura a partir de la adolescencia en Europa International School.

1. No les imponemos en el colegio lecturas obligatorias, les damos a escoger entre una larga lista de lecturas optativas y cuando las han leído me reúno con ellos en el recreo o después

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